Por Elizabeth Heubeck De los archivos del médico
Imagínese que está sentado en la consulta del médico y que le diagnostican un cáncer o alguna otra enfermedad grave. En este momento paralizante, lo que sea que estaba consumiendo su vida minutos antes, repentinamente retrocede a un segundo plano mientras usted se enfrenta a un territorio completamente nuevo y aparentemente aterrador. Aunque sientas que el tiempo se ha detenido, debes seguir adelante. Pero, ¿cuál es el siguiente paso?
Para averiguarlo, hemos recurrido a los expertos: aquellos que no sólo han vivido un diagnóstico aterrador, sino que han aprovechado sus mecanismos de afrontamiento para compartirlos con los demás.
Tal vez nadie esté mejor cualificado para esta tarea que Jessie Gruman, doctora, superviviente de tres diagnósticos distintos de cáncer y de una enfermedad cardíaca potencialmente mortal. Psicóloga social y fundadora de la organización sin ánimo de lucro Center for the Advancement of Health, Gruman ha escrito el libro After Shock: What to Do After the Doctor Gives You - or Someone You Love - a Devastating Diagnosis.
Ahora, ella y otras personas comparten sus experiencias personales sobre la mejor manera de afrontar esos días iniciales después de un diagnóstico aterrador, cuando el escozor todavía es fuerte.
Consejos para sobrellevar la situación
No seas muy exigente contigo mismo.
No te equivoques: Un diagnóstico de miedo es una crisis personal y debe tratarse como tal. No tienes que actuar como si nada en tu vida hubiera cambiado, aconseja Gruman. En cambio, sugiere dejar de lado ciertas cosas si te sientes abrumado -aunque sea temporalmente- y ceñirte a las que son absolutamente necesarias, como programar y mantener las citas con el médico.
"Es un día lluvioso. Tiene sentido darse tiempo para pensar, para entender lo que está pasando, para no ir a trabajar si no te sientes con fuerzas", dice Gruman.
Sepa que no siempre se sentirá así
. Muchas personas describen que se sienten conmocionadas y entumecidas al enterarse de que tienen un problema de salud grave. Eso es normal y, lo crea o no, insiste Gruman, la intensidad de estos sentimientos iniciales no dura para siempre. Tras haber recibido un diagnóstico de cáncer en tres ocasiones distintas, recuerda haberse sentido "devastada" cada vez. Pero también cuenta que, en cada ocasión, la sensación de temor acabó por desaparecer. "No siempre te vas a sentir tan mal", dice Gruman.
Espera asimilar solo una parte de lo que te digan.
En cuanto escuches a un médico decirte que tienes una enfermedad grave, lo más probable es que asimiles muy poco más de esa conversación. Eso es completamente normal. En una encuesta realizada por Amgen a 150 pacientes con cáncer, el 71% de los encuestados afirmó que, en un primer momento, tuvo dificultades para comprender la información sobre su enfermedad y las opciones de tratamiento.
"Tu capacidad de atención se vuelve muy corta, tal vez por el shock", dice Carolyn Ingram, EdD, psicóloga, superviviente de cáncer de mama y coautora de The Not-so-Scary Breast Cancer Book. "Hay una parte de ti que está muy preocupada", coincide Gruman. "Cuando estamos muy estresados, es difícil asimilar nueva información".
Dado que los sentimientos de conmoción y desconcierto pueden seguir abrumándole en los días siguientes al diagnóstico, puede ser útil digerir la información en trozos muy breves y concisos, sugiere Ingram. Así que, tanto si intentas aprender más sobre tu enfermedad buscando en Internet, leyendo libros sobre el tema o hablando con varios profesionales de la salud, ten cuidado de no abrumarte con demasiada información de golpe.
Tenga paciencia al aprender información sobre su enfermedad.
Cuando se diagnostica por primera vez una enfermedad grave, no siempre es posible precisar su alcance. A menudo, se requieren pruebas adicionales o incluso una intervención quirúrgica para comprender plenamente el alcance de una enfermedad y los problemas de salud relacionados. Pueden pasar semanas o incluso meses para determinar el tratamiento adecuado o completo.
"Al principio, es difícil encontrar información suficientemente adaptada a su enfermedad", dice Gruman al médico. "Es difícil aprovechar la experiencia de un médico al principio".
Aunque a algunas personas les resulta difícil no saber exactamente qué esperar de una enfermedad, reconocer de antemano que puede llevar algún tiempo puede ayudar a calmar la ansiedad. Mientras tanto, no te centres en lo desconocido a expensas de tu bienestar, aconseja Gruman. "Asegúrate de seguir comiendo lo suficiente, bebiendo suficiente agua y descansando lo necesario", dice.
Elige el soporte que te funcione.
La forma de afrontar un diagnóstico aterrador es una decisión muy personal. Elegir a quién contárselo y apoyarse en él es una parte importante del proceso, y no hay una forma correcta o incorrecta de hacerlo.
"Tú eliges: la cantidad de información que vas a contar y quién quieres que te acompañe", dice Gruman.
Unirse a un grupo de apoyo cuyos miembros se relacionen con tu experiencia puede ser muy valioso. Ingram acudió a cinco grupos de apoyo diferentes antes de encontrar el que le funcionaba. Lo que comenzó en gran medida como un grupo para educar a los pacientes de cáncer sobre la enfermedad se transformó en algo mucho más profundo. "Con el tiempo, nos enseñamos nuestras cicatrices, nos quitamos las pelucas, nos reímos y lloramos", cuenta Ingram al doctor.
Estar abierto a un cambio positivo de perspectiva.
No es raro que los supervivientes de un diagnóstico grave digan que sienten que sus vidas se han hecho más plenas gracias a la experiencia, incluso después de pérdidas físicas irrevocables. Así lo afirma Leslie Ingram Gebhart, superviviente de cáncer de mama, coach de vida y coautora de The Not-So-Scary Breast Cancer Book, que se sometió a una doble mastectomía. Aunque admite que echa de menos la sensualidad que asociaba a sus pechos, Gebhart lo ha superado. "Ahora, la talla de mi sujetador no es relevante", dice con seriedad.
"Hay que saber que siguen existiendo innumerables alegrías y posibilidades", dice Gebhart al médico. "Incluso el cáncer puede pasar a un segundo plano si nos centramos en las posibilidades".
La clave, al parecer, es permitirse estar abierto a estas posibilidades. "Tanto si vas a vivir una semana más como una década más, quieres que la calidad de vida sea lo más rica y viva posible", dice Ingram.