La displasia broncopulmonar (DBP) es una afección pulmonar que puede desarrollarse en bebés que necesitan ayuda para respirar en los primeros días de su vida. En algunos casos, puede causar problemas respiratorios a largo plazo. Los bebés nacidos prematuramente son más propensos a padecer esta afección, a veces denominada enfermedad pulmonar crónica (EPC).
Cómo se produce
Cuando un bebé nace prematuramente, los pulmones a veces no están completamente formados. No pueden captar y absorber suficiente oxígeno para mantenerse con vida por sí mismos. También es posible que no produzcan suficiente líquido llamado surfactante, que ayuda a mantener los pulmones abiertos. Cuando esto ocurre, los médicos administran al bebé oxígeno adicional.
Pero este tratamiento conlleva riesgos para el recién nacido. El uso de una máquina, como un ventilador, para bombear más oxígeno a los pulmones del bebé puede irritar las vías respiratorias y dejar cicatrices en los todavía frágiles sacos de aire que recubren los pulmones. Los altos niveles de oxígeno también pueden causar más daños.
La irritación y las cicatrices dificultan que el bebé prematuro pueda respirar por sí mismo. Eso puede significar que el bebé tendrá que permanecer más tiempo conectado a un respirador para recibir oxígeno. El daño también puede extenderse a los vasos sanguíneos que recogen el oxígeno de los sacos de aire. Esto significa que el pequeño corazón del bebé tiene que bombear con más fuerza. Y como gran parte del esfuerzo del cuerpo se dedica a la respiración, el bebé puede crecer lentamente. Esto puede causar problemas en otros órganos que aún se están desarrollando.
¿Cómo de común es la DBP?
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Alrededor de 10.000 bebés al año desarrollan esta enfermedad.
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Es más común en los bebés que nacen más de 10 semanas antes de la fecha prevista de parto y pesan menos de 2 libras.
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Los médicos están mejorando para mantener vivos a esos bebés, pero el resultado puede ser un mayor número de casos de DBP en los niños que sobreviven.
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En algunos casos, los bebés que nacen con un tipo de defecto cardíaco llamado conducto arterioso persistente, o que tienen una infección sanguínea llamada sepsis, pueden desarrollar DBP.
Diagnóstico y tratamiento
El mejor tratamiento para la DBP es prevenirla en primer lugar. Si su bebé es prematuro y tiene problemas para respirar, los médicos y las enfermeras intentan tratar el problema de forma que se reduzca el riesgo de DBP.
Si los médicos creen que es probable que dé a luz prematuramente, pueden administrarle un esteroide para aumentar el líquido que ayuda a mantener abiertos los pulmones del bebé. Cuanto mejor pueda respirar el recién nacido, menos probabilidades tendrá de necesitar tratamientos que puedan provocar una DBP.
No hay ninguna prueba que permita identificar la enfermedad, pero sus pulmones pueden aparecer esponjosos o burbujeantes en las radiografías de tórax.
Además de las radiografías, los médicos pueden utilizar un ecocardiograma para tomar imágenes del corazón y buscar defectos. También pueden tomar muestras de sangre para asegurarse de que el bebé recibe suficiente oxígeno.
Si tu bebé desarrolla una DBP, es posible que tenga que permanecer en el hospital durante varias semanas, incluso meses. Los médicos pueden insertarle un tubo en la garganta para que un ventilador le proporcione oxígeno. Si tiene que estar conectado a un respirador durante mucho tiempo, el médico puede hacerle un pequeño orificio en el cuello para introducir un tubo de respiración directamente en la tráquea.
Algunos médicos también recomiendan el uso de una mascarilla para suministrar un chorro de aire más caliente y húmedo que sea más fácil para los pulmones del bebé.
Además de la ayuda mecánica, el médico puede utilizar varios tipos de medicamentos para tratar la DBP:
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Los diuréticos pueden ayudar a reducir la cantidad de líquido que se acumula alrededor de los sacos de aire en los pulmones. Esto es diferente del líquido que ayuda a mantener los pulmones abiertos.
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Los broncodilatadores relajan los músculos que rodean las vías respiratorias del bebé. Eso permite que se abran más.
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Los corticosteroides mantienen la hinchazón y evitan la inflamación dentro de los pulmones.
Tu bebé también podría recibir medicamentos antivirales para prevenir infecciones como la gripe, o medicamentos que abren los vasos sanguíneos que llevan el oxígeno de sus pulmones al resto del cuerpo.
Cuidados de larga duración
La mayoría de los bebés que padecen DBP mejoran... pero lleva tiempo. Y los efectos a largo plazo pueden incluir asma, sibilancias crónicas y más visitas al hospital en años posteriores.
A medida que los pulmones del recién nacido crecen, se le retira gradualmente el respirador. Pero es posible que sigan necesitando oxígeno adicional durante meses, ya sea a través de una mascarilla o de una manguera que les sople en las fosas nasales.
Además, a medida que crecen son más propensos a contraer infecciones respiratorias, como resfriados o gripe, y pueden tener que ir al hospital para recibir tratamiento. La tos, la fiebre o el goteo nasal pueden requerir una visita al médico. Puedes reducir las probabilidades de que se produzcan estos problemas con medidas básicas como lavarte las manos con frecuencia y mantener alejados de tu bebé los agentes irritantes, como el humo y el polvo.Es importante que te asegures de que tu bebé recibe las vacunas necesarias.
Es posible que tu hijo crezca más despacio que otros niños, y es probable que sea más pequeño que otros niños de su edad. Puede tener problemas de coordinación o una musculatura más débil.
También pueden tener problemas para tragar, lo que les dificulta alimentarse. Pueden tener problemas neurológicos, como dificultades de visión o audición, o problemas de aprendizaje, pero son poco frecuentes.