10 consejos para el cuidado de la piel en invierno: Desaparece la piel seca

De los archivos médicos

Para muchas personas, los fríos y claros días de invierno traen algo más que un brillo rosado a las mejillas. También traen consigo una incómoda sequedad en la piel de la cara, las manos y los pies. Para algunas personas, el problema es peor que una simple sensación general de tirantez y sequedad: La piel se reseca tanto que provoca escamas, grietas e incluso eczemas (en los que la piel se inflama).

"En cuanto se enciende la calefacción en el interior, la piel empieza a secarse", dice a la doctora Bonnie LaPlante, esteticista del centro turístico Canyon Ranch, en Lenox (Massachusetts). "No importa si calientas tu casa con aceite, madera o electricidad. La piel se reseca".

¿Le resulta familiar? Sigue leyendo para conocer los 10 mejores consejos de la doctora para potenciar tu régimen de cuidado de la piel en invierno, para que tu piel se mantenga húmeda y saludable durante los meses de invierno.

1. Busca un especialista

Si vas a la farmacia de tu barrio, será difícil que encuentres un vendedor que te pueda aconsejar bien. Por eso, acudir a un esteticista o dermatólogo aunque sea una vez es una buena inversión. Un especialista de este tipo puede analizar tu tipo de piel, solucionar los problemas de tu régimen de cuidado de la piel actual y aconsejarte sobre los productos de cuidado de la piel que deberías utilizar.

Pero eso no significa que tengas que comprar productos de gama alta. "Los productos baratos funcionan tan bien como los de gama alta", dice el doctor David Voron, dermatólogo de Arcadia (California). "De hecho, el precio extra que se paga por los productos caros suele ser sólo por el envase y el marketing. Lo más importante es cómo responde tu piel al producto -y cómo te gusta su tacto-, no cuánto dinero has pagado por él."

2. Hidratar más

Puede que hayas encontrado una crema hidratante que funciona bien en primavera y verano. Pero a medida que las condiciones climáticas cambian, también debería hacerlo tu rutina de cuidado de la piel. Busca una crema hidratante en forma de "pomada" a base de aceite, en lugar de agua, ya que el aceite creará una capa protectora en la piel que retiene más humedad que una crema o loción. (Sugerencia: muchas lociones etiquetadas como "cremas de noche" son a base de aceite).

Pero elige tus aceites con cuidado porque no todos son apropiados para la cara. En su lugar, busca aceites "no obstruyentes", como el aceite de aguacate, el aceite mineral, el aceite de prímula o el aceite de almendras. El aceite de karité -o mantequilla- es controvertido, porque puede obstruir los poros del rostro. Y la manteca vegetal, dice LaPlante, es una muy mala idea. "Se quedaría en la piel", dice. "Y sería realmente graso".

También puedes buscar lociones que contengan "humectantes", una clase de sustancias (que incluyen glicerina, sorbitol y alfahidroxiácidos) que atraen la humedad a tu piel.

3. Aplícate el protector solar

No, la protección solar no es sólo para el verano. El sol de invierno -combinado con el resplandor de la nieve- puede seguir dañando tu piel. Intenta aplicarte un protector solar de amplio espectro en la cara y en las manos (si están expuestas) unos 30 minutos antes de salir al exterior. Vuelva a aplicársela con frecuencia si permanece mucho tiempo al aire libre.

4. Dale una mano a tus manos

La piel de tus manos es más fina que la de la mayoría de las partes del cuerpo y tiene menos glándulas sebáceas. Eso significa que es más difícil mantener las manos húmedas, especialmente en el clima frío y seco. Esto puede provocar picores y grietas. Utiliza guantes cuando salgas a la calle; si necesitas usar lana para mantener las manos calientes, ponte primero un guante fino de algodón, para evitar cualquier irritación que pueda causar la lana.

5. Evita los guantes y calcetines mojados

Los calcetines y guantes mojados pueden irritar tu piel y provocar picores, grietas, llagas o incluso un brote de eczema.

6. Conecta el humidificador

Los sistemas de calefacción central (así como los calefactores) lanzan aire caliente y seco por todas nuestras casas y oficinas. Los humidificadores consiguen más humedad en el aire, lo que ayuda a evitar que tu piel se reseque. Coloca varios humidificadores pequeños por toda la casa; ayudan a dispersar la humedad de forma más uniforme.

7. Hidrátate por tu salud, no por tu piel

Si lo has oído una vez, lo habrás oído mil veces: Beber agua ayuda a que tu piel se mantenga joven. De hecho, es un mito. El agua es buena para tu salud en general y "la piel de alguien que esté muy deshidratado se beneficiará de los líquidos. Pero la piel de la persona media no refleja la cantidad de agua que se bebe", dice el doctor Kenneth Bielinski, dermatólogo de Oak Lawn (Illinois). "Es un error muy común".

LaPlante está de acuerdo. "Veo clientes en el spa que beben sus 10 o 12 vasos de agua al día y siguen teniendo la piel súper seca. Simplemente no hace tanto".

8. Engrasa tus pies

Sí, esas lociones de menta para los pies son encantadoras en los calurosos meses de verano, pero durante el invierno, tus pies necesitan cosas más fuertes. Intenta encontrar lociones que contengan vaselina o glicerina en su lugar. Y utiliza exfoliantes para eliminar periódicamente la piel muerta; eso ayuda a que las cremas hidratantes que utilices penetren más rápido y en profundidad.

9. Acompaña las exfoliaciones

Si la piel de tu rostro está incómodamente seca, evita el uso de exfoliaciones fuertes, mascarillas y tónicos o astringentes a base de alcohol, que pueden eliminar la grasa vital de tu piel. En su lugar, busca una leche limpiadora o un limpiador espumoso suave, un tónico sin alcohol y mascarillas que sean "profundamente hidratantes", en lugar de a base de arcilla, que tiende a extraer la humedad del rostro. Y úsalas un poco menos a menudo.

10. Prohibir los baños supercalientes

Seguro que remojarse en un baño de agua caliente sienta muy bien después de retozar en el frío. Pero el intenso calor de una ducha o baño caliente rompe las barreras lipídicas de la piel, lo que puede provocar una pérdida de hidratación. "Es mejor usar sólo agua tibia", aconseja LaPlante, "y permanecer menos tiempo en el agua".

Un baño tibio con harina de avena o bicarbonato de sodio, puede ayudar a aliviar la piel que está tan seca que ha llegado a picar, señala Bielinski. Lo mismo puede ocurrir con la reaplicación periódica de la crema hidratante. Si estas técnicas no funcionan, acude a un dermatólogo. "Puede que necesites una loción recetada para combatir la piel seca", dice Bielinski. "O puede que tengas una condición que no sea simplemente piel seca y que requiera un tratamiento diferente".

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