El ABC de las presentaciones sin palpitaciones. Estrategias para superar el miedo a hablar en público.
El ascenso de Steve Tingleys vino acompañado de una nueva tarea que temía. Cuando este hombre de 52 años fue nombrado director de servicios de medios de comunicación de una compañía de seguros de Madison (Wisconsin), se esperaba que hiciera presentaciones ante otras divisiones y grupos externos.
Empezaba a sudar, se ponía muy nervioso y tartamudeaba en el escenario. Perdía la concentración y todo se desmoronaba, dice.
La mayoría de nosotros sentimos una pequeña punzada al subir al podio, pero para algunos la ansiedad es debilitante. Se calcula que hasta un 35% de los estadounidenses se estremecen ante la perspectiva de hablar en público, y hasta un 13% padece un trastorno de ansiedad social en toda regla en algún momento.
La vergüenza extrema parece ser un caso de sistemas cerebrales antiguos que reaccionan de forma exagerada a la vida moderna. Cuando uno ve un peligro -una serpiente venenosa o una sala llena de gente- la amígdala, una zona del cerebro que procesa las reacciones emocionales, entra en alerta. Hace que el cuerpo reciba una sacudida con las hormonas del estrés, el cortisol y la adrenalina, que le dan energía para huir o para ponerse en pie de guerra. Esto es lo que provoca los sudores y los temblores.
Si no hay escapatoria, el córtex prefrontal, la parte del cerebro que planifica y toma decisiones, parece desconectarse y, en consecuencia, te quedas paralizado. Se pone el piloto automático, lo que puede llevar a hablar sin sentido o a inmovilizarse. Aunque la ejecución de un PowerPoint no suponga una amenaza para la vida, estas mismas reacciones se ponen en marcha.
Puedes aprender a entrenar a tu amígdala para que no reaccione de forma exagerada con un proceso llamado extinción. Al ponerse repetidamente en la situación de miedo sin ninguna consecuencia negativa, la amígdala aprende que el miedo no es apropiado. Para el alivio a corto plazo, los fármacos betabloqueantes alivian la ansiedad por el rendimiento al bloquear los efectos de la adrenalina. Y los investigadores están probando una sustancia llamada D-cicloserina para mejorar el proceso de extinción en los casos graves.
Tingley eliminó su miedo participando en un taller de oratoria con Doug Stevenson, director de Story Theater International, una organización que prepara a los empresarios para mejorar sus habilidades de presentación. En el seminario, que duró un fin de semana, Tingley tuvo que representar historias personales en el escenario. El taller fue realmente aterrador, dice. Estaba fuera de mi zona de confort.
Pero ese seminario maratoniano de fin de semana me ayudó. Ahora Tingley puede dar un discurso sin tener que escurrirse la camisa después
Cartilla para hablar en público: consejos para calmar los nervios
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Trabaja en ello
. El entrenador de oratoria Doug Stevenson dice a los participantes de sus talleres que hagan 15 minutos de ejercicio aeróbico una o dos horas antes de un discurso. El oxígeno extra hace que las neuronas se disparen más rápido, y eso aumenta tu capacidad de concentración.
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Ámate a ti mismo
. Puede sonar cursi, pero la autoafirmación puede reducir tu respuesta al estrés. En un estudio de la UCLA, las personas que reflexionaron sobre sus creencias políticas o espirituales antes de una charla extemporánea tuvieron menores niveles de cortisol después.
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Obtener apoyo
. Toastmasters, una organización internacional, te permite practicar la oratoria en pequeños grupos informales de apoyo.
Publicado originalmente en el número de enero/febrero de 2008 de doctor the Magazine.
