Mito y realidad de las vitaminas antienvejecimiento

Mito frente a la realidad de las vitaminas antienvejecimiento

Escrito por colaboradores de la redacción de doctor Revisado por el doctor Gary D. Vogin De los archivos de doctor

Pagar más por las vitaminas exóticas de las cremas para la piel que prometen borrar las líneas de expresión y prevenir las arrugas no le reportará más que una cartera vacía, según los dermatólogos. Aunque muchas cremas faciales contienen vitaminas conocidas como antioxidantes, muy pocas son realmente eficaces para prevenir o revertir el daño de la piel.

"A pesar de los reclamos publicitarios, casi todas las fórmulas tópicas disponibles contienen concentraciones muy bajas de antioxidantes que la piel no absorbe bien", dijo la doctora Karen E. Burke en una presentación en la reunión anual de la Academia Americana de Dermatología celebrada esta semana en Nueva Orleans. "Hay tres antioxidantes que se ha demostrado que disminuyen el efecto del sol en la piel y que, de hecho, previenen daños mayores: el selenio, la vitamina E y la vitamina C".

Se sabe que los antioxidantes evitan que los agentes llamados radicales libres dañen las células del cuerpo y la piel. Los radicales libres son el resultado de procesos corporales normales, pero también pueden crearse por la exposición a diversos factores ambientales, como el tabaquismo o la radiación ultravioleta (UV) del sol, y pueden acelerar el proceso de envejecimiento.

Burke afirma que el problema de aplicar antioxidantes en la piel para combatir el envejecimiento es que no se absorben muy bien o sólo tienen efectos a corto plazo. Pero una nueva investigación presentada en el congreso de dermatología sugiere que pronto podría haber formulaciones más eficaces para administrar dos de estos antioxidantes directamente a la piel que lo necesita.

Selenio

El mineral selenio ayuda a proteger el organismo de los cánceres, incluido el de piel causado por la exposición al sol. También preserva la elasticidad de los tejidos y retrasa el envejecimiento y el endurecimiento de los tejidos asociados a la oxidación. Las fuentes dietéticas de este mineral son los cereales integrales, el marisco, el ajo y los huevos.

Estudios recientes en animales han descubierto que cuando el selenio se toma por vía oral o a través de la piel en forma de L-selenometionina, proporcionaba protección contra los daños cotidianos y excesivos de los rayos UV. Un estudio también demostró que el selenio también retrasó el desarrollo del cáncer de piel en los animales.

Burke dice que esos resultados son prometedores, pero que aún se necesitan estudios en humanos.

Vitamina E

Los expertos consideran que la vitamina E es el antioxidante más importante porque protege las membranas celulares y evita los daños en las enzimas asociadas a ellas. Las fuentes naturales de vitamina E incluyen aceites vegetales como el de girasol, cereales, avena, frutos secos y productos lácteos.

Nuevos estudios de laboratorio sugieren que la vitamina E ayuda a inactivar los radicales libres, haciendo que sea menos probable que causen daños. Otros estudios han demostrado que la aplicación de vitamina E en la piel puede reducir los daños causados por la exposición al sol y limitar la producción de células cancerígenas.

"Para una protección solar adicional, los individuos pueden considerar tomar suplementos de vitamina E", dijo Burke, en un comunicado. "Se ha observado que la suplementación con vitamina E en 400 miligramos al día reduce el fotodaño, las arrugas y mejora la textura de la piel".

Vitamina C

La vitamina C es el antioxidante más común que se encuentra en la piel. También se encuentra en las verduras y los cítricos. Al igual que la vitamina E, la vitamina C se considera importante para reparar los radicales libres y evitar que se conviertan en cancerígenos o aceleren el proceso de envejecimiento.

Dado que la vitamina C es más frecuente en la piel, ésta es el órgano que más sufre los factores de estrés ambiental. El tabaquismo, la exposición al sol y la contaminación roban este nutriente a nuestro cuerpo, dice Burke.

"Incluso una mínima exposición a los rayos UV puede disminuir los niveles de vitamina C en la piel en un 30 por ciento, mientras que la exposición por el ozono de la contaminación de la ciudad puede disminuir el nivel en un 55 por ciento", dice Burke en un comunicado.

Crear una crema para la piel que aporte una dosis útil de vitamina C es difícil porque ésta reacciona inmediatamente cuando se expone al oxígeno. Actualmente se están realizando varios ensayos clínicos que examinan formulaciones más estables y eficaces.

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