¿Qué es un alergólogo? Qué hacen, cuándo consultar a uno y qué esperar

Las alergias son una de las dolencias más comunes en el mundo. Las alergias en todo el mundo han ido en aumento desde hace casi 50 años, y hoy en día casi el 50% de los niños tienen al menos una alergia. Es posible ser alérgico a casi todo, aunque las alergias al polen, la caspa, los medicamentos y los alimentos son las más comunes.

Por eso existen los alergólogos. También conocidos como inmunólogos, los alergólogos son médicos especializados en el tratamiento de alergias y otros problemas inmunitarios. Como las alergias son una reacción exagerada del sistema inmunitario, los alergólogos deben conocer a fondo la forma en que el cuerpo combate las infecciones para tratar la hipersensibilidad que provoca las alergias. Acudir a un alergólogo puede ayudarle a mejorar su salud si experimenta ciertos síntomas.

Los alergólogos están cualificados para diagnosticar y tratar afecciones como la fiebre del heno, las alergias e intolerancias alimentarias, el eczema, la psoriasis, el asma y ciertos tipos de infecciones de los senos nasales y del oído, entre otras.

Para tratar las alergias con eficacia, el alergólogo debe determinar primero qué es lo que provoca la reacción. Un alergólogo consulta con su paciente y realiza una serie de pruebas para descubrir las alergias específicas, determinar su gravedad y determinar el mejor tratamiento. Esto variará en función de la sustancia.

Estas pruebas ayudan al alergólogo a diagnosticar y tratar adecuadamente a sus pacientes. Los alergólogos pueden entonces prescribir un tratamiento, que puede ser tan sencillo como evitar un alérgeno o tan complejo como someterse a inmunoterapia y llevar una pluma de epinefrina.

Educación y formación

Los alergólogos son médicos que se han formado específicamente en el campo de la inmunología, centrándose en las alergias. Como la mayoría de los médicos, estos doctores suelen pasar por la facultad de medicina para recibir su certificación en Medicina Interna o Pediatría.

Este proceso implica completar:

  • Un promedio de cuatro años en la escuela de medicina

  • Una residencia de tres años durante la cual el médico se centra en su especialidad

  • Un examen para obtener la certificación del Consejo Americano de Pediatría o del Consejo Americano de Medicina Interna

  • Una beca de dos años en alergia e inmunología y un examen para obtener la certificación de la Junta Americana de Alergia e Inmunología

Hay muchos tipos de alergias, y no siempre se hacen evidentes. Hay una serie de señales que indican que podría beneficiarse de la visita a un alergólogo, por ejemplo:

Los medicamentos de venta libre para la alergia no funcionan

Si ya sabe que tiene fiebre del heno u otras alergias estacionales, es posible que le convenga visitar a un alergólogo. Si descubre que los medicamentos comunes para la alergia de venta libre no controlan los síntomas de la alergia de forma eficaz, un alergólogo puede recetarle medicamentos más potentes para ayudarle a mitigar los síntomas.

Ronquidos crónicos o insomnio

Muchas alergias provocan una importante inflamación en la cavidad sinusal. Esto puede dificultar la respiración mientras se duerme, lo que puede provocar ronquidos o insomnio. Si tiene problemas para dormir o ronca mucho, es posible que desee visitar a un alergólogo para determinar si las alergias son la causa.

Infecciones crónicas de los senos nasales o de los oídos

Aunque las alergias en sí mismas no están causadas por bacterias o virus, pueden hacerte más propenso a las infecciones. La inflamación causada por ciertas alergias puede bloquear los senos paranasales o las trompas de Eustaquio, impidiendo su drenaje.

Esto crea el entorno perfecto para las infecciones de oído o sinusitis. Si experimenta con regularidad cualquiera de estos problemas, consultar con un alergólogo puede ayudarle a evitar que se repitan.

Frecuente e inexplicable irritación de la boca y la garganta

Las alergias alimentarias no siempre dan lugar a síntomas dramáticos, como suele ocurrir con las alergias a los cacahuetes o al marisco. En su lugar, pueden provocar simplemente picores y dolores regulares en la boca, la cara o la garganta. Las alergias o intolerancias alimentarias menores pueden ser difíciles de diagnosticar sin la ayuda de un alergólogo que esté capacitado para realizar pruebas de alergias alimentarias de forma segura.

Cuando vayas al alergólogo, hablarán contigo para saber más sobre cuándo son más frecuentes tus síntomas alérgicos. También pueden realizar una serie de pruebas para identificar alérgenos específicos.

Las pruebas pueden incluir:

  • Pruebas de sangre

  • Pruebas de parche

  • Pruebas cutáneas

  • Pruebas de función pulmonar

  • Frotis nasales

Estas pruebas suelen utilizar cantidades muy pequeñas de alérgenos para determinar qué alérgenos, si los hay, desencadenan una respuesta inmunitaria.

Una vez que los resultados de estas pruebas llegan, recomendarán un curso de acción. Las alergias menores pueden tratarse simplemente evitando el alérgeno o tomando antihistamínicos de venta libre. La mayoría de las alergias son el resultado de la liberación excesiva de histamina por parte del sistema inmunitario, especialmente las alergias al polen y a la caspa. Si no es posible evitar estas sustancias, el alergólogo puede recetar un medicamento más fuerte para prevenir los síntomas.

Las alergias más graves pueden requerir un tratamiento más serio. A las personas con alergias graves o a las que han sufrido anteriormente un shock anafiláctico, los alergólogos pueden recetarles una pluma de epinefrina para que la utilicen en caso de emergencia.

También pueden recomendar tratamientos de inmunoterapia para las alergias crónicas. Se trata de un tratamiento que desensibiliza cuidadosamente su sistema inmunitario a alérgenos específicos.

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