¿Qué es la dislexia?
La dislexia es una condición neurológica causada por un cableado diferente del cerebro que afecta a la forma de procesar el lenguaje. Es un problema de aprendizaje que dificulta la correspondencia entre las letras que se leen y los sonidos que producen. Esto hace que la lectura sea un reto.
La dislexia es una discapacidad oculta. Es más común de lo que se piensa, pero incluso cuando son adultos, muchas personas no saben que la tienen. No hay ninguna relación entre la dislexia y la inteligencia. Es sólo que tu cerebro funciona de forma diferente, por lo que te resulta difícil establecer las conexiones entre letras, palabras y sonidos.
Puede que hayas tenido dificultades en la escuela. Y es posible que sigas encontrando que la lectura es lenta, pero nunca tuviste un nombre para lo que estaba mal. Si tienes dislexia, no es algo que haya aparecido con la edad. Siempre ha estado ahí, pero nadie se ha dado cuenta.
Hay diferentes partes del proceso de lectura que pueden ser difíciles para las personas con dislexia. Puede que veas listas de diferentes tipos de dislexia, pero cualquier persona con dislexia puede experimentar algunos o todos estos:?
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Disfonía. Dificultad para pronunciar y escuchar los diferentes sonidos de palabras desconocidas.
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Disnemkinesia. Problemas para recordar cómo realizar los movimientos necesarios para escribir las letras, por ejemplo, escribir una b en lugar de una d.
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Dyeidesia. Problemas para reconocer las palabras por la vista y relacionarlas con la forma en que suenan.
Síntomas de la dislexia en los adultos
La dislexia puede provocar problemas:
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La lectura (incluida la lectura en voz alta). Podría evitar leer en voz alta o cualquier tipo de lectura.
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Escribir. Podría ser difícil tomar notas. Podrías evitar cualquier tipo de escritura que requiera mucho trabajo. Puede llevar mucho tiempo completar cualquier cosa por escrito. Aunque conozcas muy bien un tema, puede ser difícil explicarlo por escrito.
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Pronunciación de las palabras. Puede que sientas que la palabra correcta está en la punta de la lengua, pero no se te ocurre.
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Entender chistes o refranes. Puede tener problemas con frases en las que las palabras no tienen su significado habitual, como "llueve a cántaros".
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Hacer matemáticas, u otras tareas relacionadas con los números.
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Responder en el acto. También puede sentirse ansioso cuando se espera que diga algo.
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Aprender lenguas extranjeras.
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Gestionar su tiempo y cumplir los plazos.
Condiciones asociadas a la dislexia
Las personas con dislexia también pueden tener otros problemas de aprendizaje o desafíos emocionales, entre ellos:
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Trastorno por déficit de atención o trastorno por hiperactividad de la atención (TDAH)
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Dificultades de memoria
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Discalculia (problemas con las matemáticas)
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Disgrafía (problemas con la escritura)
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Dispraxia (dificultad en la coordinación de habilidades motoras)
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Problemas con la función ejecutiva (la capacidad de ser organizado y resolver problemas)
Causas de la dislexia en los adultos
No se conoce la causa exacta de la dislexia. Pero se ha relacionado con cambios en los genes que afectan al desarrollo de las partes del cerebro implicadas en la comunicación. Por eso la dislexia suele ser hereditaria.
