Entender la enfermedad de manos, pies y boca

La enfermedad de manos, pies y boca es una infección vírica que suele afectar a los niños de 10 años o menos (aunque los adolescentes y los adultos también pueden contraer la enfermedad). Se transmite de persona a persona a través de las gotitas de aire que se liberan cuando alguien tose, estornuda o se suena la nariz. También se puede contraer al tocar una superficie contaminada por el virus, o al entrar en contacto con los fluidos de las ampollas o las heces (caca) de alguien con la enfermedad...

La causa más común de la enfermedad de manos, pies y boca es un virus llamado coxsackievirus A16. La mayoría de los casos se producen en verano y a principios de otoño.

La fiebre aftosa no es lo mismo que la fiebre aftosa o la enfermedad de las pezuñas. Esa infección vírica sólo se da en los animales de granja y no puede transmitirse a los humanos. Los humanos no pueden transmitir la enfermedad de manos, pies y boca a los animales domésticos o a otros animales.

La enfermedad de manos, pies y boca se propaga a menudo en las guarderías debido al uso frecuente de los baños y los cambios de pañales. Los niños más pequeños son más propensos a llevarse las manos a la boca y luego ponerlas sobre otras personas o superficies...

La fase más contagiosa para los niños es durante la primera semana. Pero el virus suele permanecer en el organismo del niño durante semanas después de que haya dejado de mostrar síntomas. Los adultos pueden no mostrar ningún síntoma y seguir siendo infecciosos.

La mayoría de los síntomas de la fiebre aftosa empiezan a aparecer entre tres y siete días después de la infección inicial. A continuación se enumeran algunos de los signos más comunes de la enfermedad:

¿Fiebre?

Tu hijo puede empezar a tener fiebre y mostrar otros síntomas similares a los de la gripe. Puede tener menos interés en comer y beber y acabar con dolor de garganta...

¿Llagas en la boca?

Las úlceras bucales dolorosas, llamadas herpangina, son otro síntoma. Parecen pequeñas manchas rojas y suelen estar localizadas en la parte posterior de la boca del niño. Las llagas pueden formar ampollas y ser dolorosas. Su hijo puede estar enfrentándose a este problema si muestra alguno de los siguientes signos:

  • No querer comer ni beber

  • Querer beber sólo líquidos fríos

  • Más babeo de lo habitual

La herpangina puede provocar una fiebre alta repentina e incluso una convulsión. Es posible que desee ponerse en contacto con su médico si las llagas siguen interfiriendo con la alimentación de su hijo o si sus síntomas siguen empeorando.?

Erupción cutánea

El sarpullido puede aparecer en la palma de la mano o en la planta del pie de su hijo. También puede aparecer en lugares como los codos, las rodillas, la zona genital y las nalgas. La erupción cutánea suele consistir en manchas planas y rojas que a veces forman ampollas. El líquido del interior de la ampolla contiene el virus, por lo que es importante mantener limpias esas zonas. Su hijo debe hacer lo posible por no tocar a otras personas hasta que la erupción desaparezca.

Complicaciones de la fiebre aftosa

Una de las complicaciones más comunes de la fiebre aftosa es la deshidratación. Dado que las llagas en la boca y la garganta dificultan la deglución, es importante asegurarse de que el niño ingiera suficientes líquidos mientras lucha contra la enfermedad.

Aunque es poco frecuente, una forma poco común y grave del virus Coxsackie puede llegar al cerebro y causar complicaciones más graves como:

  • Meningitis vírica Las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal junto con el líquido cefalorraquídeo se inflaman.

  • Encefalitis El propio cerebro se inflama por el virus.

Remedios y tratamientos para la enfermedad mano-pie-boca

Actualmente no existen remedios ni tratamientos específicos para la enfermedad de manos, pies y boca. El médico puede aconsejarle que haga descansar al niño, mientras usted hace lo posible por controlar los síntomas. Asegúrese de que el niño tome suficientes líquidos y reciba medicación para cualquier dolor. El médico puede recomendarle que evite la aspirina, ya que puede provocar otras complicaciones.

Usted y su hijo pueden tomar ciertas precauciones para reducir el riesgo de exposición a la fiebre aftosa:

  • Lávese siempre las manos Practique un lavado de manos frecuente, especialmente después de cambiar un pañal o de ir al baño. Lávate las manos antes de preparar cualquier alimento. Utilice un gel o toallitas de mano con alcohol si no dispone de agua y jabón.

  • Desinfecte las áreas donde se reúnen las personas Limpie las áreas de alto tráfico con agua y jabón, y luego siga con una solución diluida (aguada) de cloro y agua. Asegúrese de que artículos como los juguetes y los chupetes se limpien con frecuencia.

  • Mantenga separadas a las personas contagiosas Limite la exposición a cualquier persona infectada con la enfermedad de manos, pies y boca. Es una buena idea mantener a los niños fuera de la guardería o de la escuela hasta que se les curen las llagas de la boca y no tengan fiebre.

Una persona puede desarrollar inmunidad a la fiebre aftosa después de recuperarse. Pero sólo está ligada a esa cepa específica del virus. Es posible que alguien previamente infectado contraiga una forma diferente del virus.

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