¿Qué es el maltrato? Señales, razones del comportamiento y más

El malingering es fingir una enfermedad para obtener un beneficio. La enfermedad fingida puede ser mental o física. También se habla de malingering cuando alguien exagera los síntomas de una enfermedad con el mismo fin. El malingering es un acto, no una condición.

El término "malingering" se utilizó por primera vez para describir a los soldados que intentaban evitar el servicio militar en la década de 1900. El significado se ha ampliado para incluir a quienes fingen una enfermedad por otros motivos. Pero es más fácil definir el malingering que identificarlo?

Malingering frente a trastorno facticio

Es importante distinguir el malingering del trastorno facticio, otro tipo de comportamiento de fingimiento. Las personas con trastorno facticio también fingen tener enfermedades, pero no lo hacen a propósito. Se diferencia del fingimiento porque no esperan obtener beneficios por estar enfermos. En cambio, disfrutan de la atención que reciben por estar enfermos...".

Los expertos consideran que el trastorno facticio es una enfermedad mental. El malingering no lo es. La quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales, comúnmente conocido como DSM-5, otorga al malingering un código "V". Eso significa que es una condición que puede requerir "atención clínica" aunque no es una enfermedad mental. ?

Motivos de la malinterpretación

Los malintencionados pueden tener una variedad de razones para su engaño. Estos incluyen:

  • Obtención de medicamentos como los analgésicos.

  • Buscar atención

  • Evitar el servicio militar

  • Obtener un permiso de estudios o de trabajo

  • Evitar acciones legales

Cuáles son los signos de la malversación?

Puede ser difícil saber si los síntomas de una persona son reales o inventados. Los profesionales de la salud y del derecho a menudo tienen que tomar la decisión. El DSM-5 ofrece algunas orientaciones al respecto.

La falsificación es posible si se dan dos de los cuatro signos siguientes

  • La persona se encuentra en una situación médica o jurídica que podría mejorar con un determinado diagnóstico.

  • Los observadores pueden ver una diferencia entre lo que la persona dice sentir y los signos físicos de la enfermedad. ?

  • El sujeto no sigue los tratamientos ni acude a los cuidados de seguimiento.

  • El sujeto tiene un trastorno de personalidad antisocial.

Algunos profesionales de la salud consideran que estos criterios son defectuosos.

Dicen que los criterios tienen varios defectos, entre ellos:

Están desfasados. Estos descriptores son básicamente los mismos que cuando se formularon hace unos 40 años. Desde entonces se han realizado muchas investigaciones.

No son precisos. Según un investigador, el uso de esta norma da como resultado un 20% de precisión.

No admiten grados de gravedad. Este enfoque pone a todos los malintencionados en una categoría, aunque algunos casos impliquen una exageración leve y otros sean falsedades escandalosas.

Hacen un juicio moral. Todos los comportamientos de malingering se describen como malos. Otro enfoque sería ver el malingering como la adaptación de una persona a una situación inaceptable.

Otras pruebas para detectar el malingering

Los profesionales disponen de muchos otros métodos para investigar el posible malingering.

Otras pruebas pueden ser:

  • Las pruebas de laboratorio pueden ayudar a descartar trastornos físicos.

  • Pueden utilizar técnicas de interrogatorio que dificulten la coherencia del malintencionado. Por ejemplo, pueden utilizar preguntas rápidas, entrevistas prolongadas y preguntas abiertas...

  • El Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota puede mostrar cuándo una persona está fingiendo un trastorno psiquiátrico.

  • Otras pruebas utilizan un principio llamado carga cognitiva. Requieren que el sujeto realice dos tareas mentales a la vez, lo que hace más difícil fingir los síntomas de forma consistente...

Antes de decidir que una persona está fingiendo, los médicos y otros profesionales deben descartar causas físicas que puedan estar provocando el comportamiento. También deben descartar otras afecciones que pueden parecerse al fingimiento.

Además del trastorno facticio, estas condiciones incluyen:

  • La esquizofrenia, un trastorno mental en el que la persona puede tener alucinaciones, pensamientos desorientados e interpretar la realidad de forma anormal.

  • Psicosis, cuando las condiciones mentales afectan a la mente de la persona y hay pérdida de contacto con la realidad.

  • Hipocondría, también conocida como trastorno de ansiedad por enfermedad, cuando las personas tienen un miedo constante a tener una enfermedad grave a pesar de tener pocos o ningún síntoma.

  • Depresión

El malestar en las instituciones

Aunque el malingering puede surgir en muchos entornos, es una preocupación especial en las cárceles y prisiones. Un estudio descubrió que el 32% de los internos de una prisión de mediana seguridad fingían.

Los reclusos pueden fingir síntomas por muchas razones, entre ellas:

  • Quieren recibir medicamentos para tomarlos ellos mismos, venderlos o intercambiarlos con otros.

  • Quieren recibir un diagnóstico que pueda ayudar a su defensa legal.

  • Buscan un diagnóstico que pueda hacer que les coloquen en situación de discapacidad cuando sean liberados.

  • Desean que se les coloque en una vivienda alternativa.

  • Un diagnóstico de enfermedad mental puede evitar que se les castigue cuando incumplen las normas?

La falsificación también es un problema en las instituciones de salud mental. Algunas personas tratan de conseguir el ingreso para evitar el sistema judicial. Otros pueden estar buscando comida y refugio.

Costes de la falsificación

Los malvivientes con éxito tienen un impacto negativo en la sociedad. Desvían fondos y recursos de quienes realmente los necesitan. Suponen una carga para el sistema sanitario. Una persona que ha cometido un delito puede escapar del castigo.

Por otro lado, acusar a los enfermos de fingir es muy perjudicial. Se les puede negar el tratamiento que necesitan. Se les puede etiquetar de malintencionados para el resto de sus vidas.

Los psiquiatras y otras personas que deben diagnosticar la falsedad también se ponen en peligro. Pueden ser demandados por calumnia o mala praxis incluso si el diagnóstico se hizo de buena fe.

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