El humo de los puros, los cigarrillos y las pipas perjudica a su cuerpo de muchas maneras, pero es especialmente dañino para los pulmones de una persona con asma. Descubra por qué con el médico.
¿Cómo desencadena el humo del tabaco el asma?
Cuando una persona inhala el humo del tabaco, las sustancias irritantes se depositan en el revestimiento húmedo de las vías respiratorias. Estas sustancias pueden provocar un ataque en una persona asmática.
Además, el humo del tabaco daña unas estructuras diminutas en forma de pelo en las vías respiratorias llamadas cilios. Normalmente, los cilios barren el polvo y la mucosidad de las vías respiratorias. El humo del tabaco daña los cilios, por lo que no pueden trabajar, permitiendo que el polvo y la mucosidad se acumulen en las vías respiratorias.
El humo también hace que los pulmones produzcan más mucosidad de lo normal. Como resultado, se puede acumular aún más mucosidad en las vías respiratorias, lo que desencadena un ataque.
Es el humo de segunda mano perjudicial para una persona con asma?
El humo de segunda mano es la combinación del humo de un cigarro o un cigarrillo encendido y el humo exhalado por un fumador.
Inhalar el humo de segunda mano, también llamado "humo pasivo" o "humo de tabaco ambiental", puede ser incluso más perjudicial que fumar realmente. Esto se debe a que el humo que se quema del extremo de un cigarro o un cigarrillo contiene más sustancias nocivas (alquitrán, monóxido de carbono, nicotina y otras) que el humo que inhala el fumador.
El humo de segunda mano es especialmente perjudicial para las personas que ya tienen asma. Cuando una persona con asma se expone al humo de segunda mano, es más probable que experimente las sibilancias, la tos y la falta de aliento asociadas al asma.
¿Puede el tabaco perjudicar a mi hijo?
El humo de segunda mano perjudica a los niños con asma incluso más que a los adultos.
Cuando un niño se expone al humo del tabaco, sus pulmones se irritan y producen más mucosidad de lo normal. Como las vías respiratorias de los niños son más pequeñas, los efectos secundarios del humo de segunda mano les afectan más rápidamente y también pueden afectar a la función pulmonar en la vida posterior.
Los hijos de padres fumadores también son más propensos a desarrollar infecciones pulmonares y sinusales. Estas infecciones pueden hacer que los síntomas del asma empeoren y sean más difíciles de controlar.
Fumar durante el embarazo puede hacer que mi hijo tenga más probabilidades de padecer asma?
Fumar perjudica al feto de muchas maneras. La nicotina, la sustancia adictiva de los productos del tabaco, se transporta a través del torrente sanguíneo de la madre directamente al bebé.
Los hijos de las mujeres que han fumado durante el embarazo son más propensos a tener problemas pulmonares y tienen 10 veces más probabilidades de desarrollar asma. El tabaquismo durante el embarazo también se ha relacionado con los recién nacidos de bajo peso, los nacimientos prematuros y el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
Cómo puedo mantener el humo lejos de mi hijo o de mí mismo?
Las formas de reducir la exposición al humo del tabaco incluyen:
-
Si fuma, deje de hacerlo. Dejar de fumar no siempre es fácil, pero hay muchos programas y métodos que ayudan. Pida a su proveedor de atención médica que le ayude a encontrar el más adecuado para usted. Si su cónyuge u otros miembros de la familia fuman, ayúdeles a comprender los peligros del tabaco y anímeles a dejar de fumar.
-
No permita que se fume en su casa o en su coche.
-
No permita que nadie fume cerca de usted o de su hijo.
-
Evite los restaurantes y lugares públicos que permitan fumar.
Cómo puedo dejar de fumar?
No hay una única forma de dejar de fumar que funcione para todas las personas con asma. Un programa para dejar de fumar puede ser útil. Pregunte a su médico sobre los programas que hay en su comunidad.
Antes de dejar de fumar de golpe ("cold turkey"), establecer un plan le ayudará:
-
Elige una fecha para dejar de fumar y prepárate para ello.
-
Diga a sus familiares y amigos que piensa dejar de fumar.
-
Registre cuándo y por qué fuma. Llegará a saber qué es lo que le provoca fumar.
-
Registra lo que haces cuando fumas.
-
Haz una lista de tus razones para dejar de fumar. Lea la lista antes y después de dejar de fumar.
-
Encuentre actividades que sustituyan al tabaquismo. Prepárese para hacer otra cosa cuando quiera fumar.
-
Pregunte a su médico sobre el uso de productos de sustitución de la nicotina, como chicles, pastillas, parches, inhaladores o aerosoles nasales. Son medicamentos de primera línea que a algunas personas les resultan muy útiles. Los medicamentos recetados sin nicotina, como Chantix y Zyban, también pueden ayudarle a dejar de fumar.
