Guía visual para una vida más limpia

Elige alimentos locales

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Cuantos menos pasos haya entre tu mesa y la granja donde crecen tus alimentos, menos posibilidades hay de que se ensucien con contaminantes o se procesen. También significa que obtendrás alimentos más frescos -y más densos en nutrientes-.

Limpia tu rutina de cuidado de la piel

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Tu piel proporciona una ruta corta hacia tu cuerpo. Evita los productos con fragancias, aditivos o conservantes como los parabenos. Pregunta a tu dermatólogo o a tu médico sobre los ingredientes que no conoces en tus lociones y frascos de maquillaje, para que puedas hacer la elección más limpia posible.

Empaca los alimentos de origen vegetal

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Una dieta limpia comienza con un enfoque en verduras, frutas y granos enteros. Completa esto con proteínas saludables como los lácteos bajos en grasa, las carnes magras, el pescado, las alubias, las legumbres, los frutos secos y las semillas.

Mira las etiquetas

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Los ingredientes extra en tus alimentos, como los colorantes, los conservantes, los aditivos, el azúcar añadido y el sodio, hacen poco por tu salud. Y en algunos casos, pueden ser perjudiciales. Los alimentos integrales y no procesados son los más seguros. Una buena regla general: Cuantos menos ingredientes, más limpios.

No calentar en exceso ciertos aceites

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Los aceites con altos niveles de grasas poliinsaturadas, como los de maíz, soja, girasol y cártamo, se oxidan a altas temperaturas. Eso significa que se descomponen y liberan radicales libres, moléculas cargadas que pueden dañar las células y provocar enfermedades.

Revisa tus utensilios de cocina

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Los utensilios de cocina antiadherentes pueden facilitar la limpieza después de cocinar, pero pueden tener un coste. Los estudios en curso muestran que algunos tipos de revestimiento de polímero utilizados en las sartenes antiadherentes pueden ser ligeramente tóxicos cuando se calientan.

Sea exigente con el envase

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El plástico sin BPA está bien para almacenar alimentos y bebidas, pero mantenlo frío. Nunca recalientes las sobras en plástico. Tu mejor opción para almacenar alimentos sin tóxicos y respetuosos con el medio ambiente es el vidrio, la cerámica o el acero inoxidable.

Evite los residuos peligrosos

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Cada vez que te deshagas de pintura vieja, disolventes, aparatos electrónicos obsoletos o cualquier tipo de basura que pueda ser insalubre para el medio ambiente, sé inteligente a la hora de deshacerte de ella. Lee atentamente los envases para conocer las instrucciones de eliminación. Comprueba si hay centros de reciclaje especiales en tu zona. Mejor aún, sea creativo sobre las formas de evitar la compra de materiales peligrosos en primer lugar.

Limpia de forma ecológica

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Incluso los limpiadores con etiqueta verde o natural pueden tener ingredientes nocivos para la salud. Haz un inventario de los productos de limpieza: ¿podrías sustituir los limpiadores químicos por productos básicos de la despensa como el vinagre, el bicarbonato de sodio o el agua tibia de toda la vida?

Sé un comprador de carne inteligente

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Comer limpiamente suele significar cenar menos carne roja. Si pones carne en el menú, elige bien. La alimentada con pasto es buena, pero la terminada con pasto es mejor, ya que significa que el animal se alimentó con pasto toda su vida. La carne ecológica significa que se evitan las hormonas y los antibióticos. Y busca un certificado de terceros que acredite que la carne ha sido criada de forma humana y orgánica.

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