Conozca la tenosinovitis, una dolorosa afección en la que se inflama la vaina que sostiene un tendón.
¿Cuáles son los síntomas?
El tendón inflamado puede estar dolorido e hinchado. Es posible que lo notes más cuando lo utilices, sobre todo si un movimiento repetido, como blandir un martillo o una raqueta de tenis, lo ha provocado.
Cuando la vaina del tendón se hincha, puede acumularse líquido y empeorar los síntomas. Es posible que sientas la hinchazón y, en algunos casos, también la veas. La zona puede volverse tan sensible que duele incluso al tocarla.
Puede ocurrir en cualquier lugar donde haya músculos y tendones, pero es más probable que ocurra en los:
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Hombro
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Parte superior del brazo
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Antebrazo (bíceps)
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Manos y dedos
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Rodilla
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Aquiles (tejido grueso y fibroso que va desde el músculo de la pantorrilla hasta el talón)
Si tienes estos síntomas en el pulgar, probablemente tengas un tipo específico llamado tenosinovitis de De Quervains. Es el resultado de un tendón inflamado en la base del pulgar. Puedes sentir:
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Dolor a lo largo del lado del pulgar de la muñeca
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Un enganche o un chasquido al utilizarlo
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Tus síntomas suelen empeorar cuando intentas apretar o agarrar algo o girar la muñeca.
Y es más probable que la padezcas cuando estás embarazada, aunque los médicos no saben por qué.
Causas y factores de riesgo
No siempre está claro cuál es la causa de la tenosinovitis (o tendinitis), aunque suele comenzar en la mediana edad. Los movimientos repetidos, como saltar, lanzar o correr, pueden ser los culpables, o puede ocurrir si se hace algo repentino, como levantar una carga inusualmente pesada. Los movimientos nuevos, especialmente por encima de la cabeza, como pintar el techo, también podrían influir.
La artritis y las enfermedades inflamatorias que desgastan las articulaciones pueden causar problemas en los tendones y tejidos circundantes. A veces, esto puede conducir a la forma de tenosinovitis a largo plazo, o crónica. Los casos graves pueden formar quistes que desgarran o rompen los tendones, cambian la forma de la mano y dificultan su uso.
Algunos medicamentos, como los antibióticos con fluoroquinolonas (Cipro, Noroxin) y las estatinas, que tratan el colesterol alto, también pueden aumentar el riesgo de que se produzcan daños en los tendones que den lugar a la tenosinovitis.
Cómo se diagnostica la tenosinovitis?
Por lo general, el médico puede diagnosticarla a partir de sus síntomas y de un examen físico. Pueden presionar las zonas afectadas o pedirte que hagas movimientos específicos y ver si te duelen.
Dígale cómo siente la zona. ¿Siente un cosquilleo? ¿Quema? ¿Mejora cuando descansas? Asegúrate de informarles sobre cualquier nuevo aumento de las pautas de trabajo o ejercicio.
Si todo esto no es suficiente para diagnosticarte, el médico podría tomar imágenes de la zona con un aparato de resonancia magnética o de ecografía para confirmar o descartar otras causas.
Cómo se trata la tenosinovitis?
El reposo suele ser el primer tratamiento. Cuanto más rápido empiece, mejor funcionará. En la medida de lo posible, intenta dejar de hacer las cosas que te provocan los síntomas. Puede que incluso necesites una férula o corsé para evitar que esa parte del cuerpo se mueva.
Cuando se produzca un brote, ponte hielo en la zona inflamada durante 20 minutos seguidos. El calor puede ser más útil para la tendinitis crónica. Consulta a tu médico si no estás seguro.
Los medicamentos de venta libre, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), también pueden ayudar. El médico puede sugerirte dosis mayores que las habituales en función de tu nivel de dolor e inflamación o si padeces enfermedades como la artritis reumatoide. En algunos casos, puede inyectar un corticoide para reducir la inflamación.
Una vez que la inflamación y el dolor hayan disminuido, debes empezar a aumentar lenta y suavemente tu rango de movimiento. Si la tenosinovitis es grave, el médico o el fisioterapeuta pueden darte una serie de ejercicios para ayudarte. Es posible que tengas que hacerlos varias veces al día.
En raras ocasiones, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar el tendón o eliminar los trozos duros de calcio que pueden acumularse y causar problemas en el tendón.
Consejos para prevenir la tenosinovitis
La tenosinovitis suele comenzar con una tendinitis. Aunque no siempre está claro cuál es la causa de una u otra, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir el riesgo.
Haz descansos. Intenta no permanecer en la misma posición durante mucho tiempo. Por ejemplo, si el trabajo te mantiene quieto durante horas, haz descansos y muévete cada 30 minutos aproximadamente si puedes. No hagas lo mismo una y otra vez sin descansar. Ya sea teclear, lanzar una pelota de béisbol o tocar las escalas del piano, mezcla tus movimientos para mantener el equilibrio y dar a tu cuerpo la oportunidad de descansar.
Aprende a levantar objetos. Ten cuidado al levantar objetos. Agarra las cosas con firmeza, pero sin apretarlas demasiado, y evita levantarlas con un solo brazo o con un solo lado del cuerpo.
Muévete de forma correcta. Aprende la forma correcta de realizar los movimientos físicos de todos tus deportes y actividades. Tanto si levantas pesas como si lanzas tiros libres o tocas el violonchelo, existen técnicas adecuadas que pueden evitar las lesiones. Los entrenadores, profesores, preparadores y fisioterapeutas pueden ayudarte a aprender la forma correcta. Si notas que algún movimiento te produce dolor, detente y pregunta.
Calienta antes de hacer ejercicio. Unos 5 o 10 minutos de trote ligero o saltos de tijera deberían ser suficientes.
Vivir con tenosinovitis
Es importante descansar en cuanto notes los síntomas. Si no lo haces, podrías romper un tendón o su vaina, lo que puede ser difícil de reparar. Si los síntomas son muy dolorosos, no desaparecen o le impiden llevar una vida normal durante más de unos días, consulte a su médico. Es posible que detecten una afección subyacente que pueda tratarse. Le darán la combinación adecuada de reposo, medicación y fisioterapia para que se recupere.