La trombocitopenia inmune crónica (TCI), una enfermedad autoinmune, requiere que vigiles tus recuentos de plaquetas y que estés al día con tus medicamentos. La fatiga también es habitual, no sólo por los efectos secundarios del tratamiento, sino también por la anemia u otras enfermedades autoinmunes subyacentes.
En medio de todo esto, el ejercicio puede ser lo más alejado de su mente. Además, puede parecerle aterrador, ya que la cITP le pone en riesgo de sufrir una hemorragia. Dicho esto, la actividad física es clave para una mejor calidad de vida.
Antes de empezar un nuevo programa de ejercicios -ya sea en casa o en un gimnasio, solo o con otras personas- consulte a su médico. También puede acudir a un fisioterapeuta, un especialista en ejercicio que puede ayudarle a diseñar un plan que tenga en cuenta su cITP.
Esto es especialmente importante en el caso de los niños, que tienden a ser más activos pero menos precavidos a la hora de hacerse daño. Establecer el equilibrio adecuado es importante porque a los niños les encanta seguir su rutina y no quieren perderse la diversión.
¿Por qué hacer ejercicio?
Como en el caso de todo el mundo, el ejercicio puede mejorar la forma física y el bienestar de las personas con cITP. El yoga, por ejemplo, puede ayudar a aumentar su energía y aliviar la fatiga.
Además, los esteroides que suelen estar en el centro de la terapia de la cITP pueden provocar un aumento de peso y una pérdida muscular.
La actividad física te ayudará a mantenerte en forma, independientemente de tu edad. Puede ayudar a mantener los músculos fuertes y el cuerpo flexible. Para alguien con cITP, que puede sangrar mucho por golpes y caídas, las actividades que mejoran el equilibrio pueden ser realmente útiles.
Cómo jugar con seguridad
Después de que usted y su médico decidan su plan de ejercicios, hay algunas cosas que debe tener en cuenta durante su viaje de acondicionamiento físico:
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Excederse puede provocar lesiones. Empieza poco a poco con ejercicios de baja intensidad y escucha a tu cuerpo.
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Asegúrate de calentar y enfriar.
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Lleva joyas de alerta médica que mencionen tu diagnóstico. Esto permitirá que los paramédicos y otras personas sepan de su cITP en caso de emergencia.
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Apúntate a un club de senderismo o a un gimnasio. Conocerás a otras personas que pueden mantenerte motivado y ayudarte a disfrutar de tu entrenamiento.
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Piensa si puedes necesitar herramientas para evitar lesiones mientras haces ejercicio, como rodilleras o protectores de cadera.
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Usa zapatos cómodos, antideslizantes, anchos en la punta, que no tengan tacón y que se ajusten bien.
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Evita hacer ejercicio al aire libre por la noche, cuando puede ser difícil ver.
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Mantente en superficies uniformes, como aceras lisas, y mantente en lugares bien iluminados. Además, ten cuidado con las cosas que puedan hacerte tropezar.
Cuando lleves un tiempo en esto, puede que quieras probar algunas cosas nuevas. Como siempre, habla con tu médico antes de hacerlo. También:
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Evita los deportes de contacto, como el fútbol, que pueden provocar una lesión que cause hematomas o hemorragias.
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Si tu plan original no los incluía, puedes probar con actividades como el ciclismo y la natación que son de bajo riesgo y no soportan peso.
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El acondicionamiento, en el que se practica y se entrena, puede ayudarte a hacer ejercicio con seguridad mientras te fortaleces.
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Para mejorar tu equilibrio, si no lo has probado ya, pregunta por el yoga o el tai chi.
Sigue con ello
El ejercicio pronto se convertirá en un hábito cuando te des cuenta de lo bien que te hace sentir. Mucha gente -no sólo las personas con cITP- cree que se enfrenta a barreras para estar en forma. Sigue con ello, prueba actividades nuevas y divertidas, y haz un plan. Merece la pena.