La UCI y la demencia: Delirio, confusión, alzhéimer

Un problema común para las personas en las unidades de cuidados intensivos puede tener efectos duraderos, incluyendo la demencia.

La UCI y su cerebro

La UCI es para las personas que necesitan cuidados las 24 horas del día. Si ha sufrido una enfermedad o lesión que pone en peligro su vida y necesita una intervención quirúrgica importante, es probable que esté allí durante la primera parte de su recuperación.

Las personas que se encuentran en cuidados intensivos suelen recibir fármacos potentes. También pueden tener problemas que afectan a la química cerebral o a la cantidad de oxígeno que llega al cerebro. Estas cosas pueden afectar a la forma en que su cerebro maneja la información o equilibra su estado de ánimo. Pueden alterar su forma de pensar, comunicarse y ver el mundo que le rodea. Eso se llama delirio, o estar delirando.

Cuando se delira, es posible que no se sepa dónde se está, o que se piense que se está en otro lugar que no sea el hospital. Es posible que vea u oiga cosas que no existen y que no pueda hablar con claridad a otras personas que quieran ayudarle. Se ha descrito como un mal sueño, que también puede asustar a los que le rodean.

Otros signos comunes del delirio son:

  • Confusión sobre el día que es

  • Dificultad para concentrarse

  • Ser incapaz de recordar las cosas

  • Cambios repentinos en el estado de ánimo

Si delira, también puede pensar que está en peligro y necesita salir del hospital, o puede intentar quitarse los tubos o catéteres.

Efectos a largo plazo

El delirio es temporal, pero puede tardar días o semanas en desaparecer por completo. Y las investigaciones demuestran que puede acarrear problemas incluso después de salir del hospital. Más de un tercio de las personas que se recuperan de una enfermedad grave en la UCI tienen problemas para pensar con claridad, recordar u organizar cosas o resolver problemas después.

Esto puede mejorar con el tiempo, pero no es el caso de todos. Algunos estudios demuestran que hasta el 75% de las personas que salen de cuidados intensivos muestran algunos signos de demencia, es decir, una pérdida permanente de ciertas capacidades mentales, como la memoria y la comunicación.

Los científicos no están seguros de por qué, pero las probabilidades de que esto ocurra parecen ser mayores cuanto más tiempo se les administre la medicina para hacerles dormir. Las personas con afecciones graves, como sepsis, insuficiencia renal o trastornos cerebrales, o que han sido sometidas a una operación de corazón, también parecen tener mayores probabilidades de sufrir demencia después.

Cómo comunicarse con el personal del hospital

Su ser querido tendrá un equipo dedicado a su cuidado. Si uno de ellos utiliza términos o se refiere a nuevos procedimientos que le confunden, no tenga reparo en pedirles explicaciones. La mala comunicación entre las familias y los miembros del personal puede ser una de las cosas más frustrantes de la estancia en el hospital.

Para ayudar a mejorar la comunicación:

  • Elija una persona de contacto principal con la que el personal pueda hablar. Puedes ser tú u otro miembro de la familia.

  • Hable con un médico cada día sobre el plan y el calendario de la estancia en el hospital.

  • Averigüe a qué enfermera y persona del personal debe dirigirse cada día para hacer preguntas.

  • Recuerde que la mayoría de los médicos pasan por la mañana o a última hora de la tarde. Tenga preparadas sus preguntas. Diga a los familiares que quieran hablar con el médico que estén allí en esos momentos.

  • Decide qué preguntas quieres hacer primero. Comprenda que es posible que no obtenga respuesta a todas sus preguntas a la vez.

  • Tome notas cuando hable con un miembro del personal.

  • Pida folletos o panfletos sobre nuevos procedimientos o tratamientos si quiere saber más.

  • Consiga un número de teléfono de contacto por si tiene preguntas después de que su ser querido llegue a casa.

Si no estás en el hospital con ellos

Aproveche este tiempo para cuidarse, sobre todo si va a ser el principal cuidador tras el alta. Es normal que esté cansado. Cuidar a un enfermo de Alzheimer requiere mucho tiempo y energía. El cansancio por la falta de sueño, la ansiedad y el estrés pueden dejarle agotado y deprimido.

Diga a sus allegados cómo se siente. Si sus familiares o amigos le ofrecen ayuda, acéptela. Hazles saber exactamente lo que necesitas. Dar de comer a tus mascotas, preparar una comida o recoger el correo puede ser una gran ayuda para ti y hacer que ellos también se sientan bien. Los amigos y familiares también pueden quedarse con tu ser querido para que puedas tener un tiempo libre.

Dar de alta

Las estancias en el hospital a veces son más cortas de lo esperado. Necesitarás un plan en caso de que vuelvan a casa antes de tiempo, así que empieza a pensar en ello en cuanto estén ingresados. Puede que todavía se esté recuperando cuando le den el alta. Podrían ser dados de alta en su casa y necesitar sólo un poco de ayuda de usted. O puede que se vaya a casa, pero que necesite la ayuda de un asistente sanitario a domicilio. Pero podrían dejar el hospital para ir a un centro de rehabilitación temporal, como una residencia de ancianos. Una enfermera, un trabajador social o un gestor de casos contratado por el hospital le ayudará a planificar este proceso.

Sea honesto sobre cualquier límite o deseo específico que tenga sobre sus cuidados. Algunas residencias de ancianos tienen unidades de cuidados especiales para personas con demencia. Puede hablar con el coordinador del alta sobre esta opción mientras su ser querido está todavía en el hospital.

Para que el alta sea segura y fluida, haga una lista de las cosas que podrían ir mal y piense en cómo abordarlas. Por ejemplo, pida una lista de los cambios en la medicación. Si ha habido cambios, asegúrate de que entiendes los nuevos medicamentos y los efectos secundarios que podrían tener. Compruebe que dispone de las nuevas recetas. También querrás saber si a tus seres queridos se les ha diagnosticado alguna enfermedad nueva. Haz una lista de los tratamientos que ha recibido y de los que necesita. Averigua si hay algún nuevo cuidado que debas proporcionarle. Obtenga un número de teléfono al que pueda llamar en cualquier momento para hacer preguntas. Por último, concierta una cita de seguimiento con su médico de cabecera.

Prevención y tratamiento

Debido a la conexión entre el delirio en la UCI y los problemas a largo plazo, los médicos han elaborado listas de comprobación para prevenir los problemas o acortarlos si comienzan. Estos pasos incluyen:

  • Buscar signos de dolor o malestar en las personas que no pueden hablar

  • Utilizar analgésicos que pueden ser menos propensos a desencadenar el delirio

  • Dejar que las personas descansen mejor sin ser molestadas a menudo

  • Sacar a las personas de los respiradores antes

  • Conseguir que la gente se levante y se mueva antes

  • Implicar a los familiares en su cuidado

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