Aprenda del médico sobre la regurgitación y los vómitos en los bebés, una gran preocupación para muchos padres.
La regurgitación es lo que ocurre cuando el contenido de la barriga de tu bebé vuelve a salir con facilidad -no con fuerza- por la boca. A menudo viene acompañado de un eructo. No es lo mismo que el vómito, que es cuando el bebé vomita el contenido de su estómago con fuerza y contracciones musculares.
Si eres padre o madre, seguro que has tenido que lidiar con alguna que otra regurgitación. Todos los bebés lo hacen al menos de vez en cuando. Algunos lo hacen a menudo, incluso con cada toma.
La mayoría de los bebés que regurgitan son "escupidores felices". Están contentos, se sienten cómodos y crecen bien, y no tienen problemas respiratorios causados por los vómitos. Si eso es lo que le ocurre a su hijo, no necesita medicamentos. Si no es así, cuéntale a tu médico lo que has notado para que busque posibles problemas.
Causas de las regurgitaciones
Después de que tu bebé trague la leche, ésta se desliza por la parte posterior de su garganta y baja por un tubo muscular, llamado esófago, hasta su estómago. Un anillo de músculos conecta el esófago y el estómago. Se abre para que la leche pase al estómago y luego se cierra de nuevo. Si ese anillo, llamado esfínter esofágico inferior, no se cierra, la leche puede volver a subir. Eso es el reflujo.
Los bebés son especialmente propensos al reflujo porque sus estómagos son pequeños -del tamaño de un puño o una pelota de golf-, por lo que se llenan con facilidad. Además, es posible que la válvula que une el esófago con el estómago no esté lo suficientemente madura para funcionar como debería. Esto suele cambiar en torno a los 4 ó 5 meses de edad. A partir de entonces, pueden dejar de escupir.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y las regurgitaciones
A diferencia de los escupidores felices, los bebés con ERGE pueden tener:
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Malestar y dolor causados por el reflujo.
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Problemas respiratorios como arcadas, ahogos, tos, sibilancias y, en casos graves, neumonía por inhalar el contenido del estómago hacia los pulmones
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Crecimiento deficiente, porque los vómitos les impiden obtener suficientes nutrientes
Su bebé también puede tener una ERGE grave u otra afección que necesite tratamiento si:
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Tiene regularmente vómitos en proyectil, que es cuando el contenido de su estómago sale disparado por la boca
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Tienen escupitajos verdes o amarillos
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No quiere comer
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Tienen sangre en sus cacas
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Comienzan a escupir después de los 6 meses de edad
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Están muy malhumorados después de comer
Si tu bebé tiene alguno de estos síntomas, habla con tu pediatra. Ellos pueden comprobar si tu bebé tiene ERGE u otro problema grave pero tratable, como una obstrucción del tubo digestivo.
Consejos para reducir las regurgitaciones
Estos consejos pueden ayudar a que tu bebé regurgite con menos frecuencia:
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No alimente demasiado de una vez, sino que dé cantidades más pequeñas y más frecuentes.
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Hazle eructar a menudo. Haz eructar a tu bebé durante y después de las comidas para ayudarle a deshacerse de los gases que pueden agravar los problemas de regurgitación.
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Mantén a tu bebé erguido durante 30 minutos después de la toma.La gravedad ayuda a mantener las cosas en su sitio.
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No le hagas rebotar ni hagas otros juegos activos justo después de comer.Mantén a tu bebé tranquilo durante unos 20 minutos después de comer.
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Asegúrate de que no haya presión en su estómago después de comer. Por ejemplo, espera al menos 30 minutos antes de poner a tu bebé en su silla de auto.
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Prueba una fórmula diferente. Algunos bebés son alérgicos a la leche o a la soja de la fórmula. Tu pediatra puede sugerirte una fórmula sin estos ingredientes. Puedes probarla durante una o dos semanas para ver si se reducen las regurgitaciones.
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Si das el pecho, considera la posibilidad de cambiar tu propia dieta.Tu bebé puede regurgitar menos si eliminas los lácteos u otros alimentos.
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No pongas a tu bebé a dormir boca abajo. Ponga a su bebé a dormir boca arriba para reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
A veces, estas sencillas medidas son suficientes para que tu pequeño siga siendo un escupidor feliz. Si no es así, tu pediatra puede sugerirte medicamentos que pueden ayudarte. Cada uno puede tener beneficios y efectos secundarios. El médico puede ayudarte a decidir cuál es el adecuado para tu bebé, si es que hay alguno.