El poder de los ritmos circadianos
Escrito por Sarah Yang De los archivos del médico
8 de mayo de 2000 -- Los ritmos circadianos -nuestros ciclos biológicos de 24 horas- rigen algo más que nuestra vigilia y nuestro sueño. Afectan a cuándo nacemos, cuándo morimos y cómo pasamos los días intermedios.
Los ritmos de nuestro cuerpo se rigen por un "reloj maestro" situado en una pequeña región del cerebro llamada núcleo supraquiasmático. Funciona como un director de orquesta, que pone en marcha una sección de la orquesta del cuerpo cuando otra se tranquiliza, y que recibe su señal principal de las señales luminosas para mantenerse en sintonía con las 24 horas del día.
Las hormonas de nuestro cuerpo se mueven al ritmo de la varita invisible de este maestro. Incluso nuestras células crecen más rápido durante ciertas horas del día.
Éstas son sólo algunas de las formas en que nuestros ritmos circadianos orquestan nuestras vidas:
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La noche suele traer la vida. La evolución ha programado las hormonas para desencadenar el parto y el nacimiento por la noche, cuando la madre y su recién nacido serían menos vulnerables a los depredadores, según la teoría darwiniana (evolutiva). De hecho, los estudios han demostrado que los partos naturales se producen con más frecuencia en las horas posteriores a la medianoche que durante la tarde.
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La mañana suele traer la muerte. Nuestra presión arterial es más baja alrededor de las 3 a.m. Cuando amanece y nos despertamos de la cama, nuestra presión arterial aumenta bruscamente, lo que incrementa los riesgos de infarto e ictus entre las 8 a.m. y el mediodía.
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El asma suele atacar con más fuerza al amanecer. Una posible razón es que nuestro cuerpo produce menos cortisol, un esteroide antiinflamatorio, durante la noche.
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Las alergias suelen recrudecerse al despertar. Los estornudos y el goteo nasal suelen ser peores por la mañana para el 70% de los alérgicos.
Este tipo de descubrimientos han dado lugar al incipiente campo de la cronoterapia, en el que los médicos adaptan los medicamentos a los ritmos naturales del cuerpo. Por ejemplo, los alérgicos pueden aliviar sus síntomas matutinos tomando un antihistamínico de acción prolongada a última hora de la noche. Los asmáticos pueden reducir el riesgo de un ataque matutino tomando la teofilina por la noche.
Incluso hay razones para creer que el reloj circadiano afecta a la tolerancia de nuestras células a las toxinas. Al manipular su horario y dosis, los médicos esperan reducir los efectos secundarios de la quimioterapia contra el cáncer.
"Hemos descubierto más de 35 afecciones médicas que se ven afectadas por el reloj interno del cuerpo", afirma el doctor Michael Smolensky, profesor de fisiología ambiental de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Texas-Houston y coautor de The Body Clock Guide to Better Health. "Ese concepto es revolucionario, y hay más en camino".
Sarah Yang es reportera de San Francisco para doctor.