El síndrome de hipermovilidad articular (SHA) significa que las articulaciones están más sueltas de lo normal. Es un problema articular o muscular común en niños y adultos jóvenes, y es uno de los muchos trastornos del tejido conectivo.
Anteriormente conocido como síndrome de hipermovilidad articular benigna (SBI), este trastorno puede causar dolor o molestias después del ejercicio. Normalmente no forma parte de ninguna enfermedad.
Síntomas
Los niños o adultos jóvenes con hipermovilidad tienen... dolor en las articulaciones.
El dolor es más frecuente en las piernas, como en las pantorrillas o los muslos. Suele afectar a las articulaciones grandes, como las rodillas o los codos. Pero puede afectar a cualquier articulación.
Algunas personas también presentan una leve hinchazón en las articulaciones afectadas, especialmente al final de la tarde, por la noche o después de hacer ejercicio o actividad. Esa hinchazón puede aparecer y desaparecer en cuestión de horas.
Otros síntomas pueden ser la dislocación de las articulaciones, la piel fina, los párpados caídos, la hernia y las varices?
¿Quién la padece?
Las articulaciones de las niñas suelen ser más móviles (más sueltas) que las de los niños de la misma edad. Los niños más pequeños suelen manifestar más dolor. Los adolescentes pueden tener menos síntomas porque sus músculos y articulaciones se vuelven más tensos y fuertes a medida que crecen.
El HJS parece darse con más frecuencia en los niños asiático-americanos que en los caucásicos, y es menos frecuente en los niños afroamericanos. Las razones de ello no están claras.
Cuando se examinan grandes grupos de escolares, hasta el 40% tiene el síndrome. Alrededor del 10% de estos niños presentan una hipermovilidad que puede provocar dolor después de las actividades o por la noche. Nadie sabe por qué algunos niños sienten esas molestias, mientras que otros con articulaciones igualmente flojas no tienen dolor ni hinchazón.
Las articulaciones flojas... son cosa de familia.
Diagnóstico
Unas sencillas pruebas muestran si un niño tiene una amplitud de movimiento en sus articulaciones mayor de lo normal. Los médicos utilizan varias pruebas de movilidad específicas, entre ellas:
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La muñeca y el pulgar se pueden mover hacia abajo para que el pulgar toque el antebrazo.
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Los dedos meñiques pueden extenderse hacia atrás más allá de 90 grados.
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Al estar de pie, las rodillas están anormalmente inclinadas hacia atrás cuando se ven de lado.
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Cuando están totalmente extendidos, los brazos se doblan más de lo normal (más allá de lo recto).
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Al doblar la cintura, con las rodillas rectas, el niño o el adulto puede poner las palmas de las manos apoyadas en el suelo.
Dado que los síntomas de la hipermovilidad a veces pueden imitar a los de la artritis, es posible que tengas que hacerle pruebas de laboratorio para asegurarte de que tu hijo no tiene un trastorno más grave (como la artritis juvenil u otras enfermedades inflamatorias). En raras ocasiones, puede ser necesario realizar radiografías.
Tratamiento
Cosas simples pueden ayudar con esta condición, tales como:
Ejercicio.
Es una buena idea fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones flojas. Para algunas personas, los médicos recomiendan férulas, aparatos ortopédicos o cinta adhesiva para proteger las articulaciones afectadas durante la actividad.
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Protección de las articulaciones.
Estos consejos ayudarán a tu hijo a evitar el sobreesfuerzo de sus articulaciones hipermóviles:
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No se siente con las piernas cruzadas y con las dos rodillas dobladas ("estilo indio").
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Doblar ligeramente las rodillas al estar de pie.
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Use zapatos con buenos soportes para el arco del pie.
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Detenga cualquier movimiento articular inusual que los niños hipermóviles suelen utilizar para entretener a sus amigos.
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Medicamentos
no arreglan las articulaciones flojas. Si el dolor después del ejercicio es un problema, pregunte a su médico por los antiinflamatorios de venta libre, como el naproxeno o el ibuprofeno.
Perspectivas para las personas que padecen la enfermedad
Los niños con articulaciones flojas suelen desenvolverse bien en actividades que premian la flexibilidad, como las animadoras, la danza moderna, la gimnasia y el ballet. (Esas actividades también requieren fuerza, por supuesto).
Pero es posible que tengan que dejar o reducir algunas de estas aficiones si son demasiado dolorosas o si su hijo se disloca una articulación.
La mayoría de los síntomas mejoran a medida que los niños crecen y se fortalecen. Aun así, a algunos les dura.
El síndrome suele derivar en artritis más adelante en la vida. Pero algunas personas que lo padecen pueden tener problemas en el hombro o la rótula si se dislocan a menudo esas articulaciones o si se les desgasta el cartílago.
Las personas que padecen el síndrome en la edad adulta son más propensas a padecer artrosis (artritis por desgaste) a medida que envejecen. Algunas personas siguen teniendo dolor muscular por la hipermovilidad al llegar a la edad adulta. Son más propensos que otros a sufrir esguinces, lesiones, dislocaciones, hinchazón ocasional, dolores de espalda y molestias después del ejercicio.