Momento de dejar de fumar
El día que elijas dejar de fumar, empieza esa mañana sin un cigarrillo. Después, sigue estos útiles consejos:
-
No te centres en lo que te falta. Piensa en lo que estás ganando.
-
Dígase que es una gran persona por haber dejado de fumar. Recuérdate esto cuando quieras fumar.
-
Cuando tengas ganas de fumar, respira profundamente. Mantén la respiración durante 10 segundos y luego suéltala lentamente.
-
Mantén las manos ocupadas. Haz garabatos, practica un deporte, teje o trabaja con el ordenador.
-
Cambie las actividades que estaban relacionadas con el tabaquismo. Dé un paseo o lea un libro en lugar de tomarse un descanso para fumar.
-
No lleves mechero, cerillas o cigarrillos.
-
Acude a lugares en los que no se permita fumar, como museos y bibliotecas.
-
Coma alimentos bajos en calorías y saludables cuando le entren ganas de fumar. Los palitos de zanahoria y apio, las frutas frescas y los aperitivos sin grasa son buenas opciones. Evite los alimentos azucarados o picantes que pueden provocar el deseo de fumar.
-
Beba mucho líquido. Evite las bebidas alcohólicas. Pueden dar ganas de fumar. Seleccione agua, infusiones, refrescos sin cafeína y zumos.
-
El ejercicio. Te ayudará a relajarte.
-
Salga con personas que no fuman.
-
Busque apoyo para dejar de fumar. Cuente a los demás sus hitos con orgullo.
Con qué rapidez veré los beneficios de dejar de fumar?
Después de 20 minutos de no fumar:
-
Su presión arterial y su pulso comienzan a disminuir.
-
La circulación y la temperatura de las manos y los pies comienzan a aumentar.
Después de 12 horas sin fumar:
-
El nivel de monóxido de carbono en la sangre vuelve a ser normal.
Después de 2 semanas a 3 meses de no fumar:
-
Tu cuerpo hace circular mejor la sangre
-
Tus pulmones funcionan mejor
Después de 1 a 9 meses de no fumar:
-
La tos y la dificultad para respirar disminuyen
Después de 1 año de no fumar:
-
Su riesgo de enfermedad cardíaca disminuye a la mitad del riesgo de un fumador.
Después de 5 años sin fumar:
-
El riesgo de padecer cáncer de boca, garganta o esófago desciende a la mitad del de un fumador.
Después de 10 años sin fumar:
-
Su riesgo de morir de cáncer de pulmón desciende a casi la mitad del de un fumador.
-
Su riesgo de padecer otros cánceres, como el de laringe y páncreas, disminuye.
Después de 15 años sin fumar:
-
Su riesgo de enfermedad cardíaca disminuye hasta el de un no fumador.
Cómo me sentiré cuando deje de fumar?
Cuando deje de fumar por primera vez, puede pasar por el síndrome de abstinencia y:
-
Ansiar los cigarrillos
-
Sentir mucha hambre
-
Toser con frecuencia
-
Tener dolores de cabeza
-
Tener problemas de concentración
-
Tener estreñimiento
-
Sentirse muy cansado
-
Sentirse nervioso o triste
-
Tener dolor de garganta
-
Tener dificultad para dormir
Aunque los síntomas de abstinencia serán los más fuertes cuando dejes de fumar por primera vez, mejorarán rápidamente y deberían desaparecer por completo en unas pocas semanas.
He intentado dejar de fumar antes y he fracasado. ¿Qué pasa si no puedo hacerlo?
Para dejar de fumar, debe estar preparado emocional y mentalmente. Es posible que tenga que hacer varios intentos antes de tener éxito. Algunas personas están más preparadas para dejar de fumar que otras. Fíjese en estas cinco etapas de cambio por las que pasa la gente para dejar de fumar.
-
Primera etapa: Precontemplación. Usted no quiere dejar de fumar, pero puede intentar dejarlo porque se siente presionado a hacerlo.
-
Segunda etapa: Contemplación. Quieres dejar de fumar en los próximos 6 meses. No has tomado medidas para dejar de fumar, pero quieres hacerlo.
-
Tercera etapa: Preparación. Das pequeños pasos para dejar de fumar, como reducir el consumo de tabaco o cambiar a una marca más ligera.
-
Cuarta etapa: Acción. Te comprometes a dejar de fumar. Realizas cambios en tus acciones y en tu entorno para ayudar a afrontar los impulsos de fumar y te mantienes sin fumar durante 6 meses.
-
Etapa 5: Mantenimiento. No se ha fumado durante unos 6 meses y se trabaja para evitar la recaída.
Recuerde: Volver a fumar (recaída) es frecuente. De hecho, el 75% de los que dejan de fumar volverán a hacerlo. La mayoría de los fumadores intentan dejar de fumar tres veces antes de tener éxito. ¡No te rindas!