Una nueva ciencia revela la mejor forma de tomar una píldora

Por Adam Marcus

16 de septiembre de 2022 - Quiero contarles una historia sobre el olvido y la prisa, y cómo la combinación de ambos puede llevar a consecuencias aterradoras. Hace unos años, estaba tumbado en la cama a punto de apagar la luz cuando me di cuenta de que había olvidado tomar "mi píldora".

Al igual que otros 161 millones de adultos estadounidenses, yo era entonces consumidor de un medicamento con receta. Siendo concienzudo, me levanté, recuperé dicha píldora y la volví a tirar. Como soy perezoso, no me molesté en coger un vaso de agua para ayudar a que bajara. En su lugar, volví a la cama, me puse una almohada sobre la cabeza y me preparé para dormir.

En cuestión de segundos, empecé a sentir una sensación de ardor en el pecho. Al cabo de un minuto, ese ardor se convirtió en un dolor agobiante. Como no quería alarmar a mi mujer, me fui al salón, donde pasé los siguientes 30 minutos doblado de dolor. ¿Estaba sufriendo un ataque al corazón? Llamé a mi hermana, una hospitalista de Texas. Me aconsejó que me llevara a urgencias para que me examinaran.

Si hubiera conocido entonces a "Duke". Podría haberme dicho lo crítica que es la postura corporal cuando la gente se traga las pastillas.

¿Quién es Duke?

Duke es una representación informática de un varón de 34 años, anatómicamente normal, creada por informáticos de la Fundación IT'IS, un grupo sin ánimo de lucro con sede en Suiza que trabaja en diversos proyectos de tecnología sanitaria. A partir de Duke, el doctor Rajat Mittal, profesor de medicina de la Escuela de Medicina Johns Hopkins de Baltimore, creó un modelo informático llamado "StomachSim" para explorar el proceso de la digestión.

Su investigación, publicada en la revista Physics of Fluids, arrojó varios resultados sorprendentes sobre la dinámica de la deglución de las píldoras, la forma más común de consumo de medicamentos en todo el mundo.

Mittal dice que eligió estudiar el estómago porque las funciones de la mayoría de los demás sistemas orgánicos, desde el corazón hasta el cerebro, ya han atraído mucha atención de los científicos.

"Cuando buscaba iniciar la investigación en algunas direcciones nuevas, se me hicieron evidentes las implicaciones de la biomecánica del estómago en afecciones importantes como la diabetes, la obesidad y la gastroparesia", dice. "Estaba claro que la investigación en bioingeniería en este campo va por detrás de otras áreas más "sexys", como los flujos cardiovasculares, en al menos 20 años, y parecía haber una gran oportunidad para hacer un trabajo impactante".

Su postura puede ayudar a que una píldora funcione mejor

Varias cosas bien conocidas afectan a la capacidad de una píldora para dispersar su contenido en el intestino y ser utilizada por el organismo, como el contenido del estómago (un desayuno abundante, una mezcla de líquidos como zumo, leche y café) y el movimiento de las paredes del órgano. Pero el grupo de Mittal descubrió que la postura de Duke también desempeñaba un papel importante.

Los investigadores sometieron a Duke a simulaciones por ordenador en diferentes posturas: erguido, inclinado a la derecha, inclinado a la izquierda e inclinado hacia atrás, manteniendo todas las demás partes de sus análisis (como las cosas mencionadas anteriormente) iguales.

Descubrieron que la postura determinaba hasta el 83% de la rapidez con la que una píldora se dispersa en los intestinos. La posición más eficaz era la de inclinación hacia la derecha. La menos eficaz era inclinarse hacia la izquierda, lo que impedía que la píldora llegara al antro, o sección inferior del estómago, y por lo tanto evitaba que toda la droga disuelta entrara en el duodeno, donde el estómago se une al intestino delgado. (Curiosamente, a los judíos que observan la Pascua se les aconseja reclinarse hacia la izquierda durante la comida como símbolo de libertad y ocio).

Esto tiene sentido si se piensa en la forma del estómago, que se parece a una judía, curvándose desde el lado izquierdo al derecho del cuerpo. Debido a la gravedad, su posición cambiará el lugar donde caiga la píldora.

Al final, los investigadores descubrieron que la postura puede ser un factor tan importante en la forma en que se disuelve una píldora como la gastroparesia, una enfermedad en la que el estómago pierde la capacidad de vaciarse correctamente.

Cómo podría ayudar esto a la gente

Según Mittal, entre los grupos que más podrían beneficiarse de este tipo de estudios se encuentran las personas mayores -que toman muchas pastillas y son más propensas a tener problemas para tragar debido a los cambios relacionados con la edad en su esófago- y las personas encamadas, que no pueden cambiar de postura fácilmente. Los hallazgos también pueden conducir a mejoras en la capacidad de tratar a las personas con gastroparesia, un problema particular para las personas con diabetes.

En futuros estudios con Duke y simulaciones similares se estudiará cómo el sistema gastrointestinal digiere las proteínas, los carbohidratos y las comidas grasas, dice Mittal.

Mientras tanto, Mittal ofrece el siguiente consejo: "Estar de pie o sentado en posición vertical después de tomar una píldora está bien. Si tiene que tomar una píldora tumbado, permanezca de espaldas o sobre su lado derecho. Evite acostarse sobre el lado izquierdo después de tomar una píldora".

En cuanto a lo que me ocurrió, cualquier gastroenterólogo que lea esto habrá deducido que mi enfermedad no estaba relacionada con el corazón. En cambio, es probable que tuviera un ataque de esofagitis por pastillas, una irritación que puede producirse por medicamentos que agravan la mucosa del tubo alimenticio. Aunque es dolorosa, la esofagitis no es mortal. Al cabo de una hora, el dolor empezó a remitir, y a la mañana siguiente ya estaba bien, con sólo un ligero dolor en el pecho que me recordaba mi anterior tormento. (Los investigadores observaron un aumento de esta afección al principio de la pandemia de COVID-19, vinculada al antibiótico doxiciclina).

Y, en aras de la precisión, mi problema con las pastillas comenzó por encima del estómago. Nada en la investigación de Hopkins sugiere que la alineación del esófago desempeñe un papel en la forma en que los fármacos se dispersan en el intestino - a menos, por supuesto, que impida que esas píldoras lleguen al estómago en primer lugar.