Trastorno de la función ejecutiva y habilidades de la función ejecutiva

El lóbulo frontal del cerebro controla la función ejecutiva: todo, desde nuestra capacidad para recordar un número de teléfono hasta terminar una tarea o evitar comer un trozo de pastel de chocolate. Aprenda más del médico sobre cómo diagnosticar y compensar los problemas de la función ejecutiva.

Las habilidades de funcionamiento ejecutivo te ayudan a hacer las cosas. Estas habilidades están controladas por un área del cerebro llamada lóbulo frontal.

La función ejecutiva te ayuda a:

  • Gestionar el tiempo

  • Prestar atención

  • Cambiar el enfoque

  • Planificar y organizar

  • Recordar los detalles

  • Evitar decir o hacer lo que no se debe

  • Haz las cosas basándote en tu experiencia

  • Realiza varias tareas a la vez

Cuando la función ejecutiva no está funcionando como debería, tu comportamiento está menos controlado. Esto puede afectar a tu capacidad para:

  • Trabajar o ir a la escuela

  • Hacer cosas de forma independiente

  • Mantener las relaciones

Tipos de función ejecutiva

La función ejecutiva puede dividirse en dos grupos:

  • Organización: Recogida de información y estructuración de la misma para su evaluación.

  • Regulación: Hacer un balance del entorno y cambiar el comportamiento en respuesta a él

Por ejemplo, ver un trozo de tarta de chocolate en un carrito de postres en un restaurante puede ser tentador. Ahí es donde la función ejecutiva puede intervenir. La parte organizativa te recuerda que el trozo probablemente tenga cientos de calorías. La regulación te dice que comer el pastel entra en conflicto con los objetivos que puedas tener, como comer menos azúcar o perder peso.

Qué es el trastorno de la función ejecutiva (disfunción ejecutiva)?

Muchos de los síntomas del TDAH son problemas con la función ejecutiva. El TDAH es una condición que su médico puede diagnosticar, y aunque usted puede oírlos usar el término trastorno de la función ejecutiva, no es una verdadera condición médica. Es una debilidad en el sistema de autogestión de tu cerebro, especialmente en las habilidades que te ayudan:

  • Prestar atención

  • Recordar las cosas

  • Organizar las tareas

  • Gestionar el tiempo

  • Pensar de forma creativa

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Qué causa los problemas de la función ejecutiva?

Algunas personas nacen con una función ejecutiva débil. Las personas con TDAH, depresión o problemas de aprendizaje suelen tener problemas con estas habilidades. Una lesión en la parte frontal del cerebro puede perjudicar su capacidad para mantenerse en la tarea. Los daños provocados por la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares también pueden causar problemas.

Los expertos se basan en diferentes pruebas para medir habilidades específicas relacionadas con la función ejecutiva. Los problemas que se observan en estas pruebas no pueden predecir lo bien que lo harán los adultos o los niños en la vida real. A veces, observarlos y probar cosas diferentes es la mejor manera de mejorar una función ejecutiva débil.

Cómo sé si mi hijo tiene problemas con la función ejecutiva?

Las señales de advertencia de que un niño puede tener problemas con la función ejecutiva incluyen problemas con:

  • La planificación de proyectos

  • Estimar el tiempo de realización de un proyecto

  • Contar historias (verbalmente o por escrito)

  • Memorizar

  • Iniciar actividades o tareas

  • Cambiar los planes cuando las situaciones cambian

  • Centrarse sólo en una tarea

  • Cerrarse cuando los padres o los compañeros no actúan como se espera

Cómo se diagnostican los problemas de la función ejecutiva?

Como los problemas de la función ejecutiva no están reconocidos como una enfermedad oficial, no hay un conjunto de criterios que se puedan utilizar para diagnosticar a alguien. Pero existen pruebas para medir el funcionamiento de la función ejecutiva. Entre ellas se encuentran:

  • Escala de Déficit de Función Ejecutiva de Barkley (BDEFS): Esta herramienta ayuda a detectar problemas en tareas de función ejecutiva como la organización, el autocontrol, la motivación, el control emocional y la gestión del tiempo. También puede proporcionar información sobre cómo actúa la persona a lo largo de un período de tiempo, a diferencia de otras pruebas, que sólo proporcionan información en el momento.

  • Inventario Integral de la Función Ejecutiva (CEFI): Esta escala mide los puntos fuertes y débiles de la función ejecutiva en niños de 5 a 18 años. Los padres, los profesores y los niños de 12 a 18 años pueden participar en la evaluación

  • Escala de calificación de 3 padres de Conners: Mide el comportamiento de los niños de 6 a 18 años. Ayuda a identificar los problemas de aprendizaje en materias específicas, como la lectura, la ortografía, las matemáticas y también en términos de conceptos más amplios como la memoria. Pueden contribuir los padres, los profesores y los propios niños.

Lista de comprobación: Desafíos comunes de la función ejecutiva -- y soluciones

Cómo manejar los problemas de la función ejecutiva

Estos son algunos consejos del Centro Nacional de Problemas de Aprendizaje:

  • Adopte un enfoque de trabajo paso a paso.

  • Apoyarse en ayudas visuales para organizarse.

  • Utilizar herramientas como organizadores de tiempo, ordenadores o relojes con alarmas.

  • Haz horarios, y míralos varias veces al día.

  • Pide instrucciones escritas y orales siempre que sea posible.

  • Planifique los tiempos de transición y los cambios de actividades.

Mejorar la gestión del tiempo:

  • Cree listas de control y calcule el tiempo que le llevará cada tarea.

  • Divida las tareas largas en trozos y asigne plazos para completar cada uno de ellos.

  • Utilizar calendarios para llevar un control de las tareas a largo plazo, las fechas de entrega, las tareas y las actividades.

  • Escribe la fecha de entrega en la parte superior de cada tarea.

Para gestionar mejor el espacio y evitar que las cosas se pierdan:

  • Tenga áreas de trabajo separadas con juegos completos de suministros para diferentes actividades.

  • Organizar el espacio de trabajo.

  • Reducir el desorden.

  • Programar un tiempo semanal para limpiar y organizar el espacio de trabajo.

Mejorar los hábitos de trabajo:

  • Haz una lista de comprobación para superar las tareas. Por ejemplo, la lista de control de un estudiante podría incluir elementos como: sacar lápiz y papel; poner el nombre en el papel; poner la fecha de entrega en el papel; leer las instrucciones; etc.

  • Reunirse con un profesor o supervisor de forma regular para revisar el trabajo y solucionar problemas.

  • También hay entrenadores o tutores de la función ejecutiva que pueden ayudarte a perfeccionar tu forma de planificar y realizar las tareas.

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