Problemas dentales y enfermedad de Alzheimer: Orientación y consejos

Los problemas dentales pueden ser un reto para las personas mayores con enfermedad de Alzheimer. Descubra cómo ayudar a su ser querido a mantenerse sano mediante un buen cuidado de la boca.

Lleva a tu ser querido a urgencias o a un médico lo antes posible si tiene fiebre y la cara o la mandíbula están hinchadas, o si no puede respirar o tragar.

Llama a su dentista si tiene un diente de color más oscuro que los que le rodean, o si parece dolerle cuando come o presiona el diente.

Es posible que no pueda decírtelo, así que busca señales de que le duele. Pueden:

  • Hacer un gesto de dolor al masticar

  • Alejarse de los alimentos demasiado calientes o fríos

  • Morderse la parte interna de la mejilla o el labio

  • Babear

  • Actuar de forma agresiva o intentar morderte a ti o a otros objetos

  • Tienen una película blanca en la lengua

  • Tienen mal aliento aunque se cepillen los dientes

  • Tienen una mancha hinchada o un grano en la encía debajo de un diente

  • No dejar que les mires o les limpies la boca

Si tu ser querido tiene un diente roto, enjuágale la boca con agua tibia si puedes. Si hay sangre y es capaz de seguir las instrucciones, haz que muerda un trozo de gasa o una bolsa de té húmeda durante unos 10 minutos o hasta que deje de sangrar. No le metas los dedos en la boca.

Pon una compresa fría en la mejilla o el labio sobre el diente roto para que baje la inflamación. Si le duele, dale paracetamol. No le des ibuprofeno ni aspirinas. Pueden hacer que la lesión sangre más y se formen hematomas.

Problemas dentales comunes

El cuidado de la boca no solo la mantiene sana. También disminuye las posibilidades de que un enfermo de Alzheimer contraiga una neumonía. Algunos estudios demuestran que hasta la mitad de los casos de neumonía entre los residentes de residencias de ancianos se deben a una mala higiene dental.

Algunos de los problemas dentales más comunes en las personas mayores con enfermedad de Alzheimer son

Caries. Si no se cepillan los dientes o no utilizan el hilo dental, las bacterias y los alimentos pueden acumularse en la boca. Estas bacterias, o sarro, pueden acumularse y corroer la capa exterior del diente, llamada esmalte. Esto produce agujeros en los dientes, llamados caries. Éstas suelen producirse en las zonas donde se acumulan la placa y el sarro, como las fosas o los surcos de los dientes. Una vez que las caries llegan a lo más profundo del diente, puedes tener dolor de muelas.

Dientes rotos o trabajos dentales. Esto puede ser leve o grave. Si sólo se astilla el esmalte del diente, entonces es menor. Pero si la rotura llega a la parte interna del diente, llamada dentina o pulpa, debes llevar a tu ser querido a un dentista en los próximos días. Si ignoras un diente gravemente roto, puede producirse un absceso. En las personas mayores, los trabajos dentales como empastes, coronas y endodoncias pueden caerse o astillarse al masticar.

Diente con absceso. Se trata de una infección dentro de la pulpa del diente, que es la parte interna del diente fusionada con los vasos sanguíneos. Desde ahí, la infección se extiende a la encía. Esto es muy doloroso. Suele estar causada por una caries que se extiende demasiado dentro del diente. Esto permite que las bacterias entren en su capa pulpar. Cuando el diente intenta luchar contra la caries, la pulpa se inflama y a veces provoca dolor de muelas. Los molares (los dientes de la parte posterior de la boca) suelen ser los que forman abscesos porque es más difícil mantenerlos limpios.

Boca seca. Si la boca no produce suficiente saliva, puede secarse demasiado. Los medicamentos para la enfermedad de Alzheimer, la presión arterial, la depresión y las alergias también pueden provocarla. Si no la tratas, la sequedad bucal puede provocar úlceras, llagas y caries. También puede hacer que no puedas saborear las cosas y que tengas problemas para digerir los alimentos.

Mal aliento. Hay muchas causas de mal aliento, como una mala higiene dental, sequedad de boca, infecciones bucales, problemas dentales, medicamentos y ciertos alimentos.

