Olvídate de las excusas: ¡Sólo ponte en movimiento!
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Se te pueden ocurrir un millón de razones para no estar físicamente activo. Algunas pueden ser incluso válidas. Pero debes saber esto: La inactividad es mala. Aproximadamente 3,2 millones de personas mueren cada año a causa de la inactividad física. El ejercicio regular, especialmente entre los adultos mayores, es fundamental para la buena salud.
Soy demasiado viejo
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El ejercicio es bueno para casi todo el mundo, incluidos los adultos mayores. Incluso una cantidad moderada de actividad física puede tener un gran impacto. Hable primero con su médico, por supuesto. Si ha estado inactivo, tómeselo con calma al empezar, por ejemplo, 5-10 minutos de actividad moderada cada día.
Sólo necesito tomármelo con calma
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No es su edad lo que le hace sentir la necesidad de descansar, sino que no se mueve. Incluso los adultos mayores con graves problemas de salud -enfermedades cardíacas, diabetes, artritis y otras- pueden vivir mejor si se levantan y se mueven.
No creo que mi corazón pueda soportarlo
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Cuanto más haga para mantenerse activo a medida que envejece, menores serán sus posibilidades de sufrir cosas como un ataque al corazón o un derrame cerebral. Su médico puede indicarle qué tipo de ejercicios son los mejores y durante cuánto tiempo debe hacerlos. Lo más probable es que haga 150 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana, como una caminata rápida o un paseo fácil en bicicleta. También cuenta cortar el césped o una sesión de limpieza intensa. Y no hace falta que los hagas en tramos de 30 minutos.
No me muevo como antes
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Los ejercicios que promueven la flexibilidad están en un grupo de cuatro movimientos angulares (junto con los que mejoran la resistencia, la fuerza y el equilibrio) que probablemente deberías trabajar. Esa rigidez puede aliviarse, por ejemplo, con ejercicios de estiramiento dirigidos a las caderas, las piernas, los hombros, el cuello y la espalda en cualquier lugar. El yoga también puede ayudar. Eso sí, tómatelo con calma y no te estires tanto que te duela.
Tengo miedo de hacerme daño
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Para estar seguro, consulta primero a tu médico, especialmente si has estado inactivo o tienes problemas de salud. Tu médico sabe lo que necesitas y lo que puedes hacer. Los expertos dicen que los que acaban de empezar deberían comenzar lentamente con ejercicios de baja intensidad. Bebe mucha agua, escucha a tu cuerpo, calienta antes del ejercicio y enfríate después.
Soy lo que soy
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Un estudio reciente sugiere que ciertos ejercicios -como montar en bicicleta estática- ralentizan el deterioro celular que puede producirse al envejecer. En otras palabras, nunca es demasiado tarde para aprovechar los beneficios del ejercicio. No importa la edad que tengas, la inactividad o el tiempo que lleves sin estar en forma, el ejercicio puede ser de gran ayuda para muchas cosas.
No me gusta el ejercicio
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Ser físicamente activo no significa necesariamente empujar grandes pesos en el gimnasio o salir a correr 15 kilómetros. Haz cosas que te gusten y que te mantengan activo. Puedes trabajar en el jardín, pasear con los amigos, trabajar en el jardín (levantar y agacharse es muy bueno para la flexibilidad y la fuerza) o dar un paseo en bicicleta. Además, cambia las cosas de vez en cuando para no aburrirte.
No tengo un compañero de ejercicio
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Tener un compañero o meterse en un grupo ayuda. Los estudios demuestran que la supervisión y el apoyo pueden ayudarte a mantenerte concentrado y a sentirte bien con lo que estás haciendo. Los compañeros pueden ser de gran ayuda si has estado inactivo durante un tiempo y estás retomando las cosas. Algunas personas prefieren ir solas. Si no lo eres, busca un grupo en tu comunidad. Puedes encontrar uno en Internet o tu médico puede ayudarte.
No tengo tiempo
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Una agenda repleta --por cuidar a los nietos, otras obligaciones familiares, las tareas del hogar, etc. -- A menudo se cita como razón para no hacer ejercicio. Cuando se piensa en todos los beneficios de la actividad física regular, y en el tiempo mínimo que se requiere (150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada), la respuesta es clara: si quiere mantenerse sano, puede encontrar el tiempo.
Mi corazón está bien
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No se trata sólo de tu corazón. El ejercicio regular también ayuda a los pulmones, los músculos y todo el sistema circulatorio. Sus beneficios pueden incluir una presión arterial más baja, una mejor salud de los huesos y las articulaciones, y una menor probabilidad de cosas como el cáncer de colon y la diabetes.
No quiero caer
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Las caídas pueden ser un problema para los adultos mayores. Pero con una actividad física regular, que incluya ejercicios que promuevan el equilibrio adecuado -ejercicios que puede hacer casi en cualquier momento y en cualquier lugar- puede ayudar a prevenir las caídas que perjudican a tantos adultos mayores. Su médico puede indicarle la dirección correcta.
Me preocupa más mi cerebro
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El ejercicio es estupendo para tu cerebro. Los expertos dicen que el ejercicio no sólo puede ayudarte a evitar problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad, sino que también puede ayudarte a mantenerte en la tarea y a ser más capaz de pasar de una tarea a otra. Cuerpo sano, mente sana.