Afecta al aire interior
1/12
Si trabajas en un edificio con aire acondicionado y poca ventilación, puede aumentar el riesgo de padecer el síndrome del edificio enfermo. Los síntomas incluyen dolores de cabeza, tos seca, mareos y náuseas, problemas de concentración, fatiga y sensibilidad a los olores. El aire interior forzado también puede aumentar ligeramente el riesgo de padecer COVID-19. Pero los CDC dicen que el riesgo es pequeño. Redúzcalo aún más cambiando regularmente los filtros, abriendo las ventanas y cubriendo la tos y los estornudos.
Te deshidrata
2/12
Los acondicionadores de aire aspiran la humedad de una habitación para bajar la humedad y refrescarla. Esto puede extraer el agua de tu piel, secándola -y a ti-.
Reseca los ojos
3/12
La falta de humedad en los espacios con aire acondicionado puede secar los ojos. Esto puede hacer que se irriten y piquen, e incluso puede hacer que tu visión sea borrosa.
Aumenta el metabolismo
4/12
Los estudios demuestran que pasar más tiempo en el frío puede ayudar a perder peso. Tu cuerpo puede desarrollar una mayor cantidad de grasa marrón saludable y quemadora de energía al enfrentarse a un aire más gélido. El aire acondicionado cuando hace calor puede ayudar a mantenerte en un estado fresco, pero también tendrás que bajar las temperaturas interiores en invierno para ver un beneficio real.
Te ayuda a pensar
5/12
Un estudio de Harvard de 2018 demostró que los estudiantes que vivían en dormitorios sin aire acondicionado durante los calurosos meses de verano obtuvieron peores resultados en las pruebas cognitivas que los que tenían aire central fresco.
Irrita las vías respiratorias
6/12
Los estudios demuestran que las personas que trabajan en edificios con aire acondicionado tienen más problemas respiratorios (conductos nasales irritados, problemas para respirar) que las personas que trabajan en edificios con ventilación natural.
Puede hacer que te duela la cabeza
7/12
Si pasas tiempo en espacios interiores con sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado sucios o mal mantenidos, es más probable que tengas dolores de cabeza o incluso migrañas. En un estudio, el 8% de las personas que trabajan en entornos de aire interior insalubres tenía dolores de cabeza de 1 a 3 días al mes, y el 8% tenía dolores de cabeza diarios.
Disminuye su tolerancia al calor
8/12
Los científicos han acuñado el término modelo de confort adaptativo para describir por qué pasar más tiempo con el aire acondicionado hace más difícil lidiar con las temperaturas cálidas. Su temperatura ideal depende en parte de la temperatura a la que haya estado expuesto recientemente. Cuanto más tiempo pase en espacios llenos de aire acondicionado, menos cómodo le parecerá el calor y la humedad.
Contamina el aire exterior
9/12
Las unidades de A/C más antiguas pueden liberar CFC (clorofluorocarbonos). Este es un refrigerante que puede dañar la capa de ozono, calentando la Tierra. La Ley de Aire Limpio de Estados Unidos empezó a eliminar estos refrigerantes en los años 90, pero todavía hay muchos en uso en todo el mundo.
Aumenta las alergias
10/12
Si mantienes el aire acondicionado limpio, puede ayudar a domar las alergias. Pero un sistema de climatización puede convertirse rápidamente en un hogar para los alérgenos microbianos. Asegúrese de que su sistema es inspeccionado regularmente y de que recibe un buen mantenimiento para no aumentar sus problemas de alergia.
Ayuda a dormir
11/12
Los expertos afirman que dormir en una habitación a una temperatura de entre 60 y 67 grados es lo ideal para un mejor descanso. Esto se debe a que el cuerpo se enfría como parte del ciclo natural del sueño, por lo que una habitación fresca ayuda a que esto ocurra. A veces, el aire acondicionado es la herramienta que necesitas para que tu espacio para dormir tenga la temperatura adecuada.
Salva vidas durante las olas de calor
12/12
El aire acondicionado puede tener algunos efectos negativos, pero no hay duda de que puede salvar vidas cuando las temperaturas se disparan. Una vez que la temperatura corporal supera los 38 grados, corres el riesgo de sufrir un golpe de calor (náuseas, calambres, mareos, sensación de desmayo) y, si sigues calentándote, puedes sufrir un golpe de calor.