Las trufas han sido un tesoro durante siglos, y hoy en día, estos hongos son uno de los alimentos más caros que se pueden comprar. Una libra de trufas puede costar hasta 450 dólares.
A diferencia de los hongos, que crecen en la superficie, las trufas crecen en las raíces de los árboles, entre 5 y 10 centímetros bajo la tierra. Se necesitan habilidades y herramientas especiales para averiguar dónde están y recogerlas con cuidado. A veces, la gente deja que sean los perros y los cerdos entrenados quienes las olfateen.
Las trufas tienen un aspecto muy diferente al de las setas. No tienen tallos ni agallas. En cambio, son redondas, firmes, están cubiertas de verrugas y varían de tamaño. Algunas son tan pequeñas como una nuez, mientras que otras son tan grandes como un puño.
En todo el mundo crecen más de 100 tipos diferentes de trufas, pero sólo encontrará uno de los 10 tipos en su comida. Entre las más comunes están la "trufa blanca", una trufa italiana muy olorosa, y la "trufa negra" de Francia.
Cada trufa tiene su propio sabor, que depende del clima durante su crecimiento, del tipo de raíces del árbol en el que crece y de las bacterias de su interior. En general, sin embargo, puedes esperar un sabor (y un olor) fuerte y terroso que se parece más a un perfume que a una especia.
Valor nutricional
El tamaño de la porción de las trufas es pequeño. Una ración es de 0,5 gramos, lo que equivale a una décima parte de una cucharilla.
Una porción de trufa negra conservada en agua y sal contiene:
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Calorías: 10
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Proteínas: 2 gramos
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Grasa: 0 gramos
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Fibra: 2 gramos
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Carbohidratos: 0 gramos
Los nutrientes exactos de las trufas dependerán de la clase que comas, pero todas son una rica fuente de aminoácidos y minerales, incluyendo:
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Fósforo
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Cobre
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Manganeso
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Selenio
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Zinc
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Vitaminas A, B, C, D y K
Las trufas también están repletas de compuestos naturales que te protegen de los "radicales libres", es decir, de las toxinas que pueden dañar tus células.
Beneficios para la salud
En África y Oriente Medio, la gente utiliza las trufas como medicina para las afecciones de la piel y los ojos. Pero no está claro qué tan bien funcionan.
Algunos estudios que probaron un extracto de trufa muy fuerte muestran que puede:
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Reducir el colesterol
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Controlar el azúcar en sangre
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Proteger el hígado de los daños
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Reducir la inflamación en todo el cuerpo
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Combatir las infecciones bacterianas
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Ayudar a prevenir el cáncer
Ten en cuenta que la cantidad de trufas que comes es mucho menor, por lo que es poco probable que tenga ese impacto.
Riesgos
La alergia a las trufas es muy rara. Sin embargo, es importante comer sólo una trufa fresca que provenga de una fuente conocida y de confianza, como alguien que se gane la vida cazando trufas. Algunas setas venenosas pueden confundirse con las trufas. Sólo un experto puede distinguirlas.
Cómo preparar y comer trufas
Una vez recogidas, las trufas empiezan a pudrirse en 10 días. No es buena idea hervirlas o congelarlas para intentar que duren más. La congelación estropea la textura de la trufa, y la ebullición elimina su sabor.
Limpia las trufas en cuanto las recibas. Para ello, corta los puntos malos y cepilla la suciedad, luego aclara y seca suavemente. Cubre las trufas con una toalla de papel seca y guárdalas en el frigorífico hasta que vayas a utilizarlas.
El olor y el sabor de las trufas son tan fuertes que un poco rinde mucho. Obtendrás mucho sabor si rallas o raspas pequeñas cantidades sobre tu comida justo antes de comer. Pruebe a añadir trufa cruda rallada a los huevos, la pasta, el arroz, las salsas, el pollo y el pescado. También puede mezclarla con aceite de oliva o mantequilla.
Aunque puedes comprar artículos con sabor a trufa, como aceite, pasta e incluso patatas fritas, éstos no contienen trufas reales. Dado que las trufas se estropean tan rápidamente, los artículos con una larga vida útil dependen del sabor a trufa creado por el hombre. Una forma de conservar la trufa para poder utilizarla más adelante es rallarla en mantequilla y congelarla en pequeñas cantidades.