Información nutricional
Tamaño de la ración 0,25 taza Calorías 99 % del valor diario* Grasas totales 8 g 12% Grasas saturadas 6 g 30% Grasas trans 0 g Colesterol 33 mg 11% Sodio 419 mg 17% Potasio 0 mg 0% Carbohidratos totales 2 g 1% Fibra dietética 0 g 0% Azúcar 2 g Proteínas 5 g 10%
*Los valores diarios porcentuales se basan en una dieta de 2.000 calorías. Sus valores diarios pueden ser mayores o menores dependiendo de sus necesidades calóricas.
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Vitamina C 0%
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Hierro 0%.
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Vitamina B6 0%
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Magnesio 0%
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Calcio 19%
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Vitamina D 0%
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Cobalamina 0%
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Vitamina A 3%
El queso feta es un queso blando, de color blanco, típicamente elaborado con leche de oveja y cabra. Es uno de los quesos más antiguos del mundo y es conocido por su rico aroma y su sabor ligeramente ácido.
Aunque el queso feta es una excelente fuente de nutrientes como el calcio y las proteínas, también contiene grandes cantidades de sodio y grasas saturadas.
Sin embargo, el feta tiene menos grasa que muchos otros quesos y se considera una opción razonable para comer con moderación. Como no se elabora tradicionalmente con leche de vaca, sino con leche de oveja y cabra, también es más fácil de digerir.
Información nutricional
Una porción de 28 gramos de queso feta contiene:
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Calorías: 75
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Proteínas: 4 gramos
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Grasa: 6 gramos
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Carbohidratos: 1 gramo
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Azúcar: 1 gramo
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Sodio: ¿316 miligramos?
El queso feta es una buena fuente de:
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Calcio
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Riboflavina
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Zinc
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Selenio
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Fósforo
El queso feta también contiene una serie de vitaminas del grupo B, que favorecen la salud del sistema nervioso, la salud de la piel y la producción de energía.
Posibles beneficios del queso feta para la salud
El queso feta es una buena fuente de vitaminas y minerales esenciales. Sin embargo, el alto contenido de sodio en el queso feta puede causar complicaciones con ciertas condiciones médicas.
Las investigaciones han descubierto que, cuando se consume con moderación, el feta tiene los siguientes beneficios potenciales para la salud:
Salud ósea
El feta contiene más calcio que muchos otros quesos. El calcio ayuda a mantener unos dientes y huesos sanos.
El queso feta también tiene altos niveles de fósforo. El consumo conjunto de fósforo y calcio se ha relacionado con la mejora de la densidad ósea y la prevención de la osteoporosis.
Control del peso
El queso feta contiene un ácido graso conocido como ácido linoleico conjugado (CLA). Los estudios experimentales han demostrado que el CLA puede ayudar a reducir la grasa corporal. Estos estudios también demuestran que el CLA puede ayudar a mejorar la composición corporal a largo plazo?
Sin embargo, estos estudios no son consistentes y es necesario realizar más pruebas. Además, algunos estudios han demostrado que el CLA puede tener efectos negativos sobre el metabolismo del azúcar y los niveles de colesterol.
Salud intestinal
Los alimentos fermentados, como el queso feta, contienen probióticos. Estas cepas de bacterias buenas promueven un intestino sano y favorecen la función del sistema inmunitario.
Los investigadores están estudiando si los probióticos pueden ayudar con los síntomas de la diarrea y el estreñimiento asociados con el síndrome del intestino irritable y la enfermedad inflamatoria intestinal.
Reduce el riesgo de diabetes
Los investigadores han descubierto que las proteínas y el calcio (ambos abundantes en el feta) pueden ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre del cuerpo, reduciendo el riesgo de desarrollar diabetes y ayudando a controlar las condiciones relacionadas con el azúcar en la sangre ya existentes.
Posibles riesgos del queso feta
El queso feta es una fuente baja en calorías de muchas vitaminas y minerales, pero también tiene un alto contenido de sodio. También contiene grasas saturadas, que deben limitarse a menos del 10 por ciento de su recuento diario de calorías.
Tenga en cuenta lo siguiente antes de incluir el queso feta en su dieta:
Presión arterial
Se ha demostrado que el exceso de sodio en la dieta contribuye a la hipertensión arterial, que está relacionada con problemas crónicos como las enfermedades renales, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades cardíacas.
Función renal
Aunque el queso feta contiene cantidades saludables de calcio, el fósforo que contiene puede debilitar los huesos de las personas con enfermedades renales.
Preocupación por el embarazo
Los quesos blandos y no pasteurizados como el feta pueden contener Listeria monocytogenes, una bacteria que puede causar síntomas leves similares a los de la gripe en adultos. Sin embargo, la bacteria puede ser bastante perjudicial para los bebés no nacidos, por lo que se aconseja a las mujeres embarazadas que no consuman quesos no pasteurizados.
Interacciones con medicamentos
El feta también contiene tiramina, una sustancia natural que se encuentra en los alimentos envejecidos y fermentados. La tiramina se ha asociado a picos de presión arterial, palpitaciones y fuertes dolores de cabeza en personas que toman medicamentos inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO). Por ejemplo, los prescritos para la depresión o la enfermedad de Parkinson.