Síntomas, tratamientos, causas, tipos y herramientas de salud del asma del adulto

El médico explica los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento del asma del adulto.

¿Qué es el asma?

El asma es un trastorno de los pulmones que provoca síntomas intermitentes. En las vías respiratorias hay:

  • Hinchazón o inflamación, concretamente en el revestimiento de las vías respiratorias

  • Producción de grandes cantidades de moco más espeso de lo normal

  • Estrechamiento debido a las contracciones musculares que rodean las vías respiratorias

Los síntomas del asma incluyen:

  • Sensación de falta de aire

  • Tos frecuente, sobre todo por la noche

  • Sibilancias (un ruido silbante durante la respiración)

  • Dificultad para respirar

  • Opresión en el pecho

Qué es el asma de inicio en el adulto?

Cuando un médico hace un diagnóstico de asma en personas mayores de 20 años, se conoce como asma de inicio en la edad adulta.

Entre las personas que pueden ser más propensas a padecer asma de inicio en la edad adulta se encuentran:

  • Las mujeres que sufren cambios hormonales, como las que están embarazadas o las que tienen la menopausia

  • Mujeres que toman estrógenos tras la menopausia durante 10 años o más

  • Personas que acaban de padecer ciertos virus o enfermedades, como un resfriado o una gripe

  • Personas con alergias, especialmente a los gatos

  • Personas que tienen ERGE, un tipo de acidez crónica con reflujo

  • Personas que están expuestas a irritantes ambientales, como el humo del tabaco, el moho, el polvo, las camas de plumas o el perfume

Los irritantes que provocan síntomas de asma se llaman "desencadenantes del asma". El asma provocada por los desencadenantes del lugar de trabajo se llama "asma ocupacional".

Cuál es la diferencia entre el asma infantil y el asma de inicio en la edad adulta?

Los adultos tienden a tener un menor volumen espiratorio forzado (el volumen de aire que es capaz de tomar y exhalar por la fuerza en un segundo) después de la mediana edad debido a los cambios en los músculos y a la rigidez de las paredes torácicas. Esta disminución de la función pulmonar puede hacer que los médicos no diagnostiquen el asma de inicio en la edad adulta.

Cómo se diagnostica el asma de inicio en la edad adulta?

Su médico especialista en asma puede diagnosticar el asma de inicio en la edad adulta mediante:

  • Haciendo una historia clínica, preguntando por los síntomas y escuchando su respiración

  • Realizar una prueba de la función pulmonar, utilizando un aparato llamado espirómetro, para medir la cantidad de aire que puede exhalar después de respirar profundamente por primera vez y la rapidez con la que puede vaciar los pulmones. Es posible que antes o después de la prueba le pidan que inhale un broncodilatador de acción corta (medicamento que abre las vías respiratorias al relajar los músculos tensos y que también ayuda a eliminar la mucosidad de los pulmones).

  • Realización de una prueba de provocación con metacolina; esta prueba de asma puede realizarse si sus síntomas y la prueba de espirometría no demuestran claramente la existencia de asma. Cuando se inhala, la metacolina hace que las vías respiratorias sufran espasmos y se estrechen si hay asma. Durante esta prueba, usted inhala cantidades crecientes de aerosol de metacolina antes y después de la espirometría. La prueba de la metacolina se considera positiva, lo que significa que hay asma, si la función pulmonar desciende al menos un 20%. Siempre se administra un broncodilatador al final de la prueba para revertir los efectos de la metacolina.

Quién padece el asma?

Cualquier persona puede padecer asma a cualquier edad. Entre los que tienen mayor riesgo de padecer asma están las personas que:

  • Tienen antecedentes familiares de asma

  • Tener antecedentes de alergias (asma alérgica)

  • Tener fumadores que vivan en el hogar

  • Vivir en zonas urbanas

Cómo se clasifica el asma?

El asma se clasifica en cuatro categorías en función de la frecuencia de los síntomas y de las medidas objetivas, como las mediciones del flujo máximo y/o los resultados de la espirometría. Estas categorías son:

intermitente leve

;

leve persistente

;

moderadamente persistente

; y

persistente severo

. Su médico determinará la gravedad y el control de su asma basándose en la frecuencia de sus síntomas y en las pruebas de función pulmonar. Es importante tener en cuenta que los síntomas de asma de una persona pueden cambiar de una categoría a otra.

Asma leve intermitente

  • Los síntomas se producen menos de dos veces por semana y los síntomas nocturnos se producen menos de dos veces al mes.

  • Las pruebas de función pulmonar están un 80% o más por encima de los valores predichos. Las predicciones suelen hacerse en función de la edad, el sexo y la estatura.

  • No se necesitan medicamentos para el control a largo plazo.

Asma leve persistente

  • Los síntomas se presentan de tres a seis veces por semana.

