¿Alguna vez has sentido que has trabajado todo el día pero no has conseguido hacer mucho? A dónde va a parar todo tu tiempo? el doctor te ayuda a saber cómo aprovechar tu tiempo al máximo.
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Hablamos de objetivos a gran escala tanto para tu trabajo como para tu vida familiar. Por ejemplo, puede que quieras encontrar un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada, hacer más ejercicio y participar más en las actividades extraescolares de tus hijos. Una vez que sepas cuáles son, puedes dividirlos en tareas más pequeñas y centrarte en cómo encajarlas en tu vida.
Mantén el control
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Puede ser útil tomarse una semana, más o menos, y anotar el tiempo que realmente le lleva hacer cosas que hace todo el tiempo: lavar la ropa, hacer el desayuno, hacer la cama. La mayoría de la gente sobreestima el tiempo que tarda en hacer algo sencillo, como ducharse, y subestima el tiempo necesario para tareas más importantes, como escribir un trabajo de fin de curso. Si sabes exactamente en qué empleas tu tiempo, podrás gestionarlo mejor.
Prioriza
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Poner las tareas pendientes en 4 grupos:
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Urgente e importante
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No urgente pero importante
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Urgente pero no importante
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Ni urgente ni importante
El objetivo es tener el menor número posible de cosas bajo urgente e importante. Esas causan estrés cuando se acumulan. Si gestionas bien tu tiempo, es probable que dediques la mayor parte de tu tiempo a cosas no urgentes, sino importantes: ahí es donde puedes hacer las cosas más útiles y evitar que te sientas abrumado después.
Programe su día
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Una vez que sepas cuánto tiempo llevan las cosas y qué es lo más importante, empieza a planificarlas. Sé flexible. ¿Haces más cosas a última hora de la tarde o a primera hora de la mañana? ¿Te gusta tener las noches libres para relajarte? ¿Te apetece más hacer las tareas de jardinería si tienes un trozo de tiempo para hacerlo todo de una vez o si lo repartes a lo largo de la semana? Piensa en lo que te funciona mejor y no tengas miedo de cambiar las cosas.
Haz primero lo más difícil
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Mark Twain dijo: Si tu trabajo es comerte una rana, es mejor hacerlo a primera hora de la mañana. Y si tu trabajo es comer dos ranas, es mejor comer primero la más grande. En otras palabras, si tienes que hacer algo difícil, quítalo de en medio para no tener que preocuparte por ello el resto del día. Al menos así lo entendió el autor de un destacado libro de gestión del tiempo. Lo tituló ¡Cómete esa rana!
Anótalo
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La lista de tareas pendientes es un método probado. Pero también puedes utilizar otras herramientas... lo principal es apuntarlo en algún sitio. Sea cual sea la herramienta que utilices para llevar el control de las cosas que tienes que hacer, es mejor que tengas una sola y que la lleves contigo allá donde vayas, por ejemplo, en tu teléfono móvil. Es probable que ya tengas en tu teléfono algún tipo de aplicación para hacer listas o calendarios.
¿Vale la pena su tiempo?
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Recuerde sus objetivos generales y pregúntese si lo que está haciendo puede ayudarle a conseguirlos. Por ejemplo, esa hora extra que has pasado en el trabajo en algo que nadie te ha pedido que hagas podría haber sido mejor empleada en el gimnasio, en el piano o en el partido de béisbol de tu hijo.
No hacer trampa
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Si programas una sesión de trabajo a las 9 de la mañana, cúmplela: las 9:17 no servirán, aunque trabajes solo. Si pierdes una hora de inicio, es más probable que pierdas otras. Si quieres tener cierta flexibilidad, permítete elegir entre devolver los correos electrónicos o archivar los documentos, por ejemplo, pero mantén el horario como si estuviera grabado en piedra. Si lo pruebas y ves que no te funciona, siempre puedes cambiarlo.
Empieza a hacerlo.
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Si sientes un fuerte impulso de posponer las cosas, encuentra la manera de superarlo y dar aunque sea un pequeño paso adelante. Te sentirás mejor una vez que hayas progresado un poco y puede que pronto te encuentres en un verdadero ritmo. Esto se debe a que tu actitud suele derivar de tu comportamiento -y de tus resultados- y no al revés.
Todo tu tiempo cuenta
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Tienes un trozo de tiempo libre de 15 minutos antes de tener que estar en algún sitio: tiempo para navegar por la web y consultar las redes sociales, ¿verdad? Te sorprenderá lo que puedes hacer en ese tiempo. Cuatro trozos de 15 minutos repartidos a lo largo del día son una hora de productividad. Y te sentirás mejor si te relajas más tarde.
Tu ordenador puede ayudarte
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La tecnología -la web, el correo electrónico, las redes sociales- puede distraerte durante horas y horas. Pero también puede ayudar. Busca herramientas que te ayuden a controlar y programar tu tiempo, que te recuerden cuándo tienes que hacer algo o incluso que te bloqueen los sitios web que te hacen perder el tiempo y que más te tientan.
Establece límites de tiempo
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Es decir, establece el máximo tiempo permitido para la tarea. Puede que la hagas antes, pero si no es así, el límite te ayuda a no excederte. Una vez alcanzado el límite, sigue adelante.
El correo electrónico: El agujero negro de la pérdida de tiempo
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Puede ser una enorme pérdida de tiempo y una fuente de estrés. Prueba con Las Cuatro Ds:
Borrar: Si no te concierne o no es algo que necesitas saber, deshazte de él.
Hazlo: Si se trata de algo urgente o de algo que puede hacerse rápidamente, respóndelo.
Delegar: Si un correo electrónico te pide algo de lo que es mejor que se ocupe otra persona, reenvíalo a esa persona y sigue adelante.
Aplazar: Si te va a llevar más tiempo del que tienes en ese momento, reserva tiempo para hacerlo más tarde.
Haz una pausa para comer
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Puede parecer eficiente trabajar durante el almuerzo, pero puede ser contraproducente. Como regla general, 30 minutos fuera de tu trabajo te ayudarán a trabajar mejor por la tarde. Si no tienes hambre, sal a dar un paseo al aire libre o haz algunos estiramientos. Seguramente volverás con más energía y concentración.
Programe las cosas buenas
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El objetivo de mejorar con tu tiempo es hacer más tiempo para las cosas que quieres hacer. Esparce cosas divertidas, saludables y ajenas al trabajo a lo largo de la semana para mantenerte positivo con respecto a tu horario y motivado para seguir adelante. Esto incluye descansos, refrigerios, actividades recreativas, ejercicio, incluso vacaciones, especialmente cuando termines una tarea importante.