Mi cerebro en la quimioterapia
Escrito por Heather Millar De los archivos de los médicos
Durante mucho tiempo, los médicos no han estado seguros de si la niebla cerebral durante la quimio proviene de los propios medicamentos de la quimio o simplemente del estrés de pasar por el tratamiento del cáncer.
Cuando me sometí a la quimioterapia, me apunté a un estudio para hacer un seguimiento de mis capacidades mentales durante el tratamiento. Cada mes, más o menos, durante la quimio, hice una serie de pruebas cognitivas: recordar palabras, manipular formas o conectar puntos tan rápido como pudiera. Como mis resultados eran ciegos, es decir, los datos eran anónimos en aras de la objetividad, nunca sabré cómo me fue.
Sin embargo, déjenme decirles que esas pruebas se volvieron cada vez más difíciles para mí a medida que avanzaba la quimioterapia. A juzgar por una muestra de una persona (yo), creo que la quimiocerebro es real.
Cuando estaba a mitad de mi régimen de quimioterapia, me convertí en una auténtica cabeza de chorlito. Cuando intentaba leer algo, para cuando llegaba a la última frase de un párrafo, no podía recordar lo que había leído en la primera frase.
Una vez terminada la quimioterapia, los efectos continuaron durante varios meses. Tres semanas después de mi última infusión de quimio, en el décimo cumpleaños de mi hija, ella me pidió que hiciera malvaviscos de cumpleaños para su clase. (Estaba enamorada de un chico que no podía comer gluten, por lo que las típicas magdalenas de cumpleaños de la clase no servirían). Soy una empollona de la cocina, así que, por supuesto, sé cómo hacer malvaviscos caseros. Básicamente, se trata de mezclar claras de huevo, gelatina y azúcar y batirlas en una batidora de pie durante unos 15 minutos. Ya lo había hecho varias veces. Pues bien, después de la quimioterapia, ni siquiera podía seguir una receta sencilla. Me equivoqué tres veces con los malvaviscos y gasté tantos huevos que tuve que enviar a mi marido a la tienda a por más.
Afortunadamente, mi cerebro de la quimioterapia mejoró con el tiempo. Sin embargo, he hablado con otras personas que sienten que nunca vuelven a su nivel básico de agudeza mental.
Si notas un cambio en tu forma de pensar, comunícalo a tu equipo médico. El entrenamiento cognitivo puede ayudarte a lidiar con los peores efectos. La tecnología -recordatorios de teléfonos inteligentes y similares- puede ayudar. También lo pueden hacer las ayudas a la memoria.