Lo que hay que saber sobre la remisión del linfoma folicular y la terapia de mantenimiento

Lo que hay que saber sobre la remisión del linfoma folicular

Una vez que hayas finalizado el tratamiento para el linfoma folicular, es posible que tu médico te diga que el cáncer está en remisión. Es un gran hito porque significa que tienes pocos o ningún signo de cáncer en tu cuerpo.

Estarás en uno de los dos tipos de remisión:

La remisión completa es cuando las pruebas y los escáneres no muestran signos de su cáncer. Es posible que su médico no utilice la palabra "curación" porque todavía pueden quedar algunas células cancerosas que son demasiado pequeñas para que las pruebas las detecten. Pero si permanece en remisión durante 2 años o más, hay muchas probabilidades de que no tenga más signos de la enfermedad. Incluso podría estar curado.

La remisión parcial significa que hay muchas menos células cancerosas en el cuerpo, pero el cáncer no ha desaparecido por completo.

La duración de la remisión es diferente para cada persona. Su cáncer puede permanecer bien controlado durante muchos años. Pero siempre es posible que vuelva a aparecer en el futuro o que cambie a un tipo diferente.

Puedes considerar el linfoma folicular como una enfermedad crónica. Puede reaparecer de vez en cuando, pero hay tratamientos para controlarlo. A medida que aparecen más tratamientos nuevos, aumenta tu probabilidad de tener una remisión o cura a largo plazo.

Terapia de mantenimiento

Es un tratamiento que puedes recibir una vez que estés en remisión. La terapia de mantenimiento consiste en tomar medicamentos para eliminar cualquier célula cancerosa que aún esté en tu cuerpo. Ayuda a mantener la remisión durante más tiempo.

El anticuerpo monoclonal rituximab (Rituxan) es el tratamiento de mantenimiento que los médicos suelen recetar para el linfoma folicular. Este fármaco busca y se adhiere a una proteína llamada CD20 en el exterior de las células cancerosas. El rituximab ayuda a las células del sistema inmunitario a encontrar y eliminar el cáncer.

El rituximab es una inyección que su médico le administra una vez cada dos meses.

Después de la inyección, puede tener efectos secundarios como los siguientes:

  • Dolor en la zona donde se puso la inyección

  • Fiebre

  • Recuento bajo de glóbulos blancos

  • Escalofríos

  • Infección

Su médico puede informarle de lo que puede esperar mientras esté tomando este medicamento y de cómo manejar cualquier efecto secundario que tenga.

Es habitual seguir tomando la terapia de mantenimiento con rituximab durante 2 años. Los estudios están analizando si seguir tomando este medicamento durante más tiempo, o tomar otros medicamentos durante la remisión, podría suponer mayores beneficios.

Visitas de seguimiento

Cuando termine el tratamiento, su médico le dirá lo que viene a continuación. Juntos, crearán un plan de cuidados que incluirá revisiones periódicas para controlar su salud y el estado del cáncer.

Sus citas probablemente estarán separadas de 2 a 3 meses al principio. A medida que pase el tiempo, es posible que pueda pasar más tiempo entre las visitas.

Durante cada chequeo, su médico:

  • Le preguntará cómo se siente

  • Revisar el cuello, las axilas y la ingle para ver si hay alguna hinchazón o bulto

  • Toca tu vientre para detectar cualquier cambio

  • Ayudarle a manejar cualquier efecto secundario de su tratamiento

Es posible que le hagan una o más pruebas para ayudar a su médico a conocer mejor su estado de salud general y saber si el cáncer ha reaparecido:

Análisis de sangre. Un recuento sanguíneo completo (CBC) comprueba si los niveles de células sanguíneas son más bajos de lo normal. Los análisis químicos de la sangre determinan el funcionamiento de órganos como los riñones, el hígado y la tiroides. Otros análisis de sangre buscan signos de enfermedad cardíaca, que puede ser un riesgo de algunos tratamientos de linfoma folicular.

Exploración por imágenes. Estas pruebas muestran si tienes cáncer en tu cuerpo o si el tratamiento ha causado algún problema en tus órganos:

  • Rayos X. Utiliza la radiación en dosis bajas para hacer imágenes de su pecho y vientre.

  • TAC. Es una potente radiografía que realiza imágenes detalladas del interior de tu cuerpo.

  • RESONANCIA MAGNÉTICA. Utiliza potentes imanes y ondas de radio para obtener imágenes de los órganos y estructuras del interior del cuerpo.

  • Ecografía. Utiliza ondas sonoras para obtener imágenes de tus órganos.

Si tiene algún síntoma nuevo entre las visitas, no espere a su próxima cita. Llame a su médico por problemas como:

  • Fiebre que no desaparece

  • Nuevo bulto o hinchazón en una glándula u otra zona del cuerpo

  • Sudores nocturnos

  • Pérdida de peso sin intentarlo

Una biopsia de médula ósea, la misma prueba que quizá te hicieron cuando te diagnosticaron por primera vez, también ayuda a tu médico a averiguar si el cáncer ha vuelto.

Mientras siga teniendo este cáncer, seguirá viendo a su médico para las visitas de seguimiento. Estas visitas periódicas garantizan que, en caso de que surjan nuevos problemas, su médico pueda responder a ellos rápidamente.

Cuidarse bien durante la terapia de mantenimiento le ayudará a sentirse mejor y posiblemente a evitar algunos de los efectos secundarios tardíos de su tratamiento. Intente llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio y ponerse todas las vacunas que le recomiende su médico para evitar que enferme.

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