Puedes tener más riesgo de padecer dislexia si:
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Tiene antecedentes familiares de dislexia o problemas de aprendizaje
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Han nacido prematuramente o con bajo peso al nacer
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Estuvieron expuestos a nicotina, drogas u otras toxinas durante el embarazo que podrían haber afectado a su desarrollo cerebral
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Tuvo infecciones de oído de niño que le llevaron a perder la audición
Diagnóstico de la dislexia
Si crees que tienes dislexia, pero no estás seguro, puedes someterte a una prueba de detección. La dislexia no es un problema médico, así que no es tan sencillo como ir al pediatra o al internista para que te hagan una prueba rápida. No obstante, puedes pedirle a tu médico que te aconseje dónde y cómo hacerte la prueba. También puedes consultar con:
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Un logopeda
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Hospitales o clínicas de salud que estén vinculados a universidades
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Psicólogos (departamentos de psicología de las universidades o colegios locales)
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Departamentos de educación
Una vez que encuentres a un experto, te harán preguntas sobre tu historial médico y los problemas que tienes. A partir de ahí pueden hacer una serie de pruebas, incluyendo:
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Pruebas de visión, audición o neurológicas (cerebrales) para ver si hay otra condición que pueda estar causando tus dificultades
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Pruebas de lectura y habilidades académicas para echar un vistazo a tus puntos fuertes y débiles a la hora de hablar, leer, deletrear y escribir.
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Pruebas psicológicas para conocer mejor su salud mental. Esto puede ayudarles a averiguar si los problemas sociales, la ansiedad o la depresión están limitando tus capacidades.
Tratamiento de la dislexia
Aunque no hay cura para la dislexia, es algo con lo que se puede aprender a trabajar. Incluso si eres un adulto, no es demasiado tarde para hacer algo al respecto. Si te han diagnosticado dislexia, hay muchas cosas que puedes hacer para facilitarte la vida:
Utilizar la tecnología. En algunos casos, la tecnología puede ayudarte a hacer las cosas más rápida y fácilmente. Por ejemplo:
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Los calendarios, organizadores y recordatorios del teléfono o el ordenador pueden ser más fáciles de usar que los de papel.
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Muchos navegadores y procesadores de texto leen en voz alta lo que aparece en la pantalla. Es lo que se llama conversión de texto a voz. Algunos ordenadores también tienen esta función integrada en el sistema operativo. Comprueba las características de accesibilidad de tu ordenador para averiguarlo.
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El software de reconocimiento de voz convierte tus palabras habladas en texto para que puedas hablar en lugar de escribir.
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Los programas de procesamiento de textos pueden corregir por ti la ortografía y otros errores de escritura.
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Los audiolibros/libros en cinta no requieren lectura.
Asimila la información de diferentes maneras. Cuando se tiene dislexia, puede ser útil probar más de una forma de asimilar la información. Por ejemplo, puedes grabar una reunión o una clase mientras tomas notas. Esto te permite usar los ojos y los oídos: tienes notas escritas que puedes leer y una grabación que puedes escuchar.
También puedes utilizar mapas mentales en lugar de listas escritas. Los mapas mentales te ofrecen una forma diferente de organizar la información. En lugar de una simple lista de palabras, utilizas imágenes y palabras clave que te ayudan a ver los detalles y las conexiones.
Divide las grandes tareas en pequeños pasos. Si tienes un gran proyecto escolar o laboral, intenta dividirlo en partes más pequeñas desde el principio. Cuando haces esto por adelantado, te das espacio para ver cómo y cuándo puedes hacer todo. Incluso puedes poner un calendario en una nota adhesiva gigante o en una pizarra blanca para que sea más fácil verlo todo.
Habla con tu centro de estudios o con tu empresa. La dislexia es una discapacidad. Según la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA), las escuelas y los lugares de trabajo tienen que hacer cambios razonables para ayudarte a tener éxito. Es la ley. Por ejemplo, pueden:
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Permitir un tiempo extra para las tareas que le resulten especialmente difíciles.
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Darle la información de la forma más útil para usted. Eso puede significar que te digan las direcciones en lugar de escribirlas, o que te las envíen por correo electrónico en lugar de imprimirlas para que puedas usar la función de texto a voz en tu ordenador.
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Proporcionarle tecnología que le ayude a realizar su trabajo, como grabadoras de voz o software de reconocimiento de voz.
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Proporcionar apoyo u orientación para las clases sobre la gestión de la dislexia.