En imágenes: Todo sobre las coles de Bruselas

Bruselas, no Brussel

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Como en la ciudad de Bruselas, Bélgica, donde los historiadores creen que la gente empezó a cultivarlas ampliamente para alimentarse allá por el año 1500. Si se hierven hasta convertirse en un desastre empapado, puede que no te parezcan muy apetecibles. Pero si se asan hasta alcanzar la perfección crujiente con cebolla y aceite de oliva, le sorprenderán gratamente. Y eso es bueno, porque están llenos de cosas saludables que tu cuerpo necesita.

Son estrellas antioxidantes

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Las coles de Bruselas forman parte de la familia de las crucíferas (se llaman así porque sus flores tienen forma de cruz). Este grupo de verduras está lleno de moléculas llamadas antioxidantes. Cada una de estas moléculas funciona de forma diferente para formar una especie de equipo que combate el daño celular. Las coles de Bruselas son potencias antioxidantes, con manganeso, betacaroteno, quercetina y más.

Tienen vitamina C

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Este antioxidante ayuda a proteger tus células contra el daño, apoya tu sistema inmunológico y ayuda a tu cuerpo a utilizar el hierro. El cuerpo también lo utiliza para fabricar un tipo de tejido conectivo elástico llamado colágeno que, entre otras cosas, ayuda a curar las heridas. Los hombres necesitan 90 miligramos al día y las mujeres 75 miligramos. Una taza de coles de Bruselas cocidas aporta unos 100 miligramos?

Tienen folato

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Esta vitamina B es especialmente importante para las mujeres que están embarazadas o que intentan tener un bebé. Ayuda a detener ciertos tipos de defectos de nacimiento. También es importante para la salud del corazón, la división celular y el sistema nervioso. Una taza de coles de Bruselas contiene 78 microgramos, la cuarta parte de la cantidad diaria recomendada.

Tienen potasio

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Este mineral ayuda a que tus células funcionen de forma correcta. Tus nervios y músculos -sobre todo tu corazón- pueden no funcionar bien si no recibes suficiente. Es un electrolito, lo que significa que conduce la electricidad para ayudar a las células a realizar su trabajo. Los hombres adultos necesitan unos 3.400 miligramos, mientras que las mujeres necesitan unos 2.600. Una taza de coles de Bruselas aporta unos 340 miligramos.

Pueden ayudar a prevenir el cáncer

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Al igual que sus primas crucíferas, la col rizada, el brócoli y el repollo, las coles de Bruselas tienen unas sustancias llamadas glucosinolatos. Estas sustancias químicas tienen azufre, lo que les da su sabor y olor característicos. Los estudios han tenido resultados mixtos, pero también pueden desempeñar un papel en la prevención de ciertos tipos de cáncer, incluidos los de próstata, pulmón y cuello uterino.

Están llenos de fibra

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Hace algo más que mantenerte regular. También puede ayudar a proteger contra las enfermedades del corazón, el colesterol alto, la presión arterial alta y los problemas digestivos. La mayoría de los estadounidenses no consumen los 25 ó 30 gramos diarios recomendados. Las coles de Bruselas son una buena fuente de ambos tipos de fibra: soluble e insoluble. Una taza de coles cocidas contiene unos 3 gramos, lo que supone un 13% de la cantidad diaria recomendada.

Combaten la inflamación

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Las coles de Bruselas y otras verduras crucíferas reducen la inflamación. Esto es importante porque la inflamación está relacionada con una serie de problemas de salud, como el endurecimiento de las arterias, las enfermedades cardíacas y el cáncer. En particular, una sustancia que se encuentra en las coles de Bruselas, llamada sulforafano, parece ayudar.

Ayudan a reducir el colesterol

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Su cuerpo necesita el colesterol para formar las paredes celulares, fabricar hormonas y producir ácidos biliares que le ayuden a digerir los alimentos. Pero un exceso de colesterol puede provocar la acumulación de placas en las arterias (aterosclerosis), lo que supone un grave problema para la salud. Como parte de una dieta equilibrada, los nutrientes de las coles de Bruselas pueden ayudar a reducir sus niveles. Esto es una buena noticia para la salud de su corazón y sus vasos sanguíneos.

Tienen vitamina K

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Ayuda a tu cuerpo a mantener los huesos fuertes y a coagular la sangre, entre otras funciones importantes. Es probable que obtengas suficiente en tu dieta habitual. Pero es posible que necesites más si tienes una enfermedad que dificulta la absorción de esta vitamina, como la colitis ulcerosa, la fibrosis quística, la enfermedad celíaca y algunas otras enfermedades intestinales. Una taza de germinados le proporcionará más del doble de la cantidad diaria recomendada de vitamina K.

Puedes comerlos crudos

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Solo tienes que rallarlos finamente con una mandolina o un robot de cocina. Un simple aliño de aceite y vinagre será suficiente. Pero también puedes aderezarlas con un poco de mostaza de Dijon y unas nueces tostadas e incluso un poco de manzana picada. Esta ensalada crujiente, parecida a una ensalada de repollo, podría ayudarte a conquistar esta verdura antes despreciada.

Podrían darte gases

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Sucede porque la rafinosa de las coles de Bruselas podría no digerirse tan fácilmente en tu estómago. Puede pasar al colon, donde las bacterias la descomponen y producen gases. No es malo para ti, pero puede ser desagradable para ti cuando te hincha el intestino (y para todos los demás cuando sale). Las judías, el brócoli y la col también tienen rafinosa. Los medicamentos de venta libre pueden ayudarte a digerir estos alimentos más fácilmente.

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