  • Las pruebas de función pulmonar están un 80% o más por encima de los valores predichos.

  • Los síntomas nocturnos se producen de tres a cuatro veces al mes.

Asma persistente moderada

  • Los síntomas se producen a diario.

  • Los síntomas nocturnos ocurren 5 o más veces al mes.

  • Los síntomas del asma afectan a la actividad, se producen más de dos veces por semana y pueden durar días.

  • Hay una reducción de la función pulmonar, con un rango de pruebas de función pulmonar superior al 60% pero inferior al 80% de los valores normales.

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Asma grave persistente

  • Los síntomas se producen de forma continua, siendo frecuente el asma nocturno.

  • Las actividades son limitadas.

  • La función pulmonar está disminuida a menos del 60% de los valores predichos.

Cómo se trata el asma?

El asma puede controlarse, pero no existe una cura para el asma. Sin embargo, existen ciertos objetivos en el tratamiento del asma. Si no puede alcanzar todos estos objetivos, significa que su asma no está controlada. Debe ponerse en contacto con su proveedor de atención al asma para que le ayude con el asma.

Los objetivos del tratamiento incluyen los siguientes:

  • Llevar una vida activa y normal

  • Prevenir los síntomas crónicos y molestos

  • Asistir al trabajo o a la escuela todos los días

  • Realizar las actividades cotidianas sin dificultad

  • Detener las visitas urgentes al médico, a las urgencias o al hospital

  • Utilizar y ajustar los medicamentos para controlar el asma con pocos o ningún efecto secundario

El uso adecuado de la medicación para el asma, según lo prescrito por el médico, es la base de un buen control del asma, además de evitar los desencadenantes y vigilar los síntomas diarios del asma. Hay dos tipos principales de medicamentos para el asma:

  • Antiinflamatorios:

    Este es el tipo de medicación más importante para la mayoría de las personas con asma. Los medicamentos antiinflamatorios, como los esteroides inhalados, reducen la inflamación y la producción de moco en las vías respiratorias. Como resultado, las vías respiratorias son menos sensibles y menos propensas a reaccionar a los desencadenantes. Estos medicamentos deben tomarse a diario, y puede ser necesario tomarlos durante varias semanas antes de que empiecen a controlar el asma. Los antiinflamatorios reducen los síntomas, mejoran el flujo de aire, reducen la sensibilidad de las vías respiratorias, reducen el daño a las vías respiratorias y reducen los episodios de asma. Si se toman a diario, son útiles para controlar o prevenir las crisis asmáticas. Los corticoides orales se toman para los brotes agudos y ayudan a aumentar la eficacia de otros medicamentos y a reducir la inflamación.

  • Broncodilatadores:

    Estos medicamentos relajan las bandas musculares que se tensan alrededor de las vías respiratorias. Esta acción abre rápidamente las vías respiratorias, dejando entrar y salir más aire de los pulmones y mejorando la respiración. Al abrirse las vías respiratorias, la mucosidad se mueve más libremente y puede expulsarse más fácilmente. Tanto los beta-agonistas de acción corta como los de acción prolongada pueden utilizarse para prevenir los síntomas del asma inducida por el ejercicio. Un anticolinérgico, como el bromuro de tiotropio (Spiriva Respimat), que está disponible para personas de 6 años o más, es otro medicamento de mantenimiento a largo plazo para tratar el asma.

Los medicamentos para el asma pueden tomarse inhalando los medicamentos (utilizando un inhalador de dosis medida, un inhalador de polvo seco o un nebulizador para el asma) o tragando los medicamentos por vía oral (pastillas o líquidos). Si también toma medicamentos para otras enfermedades, debe colaborar con sus proveedores para comprobar las interacciones entre los medicamentos y simplificarlos cuando sea posible.

Control de los síntomas del asma

Una parte importante del tratamiento es hacer un seguimiento del funcionamiento de los pulmones. Los síntomas del asma se controlan con un medidor de flujo máximo. El medidor puede alertarle de los cambios en las vías respiratorias que pueden ser un signo de empeoramiento del asma. Si se toman lecturas diarias del flujo máximo, se puede saber cuándo hay que ajustar la medicación para mantener el asma bajo buen control. Su médico también puede utilizar esta información para ajustar su plan de tratamiento.

Plan de acción contra el asma

Basándose en su historial y en la gravedad de su asma, su médico desarrollará un plan de cuidados llamado plan de acción contra el asma. El plan de acción para el asma describe cuándo y cómo utilizar los medicamentos para el asma, las medidas que hay que tomar cuando el asma empeora y cuándo hay que buscar atención para una emergencia por asma. Asegúrese de que entiende este plan; si no es así, pregunte a su proveedor de atención al asma cualquier duda que tenga.

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