De los archivos del médico
La diseñadora de lencería neoyorquina Carolyn Keating estaba encantada de conseguir una entrevista de trabajo en Victoria's Secret. Sabía que llegar a tiempo era esencial para causar una buena impresión, pero sólo había un problema. "Había escrito mal la dirección. Quería comprobarla la noche anterior en el ordenador, pero no lo hice". Cuando Keating llegó por fin a la dirección correcta, llegó 30 minutos tarde. "Me sentí avergonzada y eso me puso nerviosa", cuenta la doctora. "Llevé esa energía insegura, preocupada y nerviosa durante toda la entrevista". No consiguió el trabajo.
En otra ocasión, Keating y varios amigos llegaron 15 minutos tarde a la boda de un colega. "La novia ya estaba en el altar. Estaba dando el "sí, quiero" cuando entramos, y es difícil que seis o siete personas entren de puntillas sin hacer ruido. Nos preocupaba haber arruinado el día más importante de su vida".
Para algunas personas, llegar a tiempo parece casi imposible, por muy importante que sea el evento. Siempre salen corriendo por la puerta, llegando a todas partes con al menos 10 minutos de retraso. Si esto le suena a usted, ¿ha deseado alguna vez poder romper el patrón? Según Julie Morgenstern, autora de Time Management From the Inside Out, el primer paso es hacer de la puntualidad una prioridad consciente.
"Analiza los costes de la impuntualidad y los beneficios de la puntualidad", aconseja Morgenstern. Dice que es importante reconocer que llegar tarde es molesto para los demás y estresante para el que llega tarde. "Creo que el nivel de estrés de la gente es muy alto cuando llega tarde. Están acelerados, preocupados y ansiosos. Pasan los primeros minutos disculpándose. Una de las ventajas de llegar a tiempo es que eliminas el estrés del tiempo de viaje y eliminas el tiempo dedicado a disculparte."
Las consecuencias de llegar tarde
Las consecuencias de llegar tarde de forma crónica son más profundas de lo que mucha gente cree, según la psicóloga Linda Sapadin, PhD, autora de Master Your Fears. "Te estás creando una reputación, y no es la mejor para establecer. La gente siente que no puede confiar en ti o en ti, por lo que afecta a las relaciones. También afecta a la autoestima".
Una vez que te sientas motivado para hacer un cambio, Morgenstern dice que el siguiente paso es averiguar por qué llegas siempre tarde. La razón suele clasificarse como técnica o psicológica.
Dificultades técnicas
"Si siempre llegas tarde por una cantidad de tiempo diferente -cinco minutos a veces, 15 o incluso 40 minutos otras-, es probable que la causa sea técnica", dice Morgenstern al médico. "Eso significa que no eres bueno estimando el tiempo que tardan las cosas", ya sean tiempos de conducción o actividades rutinarias como ducharse.
Keating dice que ella entra en esta categoría. "Es un caso de mala planificación, de pensar que necesitas menos tiempo del que realmente necesitas".
La solución, dice Morgenstern, es "convertirse en un mejor estimador del tiempo". Sugiere llevar un registro de todo lo que haces durante una o dos semanas. "Anota cuánto tiempo crees que te va a llevar cada cosa y luego cuánto te ha llevado realmente". Esto te ayudará a encontrar un patrón, para que puedas ajustar tus estimaciones de tiempo.
Keating dice que esta estrategia es útil. "Tienes que ser realista sobre el tiempo que llevan ciertas cosas, especialmente las que haces de forma rutinaria. Si sabes que tardas 20 minutos en secarte el pelo, permítete 20 minutos para secarte el pelo", dice, "y deja un poco de tiempo extra para esos días en los que tu pelo no coopera."
Aprender a decir 'no'
Otra dificultad técnica para algunas personas es la incapacidad de decir "no" a los compromisos adicionales cuando tienen poco tiempo. Puede que seas un buen calculador de tiempo, explica Morgenstern, pero "tus mejores planes se desbaratan cuando alguien te pide algo y no puedes decir 'no'".
La solución a este problema es "practicar frases hechas", dice Morgenstern al médico. Aprende a aplazar o rechazar peticiones diciendo: "Me encantaría ayudar, pero tengo un plazo de entrega" o "He quedado con gente en media hora. Puedo ayudarte mañana".
Elegir llegar tarde
"Si literalmente siempre llegas 10 minutos tarde, es algo psicológico", dice Morgenstern. "Llegas exactamente cuando quieres. La pregunta es '¿por qué?".
Sapadin dice que la respuesta depende de tu tipo de personalidad. "Para algunas personas, es una cosa de resistencia", dice a la doctora. "Es un arrastre de rebeldía de la infancia. No quieren hacer lo que los demás esperan que hagan".
Otra categoría es la del "hacedor de crisis", alguien que se nutre de la minicrisis de llegar tarde. "Son personas que no pueden recomponerse hasta que no tienen un subidón de adrenalina", explica Sapadin. "Necesitan estar bajo presión para ponerse en movimiento".
Planificar el tiempo de espera
Para la mayoría de las personas, llegar tarde tiene más que ver con la ansiedad por el lugar al que van. "Hay un factor de miedo en el que la gente está ansiosa por ir o por llegar demasiado pronto y no tener nada que hacer", dice Sapadin.
Morgenstern está de acuerdo. "Hay un miedo tremendo al tiempo de inactividad, una ansiedad asociada a no hacer nada y esperar". Sabes que estás en esta categoría si prefieres llegar tarde a un masaje que pasar un minuto sentado en la sala de espera.
Para superar la ansiedad del tiempo de espera, Morgenstern sugiere planificar "algo muy absorbente que hacer mientras esperas". Intente llegar a cada cita 10 o 15 minutos antes y utilice el tiempo para una actividad específica, como escribir notas a la gente, leer una novela o ponerse al día con los amigos por teléfono. Esta estrategia puede ayudar a convertir el temido tiempo de espera en un tiempo productivo y placentero, dándote un incentivo para llegar a tiempo.
Salir por la puerta
Por último, un consejo aparentemente sencillo de Morgenstern: Salir por la puerta a tiempo. Dice que muchas personas intentan evitar el tiempo de inactividad "metiendo una cosa más" justo antes de tener que salir. Lo llama el "síndrome de una tarea más" y dice que es un gran obstáculo para llegar a tiempo. "Si realmente quieres vencerlo, en cuanto pienses en hacer una cosa más antes de irte, no lo hagas. Detente en seco, coge tu bolsa y sal por la puerta".