El conducto tirogloso es un quiste o bulto que se desarrolla en el cuello o cerca de las glándulas tiroideas. Se desarrolla en el útero antes del nacimiento y suele diagnosticarse poco después del nacimiento o durante la infancia.
Cómo entender un conducto tirogloso
Un quiste del conducto tirogloso se produce cuando el tejido del cuello no se desarrolla correctamente. La malformación se desarrolla como un quiste o una bolsa de líquido en la parte delantera del cuello, alrededor de la línea media.
Normalmente, esta malformación no es dolorosa, aunque podría serlo si la zona se infecta. Si tiene un quiste del conducto tirogloso, puede ser más probable que desarrolle infecciones en el cuello y la garganta.
Un quiste del conducto tirogloso puede tener un aspecto similar al de otros crecimientos alrededor del cuello, incluyendo:
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Un quiste epidermoide, que suele estar más cerca del hueso hioides
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Un quiste de hendidura branquial, que suele formarse en un lado del cuello o en el otro, pero no en ambos?
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Un quiste broncogénico, que suele formarse en la parte inferior del cuello
Este problema de salud puede causar infecciones persistentes que no desaparecen o vuelven a aparecer. Es más probable que el quiste del conducto tirogloso de su hijo se infecte cuando tiene otra infección, como un resfriado, tos o dolor de garganta.
Síntomas de un quiste del conducto tirogloso
Si su bebé nace con una anomalía en el quiste del conducto tirogloso, los signos evidentes incluyen la aparición de un pequeño bulto o abertura en la parte delantera del cuello al nacer. También pueden aparecer otros síntomas relacionados con los senos.
El quiste puede estar infectado si es:
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De color rojo
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Cálido al tacto
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Hinchado
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Dolorosa ?
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Drenaje de moco u otro líquido internamente?
Si su médico observa alguno de estos síntomas, es posible que su bebé necesite pruebas adicionales para recibir un diagnóstico exacto. Esto es especialmente importante, ya que otras afecciones del cuello pueden necesitar un tratamiento diferente. En algunos casos, el bulto no es lo suficientemente grande como para que se note al nacer. Si no hay otros síntomas, es posible que su hijo no reciba un diagnóstico hasta que tenga entre dos y diez años.
Diagnóstico y tratamiento de un quiste del conducto tirogloso
Si tiene dudas, hable con el pediatra de su hijo. Le preguntará sobre los síntomas actuales de su hijo y le hará un examen físico. El médico puede palpar el cuello de su hijo para ver si hay incoherencias en lo que se considera un desarrollo normal.
Las pruebas para diagnosticar un conducto tirogloso incluyen:
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Una ecografía para identificar cualquier anomalía bajo la piel
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Una tomografía computarizada puede ayudar a determinar el tamaño del crecimiento. El médico inyecta un tinte en la zona para que el crecimiento sea más pronunciado en la imagen. ?
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Su médico puede tomar una biopsia del crecimiento para asegurarse de que no es un crecimiento canceroso o precanceroso. Esto descarta otras condiciones de salud.
Tratar un conducto tirogloso. Si la afección no es grave, el médico puede dejarla en paz y vigilarla con el tiempo. Tenga en cuenta que el quiste no se curará ni desaparecerá por sí solo sin tratamiento.
Si causa problemas de salud o afecta a la calidad de vida de su hijo, el médico lo tendrá en cuenta:
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¿La edad?
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Síntomas
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Gravedad y ubicación del crecimiento
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Otras condiciones de salud
Se recetan antibióticos para tratar una infección, pero si persiste, entonces puede ser necesaria la cirugía. Si su hijo contrae infecciones recurrentes, podría sugerirse una intervención quirúrgica para eliminar una malformación o cerrar una abertura causada por un conducto tirogloso. Para los casos menos graves puede haber un tratamiento endoscópico. Este tipo de cirugía no requiere una incisión para la reparación y ofrece una recuperación más fácil.
En los casos más graves, el cirujano tiene que hacer una abertura en la piel para extirpar una porción mayor de tejido si el crecimiento es canceroso. Si el quiste es canceroso, puede ser necesario un tratamiento adicional como la radioterapia y la quimioterapia.
Su hijo puede pasar la noche en observación después de la operación y volver a casa al día siguiente. Una cita de seguimiento puede incluir pruebas de imagen adicionales para asegurarse de que la masa se ha extirpado por completo y la zona ha cicatrizado correctamente. Una vez que se ha extirpado o reparado un quiste del conducto tirogloso, normalmente no vuelve a aparecer.
Riesgos de un quiste del conducto tirogloso
Las malformaciones del conducto tirogloso suelen ser lo suficientemente pequeñas como para no tener un impacto significativo en su salud. Sin embargo, si la masa es lo suficientemente grande, puede bloquear las vías respiratorias. Esto provoca dificultades para respirar y tragar.
Debido a que los crecimientos están cerca de otras estructuras vitales, en casos raros, un conducto tirogloso puede suponer graves riesgos para su salud:
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Cuello
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Lengua
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¿Garganta?
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Tiroides