Menos inflamación
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Puede ser difícil, pero deshacerse de esos crujientes trozos de tocino es mejor para ti a largo plazo. Las investigaciones demuestran que tanto las carnes procesadas como las rojas tienen un alto contenido en grasas saturadas y pueden provocar una inflamación continua. Esto puede aumentar las posibilidades de contraer cáncer y otras enfermedades. La carne procesada incluye el bacon, la charcutería y los perritos calientes. La carne roja incluye la carne de vacuno, de cerdo y de cordero.
Mejor salud intestinal
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Las investigaciones demuestran que comer muchos alimentos procesados y granos refinados puede afectar negativamente a tu salud intestinal. Pero una dieta basada en plantas ayuda a potenciar las bacterias intestinales saludables. Los alimentos ricos en fibra favorecen especialmente el crecimiento de las bacterias buenas, que reducen la inflamación y el riesgo de padecer enfermedades inflamatorias.
Pérdida de energía
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Puede que te sientas cansado y débil si eliminas la carne de tu dieta. Esto se debe a que le falta una importante fuente de proteínas y hierro, que le dan energía. El cuerpo absorbe más hierro de la carne que de otros alimentos, pero no es la única opción. También puedes encontrarlo en verduras de hoja verde como las espinacas, así como en cereales, pan y pasta ricos en hierro. Busca las proteínas en los huevos, las alubias, los guisantes, las lentejas, los frutos secos, las semillas y los productos de soja.
Más viajes al baño
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Menos carne y más fibra procedente de los cereales integrales, la fruta cruda y las verduras puede suponer un tiempo extra en el baño. La fibra facilita la defecación al arrastrar el agua hacia el colon. Esto hace que las heces sean más blandas.
Menor riesgo de diabetes
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Los investigadores han relacionado la carne roja y procesada con una mayor probabilidad de padecer diabetes tipo 2. Un estudio descubrió que comer media ración de carne roja (una ración es del tamaño de una baraja) al día aumenta las probabilidades de contraer la enfermedad en un 48%.
Reduce el colesterol
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Limitar los alimentos con grasas saturadas, incluida la carne, puede reducir el colesterol malo o LDL en la sangre. Los expertos dicen que las grasas saturadas deben representar menos del 10% de tus calorías diarias. Si todavía te apetece carne, prueba con cortes más magros y sin piel.
Ahorra dinero
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Los alimentos ricos en proteínas, como las alubias, los guisantes, las lentejas y los huevos, son una alternativa más barata que la carne. Y comprar frutas y verduras de temporada puede ahorrarte aún más dinero. Los datos muestran que una persona con una dieta de 2.000 calorías puede comer suficiente fruta y verdura por menos de 3 dólares al día.
Ayudas al medio ambiente
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Sustituir la carne por alimentos de origen vegetal reduce las emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero. Se necesita más tierra para criar ganado que para cultivar alimentos. El cultivo de alimentos también utiliza menos agua.
Es posible que necesites suplementos
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Cuando sigues una dieta sin carne o limitada a base de plantas, puede que te falten vitaminas y minerales importantes. Los suplementos pueden aumentar tus niveles de vitamina B12 (que sólo se encuentra en los alimentos de origen animal), hierro, calcio y vitaminas A, B y D. Habla con tu médico sobre qué suplementos son los mejores para ti.
Puede perder peso
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Los investigadores revisaron 15 estudios sobre cómo una dieta vegetariana afecta a tu peso. Las personas que se cambiaron a una dieta basada en plantas perdieron alrededor de 10 libras, y los que tenían más peso perdieron más peso.