El médico explica la sensibilidad química múltiple (SQM), que se refiere a una variedad de síntomas inespecíficos que presentan algunas personas tras una posible exposición a agentes químicos, biológicos o físicos.
Los síntomas que la gente manifiesta son muy variados. Incluyen dolor de cabeza, fatiga, mareos, náuseas, congestión, picor, estornudos, dolor de garganta, dolor de pecho, cambios en el ritmo cardíaco, problemas respiratorios, dolor o rigidez muscular, erupciones cutáneas, diarrea, hinchazón, gases, confusión, problemas de concentración, problemas de memoria y cambios de humor.
Los posibles desencadenantes que desencadenan los síntomas de las personas también varían mucho. Entre ellos se encuentran el humo del tabaco, los gases de escape de los automóviles, los perfumes, los insecticidas, las alfombras nuevas, el cloro, etc.
Esas sensaciones son reales. Pero pueden producirse por muchas razones. La cuestión es si la SQM es una enfermedad. Los expertos en salud no se ponen de acuerdo. La Asociación Médica Americana no considera que la sensibilidad química múltiple sea una enfermedad.
Causa
No hay duda de que las dosis elevadas de algunas sustancias químicas enferman a las personas y que los agentes irritantes, como la contaminación y el humo de los cigarrillos, empeoran afecciones como el asma. No está claro cómo afectan a las personas los niveles muy bajos de exposición a sustancias químicas.
Algunos médicos sugieren que se trata de una respuesta inmunitaria similar a la de las alergias. Otros dicen que los síntomas se derivan de una sensibilidad extrema a ciertos olores. También es posible que afecciones como la depresión y la ansiedad desempeñen un papel.
En algunos casos, la gente apunta a un acontecimiento importante, como un vertido químico. O pueden relacionar sus síntomas con el contacto con niveles bajos de sustancias químicas en el trabajo, por ejemplo, si su oficina tiene una mala ventilación.
Algunos dicen que los niveles de exposición generalmente considerados seguros para la mayoría de las personas pueden tener un efecto en unos pocos.
Diagnóstico y tratamiento
No existen pruebas fiables para diagnosticar la sensibilidad química múltiple, y no hay tratamientos eficaces o probados.
Algunos médicos recetan antidepresivos, incluidos los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) como el citalopram (Celexa), la fluoxetina (Prozac) y la paroxetina (Paxil).
A otras personas les ayudan los medicamentos para la ansiedad y el sueño. También pueden ayudar a tratar síntomas específicos, como los dolores de cabeza. También se puede probar la terapia cognitivo-conductual o la desensibilización.
La gente suele encontrar soluciones por sí misma. Algunos aprenden por experiencia que ciertos alimentos o sustancias químicas parecen empeorar sus síntomas. Evitar esas cosas puede ayudar. Pero someterse a dietas muy estrictas, evitar cualquier posible alérgeno o contaminante, o incluso dejar el trabajo son una gran carga.
Trabaja con tu médico
Antes de gastar tiempo y dinero en un tratamiento especializado, o en una reforma de la casa para eliminar los posibles desencadenantes, investigue. Es natural querer alivio. Pero debes asegurarte de que hay pruebas que demuestran un beneficio médico.
Evite las pruebas o tratamientos caros, no probados o que puedan causar daños.
Querrá acudir a un médico en el que confíe, que sea compasivo y que quiera ayudarle a volver a su vida normal. Ambos deben ser cautelosos pero mantener la mente abierta sobre todas las posibles causas de sus síntomas y las muchas opciones de tratamiento. Juntos podéis encontrar una forma segura de sentiros mejor.