Si alguna vez le han hecho una radiografía, una mamografía u otro tipo de prueba de imagen, probablemente haya conocido a un radiógrafo. También se les llama tecnólogos radiológicos, técnicos de radiología o RT. Utilizan equipos médicos para obtener imágenes del interior del cuerpo.
Trabajan con un médico llamado radiólogo, que decide qué tipo de imágenes necesita y las interpreta. Esto ayuda a su médico de cabecera a diagnosticar y tratar si algo va mal.
Un radiógrafo titulado tiene al menos un título de grado medio o superior de una universidad o de un programa hospitalario y ha superado un examen de certificación nacional. También tienen que hacer cursos de formación continua para seguir estando registrados.
Si su médico decide que debe someterse a una prueba de diagnóstico por imagen, lo más probable es que acuda a la consulta del médico, al hospital o a la clínica ambulatoria. Una vez que llegue a su cita y conozca a su RT, éste podrá responder a cualquier pregunta que tenga sobre lo que sucederá. Luego le ayudarán a prepararse. Es posible que le pidan que se ponga una bata de hospital y que se quite cualquier objeto que pueda aparecer en las imágenes, como gafas, joyas o ropa con cremalleras metálicas.
No todas las pruebas de imagen utilizan radiación para ver el interior de su cuerpo. Pero si necesita una que sí la utiliza, como una radiografía o una tomografía computarizada, el radiógrafo debe ayudarle a ponerse prendas de plomo para proteger el resto de su cuerpo. A continuación, deberá colocarle en una posición que le permita obtener las imágenes más precisas y exponerle a la menor cantidad de radiación posible. Hable con ellos si tiene alguna duda o preocupación sobre su seguridad.
Los radiógrafos pueden especializarse en un tipo específico de imágenes. Estas pruebas incluyen:
Rayos X: Una imagen bidimensional en blanco y negro de los huesos, órganos o tejidos. Puede ayudar a detectar una serie de problemas, desde huesos rotos hasta objetos tragados o neumonía.
TAC: Una serie de radiografías más detalladas tomadas desde distintos ángulos. Un ordenador puede combinarlas para obtener una imagen en 3D. Esta prueba puede ayudar a diagnosticar una serie de lesiones o enfermedades internas.
RESONANCIA MAGNÉTICA: Una exploración que utiliza un campo magnético y ondas de radio para obtener imágenes. En algunos casos, puede crear imágenes más claras que las radiografías o los TAC.
Densitometría ósea: Prueba similar a una radiografía que comprueba la resistencia (densidad) de los huesos. Ayuda a detectar la osteoporosis.
Sonografía: Examen que utiliza ondas sonoras para obtener imágenes de los órganos y tejidos internos. Puede obtener imágenes de un bebé en el útero durante el embarazo.
Medicina nuclear: Pruebas en las que una RT le inyecta una solución radiactiva para que las imágenes se vean mejor. Pueden ayudar a diagnosticar enfermedades como el cáncer y las cardiopatías.
Cardiología intervencionista: Técnica que crea una imagen continua de rayos X (casi como una película) de su corazón o de los vasos sanguíneos que lo rodean. Un radiógrafo intervencionista cardíaco... ayuda a guiar a los médicos durante procedimientos como la angioplastia y la colocación de stents.
Sea cual sea el tipo de radiógrafo al que acuda, debe ser capaz de explicarle su prueba o tratamiento con claridad y comentarle cualquier preocupación que tenga.