Cuidados básicos de la boca

Para mantener la boca de tus seres queridos sana, sigue los consejos básicos de higiene dental que proporciona la Asociación Dental Americana. Cepíllate los dientes dos veces al día con una pasta dental con flúor. Utiliza un cepillo de dientes de cerdas suaves y cabezal pequeño para llegar a las zonas de difícil acceso, y sustitúyelo cada 3 ó 4 meses.

Limpie entre los dientes diariamente con hilo dental o un cepillo interdental. Beba agua con flúor. Si lleva dentadura postiza, límpiela y sáquela durante 4 horas cada día para mantener sano el revestimiento de la boca. Hacer una revisión dental cada año.

Ayude a su ser querido con la higiene dental

La forma de ayudar a su ser querido a cuidar de su boca y sus dientes depende sobre todo de la claridad de su pensamiento y de si puede seguir instrucciones. En las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer, muchas personas pueden cepillarse los dientes por sí mismas mientras usted les observa para asegurarse de que lo hacen bien.

Más adelante, es probable que necesiten ayuda. Es más probable que se asusten y no quieran cooperar. Es posible que se enfaden. Pero puedes hacer algunas cosas para facilitar su cuidado.

Cuando le limpies y revises la boca y los dientes, empieza con cuidado. Muévete y habla despacio, y mantén el contacto visual. Es posible que quieras hablar con ellos durante un rato y luego explicarles lo que tienes que hacer. Hazle saber que harás todo lo posible por no causarle dolor. Diles que te digan si algo de lo que haces te duele, y que pararás rápidamente.

Puedes ponerte guantes de látex o goma, o envolver tu dedo con una gasa, y luego masajear suavemente sus encías, mejillas y paladar. Haz que escupa. Si le resulta difícil, pon música o su programa de televisión favorito para distraerle.

Si no quiere abrir la boca, dile claramente y con suavidad lo que quieres hacer. Intenta tocar su boca con el cepillo de dientes para ver si te deja introducirlo. Puedes tocarle la mandíbula o la mejilla para indicarle que te gustaría que abriera la boca, pero no fuerces la entrada del cepillo. Puedes preguntarles si pueden sonreír para ti o hacerles cantar una canción. Esto les hará abrir la boca para que puedas introducir el cepillo de dientes. Si abre bien la boca, cepilla primero los dientes posteriores, que son los más difíciles de limpiar.

Si no te dejan cuidar de su boca, intenta explicarles de forma sencilla por qué es importante. Haz que se implique en su propio cuidado preguntándole si quiere intentarlo él mismo. Puede ayudar a que se sientan más cómodos si les das un objeto familiar para que lo sostengan mientras empiezas. Cuando te deje cuidar su boca, dale una respuesta positiva.

Intenta convertir el cuidado de la boca en una rutina. Hazlo a la misma hora todos los días. Si no le sorprende, es posible que su ser querido lo acepte. Si aún así no te deja, dile que lo volverás a intentar más tarde. Si no te deja hacerlo a esa hora, puedes omitirlo ese día, pero vuelve a intentarlo al día siguiente.

Otras herramientas dentales

Si tu ser querido arremete contra ti y temes que te muerda, hay herramientas que puedes utilizar para no tener que meterle los dedos en la boca. Por ejemplo, puedes utilizar un cepillo interdental para pasar entre los dientes y eliminar los restos.

Si se encuentra en las últimas fases de la enfermedad de Alzheimer, puede que no sea posible cepillar sus dientes con pasta de dientes. Si no puedes, prueba con una esponja bucal empapada con un enjuague bucal. Asegúrate de mantener la boca húmeda y utiliza una pomada para evitar que los labios se agrieten. Ayúdale a tomar suficientes líquidos cada día.

Cuidados de las prótesis dentales

Si su ser querido lleva dentadura postiza, debe quitársela de la boca durante al menos 4-8 horas cada día. Límpialas y luego guárdalas en un vaso o cuenco lleno de agua. Nunca utilices pasta de dientes en las dentaduras postizas, ya que puede dañarlas. En su lugar, enjuágalas bajo el grifo y cepíllalas con un cepillo de dientes húmedo.

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