Cómo corregir los errores de pensamiento más comunes

De los archivos del médico

22 de mayo de 2000 -- Los filósofos y los poetas saben desde hace tiempo que tus pensamientos pueden ser tu peor enemigo. Como escribió Shakespeare en Hamlet, "No hay nada bueno ni malo, sino que el pensamiento lo hace así".

La terapia cognitiva ayuda a las personas a reconocer cuándo sus propios pensamientos negativos las empujan a la depresión o la ansiedad. Los expertos del Instituto Beck de Terapia Cognitiva han identificado una docena de errores de pensamiento comunes que pueden sesgar su juicio y dificultar la valoración realista de su situación.

Si te crees estos pensamientos negativos", dice Leslie Sokol, directora de educación del Instituto Beck de Terapia Cognitiva en Bala Cynwyd, Pensilvania, "pueden convertirse en una profecía autocumplida". Por eso es bueno hacer un balance de tus creencias, sobre todo cuando estás estresado".

¿Cómo saber si estás siendo víctima de tu propio pensamiento distorsionado? He aquí seis de los errores de pensamiento más comunes identificados por los terapeutas cognitivos:

  • Pensamiento de todo o nada: No ves puntos intermedios. Asumes que si no consigues el ascenso, la empresa quiere facilitarte la salida.

    Comprueba la realidad: Has tenido dos ascensos en los últimos cinco años, más que nadie en tu departamento.

  • Sobregeneralización: Extrapolas tu futuro basándote en un único acontecimiento. Crees que si has suspendido el examen de abogacía en el primer intento, es que no estás hecho para ser abogado.

    La realidad es otra: Mucha gente se presenta al examen de abogacía más de una vez. Si te convences de que vas a suspender, no tendrás motivación para estudiar.

  • Minimizar y maximizar: Inflas tus errores y descuentas tus logros. Has cometido dos erratas en tu presentación y te dices a ti mismo que has fastidiado toda la tarea.

    Comprueba la realidad: Tu jefe dijo que era un buen informe.

  • Adivinar la suerte: Predices que las cosas saldrán mal, sin importar lo que digas o hagas. Tu nuevo novio no te llama como te había prometido antes de un viaje de negocios, y te pasas la semana convencida de que está rompiendo contigo.

    La realidad es que sí: Sabes que está ocupado. Además, los dos tardaréis unos meses más en conoceros y decidir si hacéis buena pareja.

  • Razonamiento emocional: Te pierdes en tus emociones. Te derramas comida encima en un restaurante y te sientes como un idiota, así que asumes que los demás también te ven así.

    Comprobación de la realidad: Eres sensible a los sentimientos de los demás, y por eso les gusta estar contigo.

  • Deberes y obligaciones: Te centras en las expectativas de los demás sobre ti, en lugar de en tus propias necesidades. Sientes que debes ayudar a un compañero de trabajo con su proyecto -aunque eso te haga retrasarte en tu trabajo.

    Comprueba la realidad: Tu compañero de trabajo tiene un asistente que podría estar encantado de hacer horas extras. Puedes sugerirle que pida ayuda a su asistente.

Valerie Andrews ha escrito para Intuition, HealthScout y muchas otras publicaciones. Vive en Greenbrae, California.

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