La caspa -esas escamas blancas y secas de piel que te quitas del cuello o de los hombros- es inofensiva. Pero puede ser vergonzosa y producir picores. En realidad, la caspa no tiene que ver con el pelo, ni con la frecuencia con la que te lo lavas. Se trata de la piel del cuero cabelludo.
El problema son las células de la piel que crecen y mueren demasiado rápido. No está claro por qué ocurre esto. Un hongo muy común llamado malassezia puede contribuir a la caspa. Este hongo vive en el cuero cabelludo de la mayoría de los adultos sanos sin causar ningún problema. Una teoría es que el sistema inmunitario de una persona con caspa puede reaccionar de forma exagerada ante ese hongo.
La caspa puede empeorar cuando estás estresado o enfermo. Los inviernos fríos y secos también pueden desencadenar la caspa o empeorarla.
Una causa común es la dermatitis seborreica o seborrea. Algunas personas con caspa también pueden tener dermatitis seborreica en otras zonas del cuerpo, como las orejas, el centro de la cara y el centro del pecho.