Beneficios de la vitamina F para la salud
A pesar de su nombre, la vitamina F no es realmente una vitamina tradicional. Es una grasa dos grasas, en realidad. En concreto, el ácido alfa-linolénico (ALA) y el ácido linoleico (LA). Sin estos ácidos grasos, es imposible llevar una vida sana.
El ALA y el LA son dos tipos de ácidos grasos poliinsaturados. Los ácidos grasos poliinsaturados hacen muchas cosas importantes, como proteger los nervios. Sin ellos, la sangre no puede coagularse y ni siquiera se pueden mover los músculos. Sin embargo, su cuerpo no puede producir su propio ALA y LA. Tienen que provenir de la dieta.
Hay dos familias principales de ácidos grasos poliinsaturados. Una es la de los ácidos grasos omega-3, que incluyen el ALA. La otra son los ácidos grasos omega-6, que incluyen el LA.
Entonces, ¿por qué a veces se hace referencia a dos grasas como una sola vitamina? La confusión se remonta a 1923, cuando se descubrieron las dos sustancias. En aquel momento se identificaron erróneamente como una vitamina. La etiqueta se mantuvo, a pesar de que su naturaleza como grasas se demostró sólo unos años más tarde. Un término general que se utiliza hoy en día para referirse al ALA, al LA y a sus ácidos grasos omega-3 y omega-6 relacionados es el de ácidos grasos esenciales.
Beneficios para la salud
Los dos ácidos grasos que componen la vitamina F son utilizados por su cuerpo de muchas maneras diferentes. Son un componente clave de nuestras membranas celulares. También son importantes para que nuestras retinas se desarrollen y funcionen correctamente.
Otros beneficios de la vitamina F para la salud son
Salud del cerebro y del sistema nervioso
Nuestro cerebro está cargado de ácidos grasos poliinsaturados. Los necesitamos para generar la energía que utilizamos para pensar y funcionar a diario. En el caso de los bebés en desarrollo, es especialmente importante que sus cuerpos tengan suficientes ácidos grasos esenciales. Sin ellos, las neuronas y las sinapsis del cerebro no se desarrollan correctamente.
Salud del corazón
El consumo elevado de ALA y LA parece estar asociado a la reducción del riesgo de enfermedad coronaria y de mortalidad cardiovascular en general. También se ha demostrado que la sustitución de ácidos grasos saturados por ácidos grasos poliinsaturados reduce el colesterol en la sangre.
Salud cognitiva
Existen pruebas convincentes de que los ácidos grasos omega-3, como el ALA, pueden ayudar a frenar el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Artritis reumatoide
Existen pruebas que demuestran que una dieta rica en ácidos grasos omega-3, incluido el ALA, puede ayudar a reducir la inflamación en personas con artritis reumatoide. Esto puede dar lugar a una reducción del dolor y la rigidez de las articulaciones.
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Cantidades y dosis
No existe un límite superior seguro establecido para el consumo de vitamina F. Para la mayoría de las personas, su dieta proporciona cantidades más que adecuadas de estos ácidos grasos esenciales. Sin embargo, para quienes tienen ciertos problemas de salud, el médico o el dietista pueden recomendar dosis específicas. Las dosis se suelen indicar en gramos por día y se ingieren a través de diversas fuentes dietéticas.
Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 se encuentran en una amplia gama de alimentos. El ALA se encuentra con mayor frecuencia en los alimentos de origen vegetal, mientras que el LA es común en los aceites vegetales, los frutos secos, las semillas, la carne y los huevos. En general, el LA es más abundante en los alimentos que consumimos.
Estas son algunas fuentes dietéticas comunes de ácidos grasos esenciales:
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Muchos aceites vegetales, como el aceite de soja, el aceite de canola, el aceite de cártamo y el aceite de linaza
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Semillas y frutos secos, incluidas las semillas de chía, las semillas de girasol y las nueces
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Verduras de hoja verde como las espinacas, el brócoli y las coles de Bruselas
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Pescado, en particular el salmón y el atún blanco