Historia del maquillaje

Desde el mineral de cobre y plomo que utilizaron los antiguos egipcios para crear los primeros cosméticos del mundo hasta los productos científicamente avanzados de hoy en día que pueden hacer de todo, desde ocultar los poros, suavizar el cutis y convertir el verde pálido de tus ojos en un vívido tono de esmeralda, el maquillaje ha sido una parte integral de la humanidad durante miles de años. A lo largo de los siglos, las mujeres utilizaban cerillas quemadas para oscurecer sus ojos, bayas para teñir sus labios y orina de niños pequeños para desvanecer sus pecas. Incluso tragaban sangre de buey en un intento erróneo de mejorar su cutis.

A lo largo de la historia, las mujeres han puesto en peligro su salud con muchos de sus cosméticos caseros. En algunas culturas, por ejemplo, las mujeres utilizaban arsénico, plomo, mercurio e incluso sanguijuelas para darse el aspecto pálido que se consideraba bello en la antigüedad. Afortunadamente, hemos avanzado mucho desde los días en que se utilizaban mezclas tóxicas y mortales para mejorar nuestro aspecto.

La multimillonaria industria cosmética de hoy en día debe cumplir con estrictas normas gubernamentales sobre lo que puede y no puede incluir en los productos y debe seguir directrices de fabricación seguras. Hoy en día, el daño más grave que puede sufrir a causa de los cosméticos es una irritación provocada por un producto demasiado agresivo para la piel, o una erupción alérgica provocada por una fragancia o un conservante del producto... Sin embargo, a pesar de décadas de pruebas de seguridad y de un historial de seguridad sin parangón en muchas industrias, circulan muchos mitos sobre los peligros de los ingredientes de los cosméticos.

Hot