El cerebelo, una de las tres partes principales que componen el cerebro, se encarga de coordinar el movimiento y el equilibrio. También conocido como el "pequeño cerebro", desempeña un papel vital en el lenguaje y la atención y puede ayudar a las personas con la visión y el movimiento de los ojos.
Situado en la parte posterior del cerebro, el cerebelo es una de las estructuras más densas del cerebro y está bien protegido de los traumatismos en comparación con el tronco cerebral y los lóbulos frontal y temporal. Cuando una persona sufre un daño en esta zona, puede tener dificultades de movimiento y coordinación. También puede dificultar el mantenimiento de la postura o el control del aprendizaje motor. Siga leyendo para descubrir más sobre las funciones, la anatomía y los trastornos relacionados con el cerebelo.
Qué es el cerebelo?
El cerebelo es una estructura principal de tu rombencéfalo responsable de una amplia gama de funciones, entre ellas la coordinación de tus movimientos. Es importante para procesar algunos tipos de memoria. Más de la mitad de las células nerviosas de nuestro cerebro se encuentran en el cerebelo, y durante varios procesos mentales importantes, el cerebelo desempeña un papel esencial y recibe información de las demás regiones del cerebro.
El cerebelo, el cerebro y el tronco cerebral son las tres partes principales del cerebro. El tronco encefálico está conectado a la médula espinal y se encuentra justo debajo del cerebro. La parte más grande del cerebro es el encéfalo, que consta de cuatro lóbulos, cada uno con una función distinta. Se encarga de gestionar procesos como la respiración, la digestión y el sueño. Una estrecha zona de la línea media llamada vermis conecta los dos hemisferios del cerebelo. En la superficie del cerebelo hay materia gris fuertemente plegada.
Qué hace el cerebelo?
Nuestro conocimiento del cerebelo sigue creciendo a medida que avanza la tecnología. Nuevos estudios que analizan las áreas del cerebelo más activas durante determinadas tareas demuestran su papel en el control del movimiento, la regulación de las emociones y la toma de decisiones. Además de los movimientos voluntarios que puede controlar, el cerebelo es responsable de las siguientes funciones:
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Mantenerte erguido y estable
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Cronometrar las acciones musculares y coordinar el movimiento
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Coordinación de los movimientos oculares
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Ayudar al cuerpo a aprender movimientos (aprendizaje motor)
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Contribuir al procesamiento del habla y del lenguaje
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Intervenir en el pensamiento y el estado de ánimo
Al estudiar los cerebros de animales y personas con daños en el cerebelo, los investigadores descubrieron que estos sujetos de prueba tenían dificultades para ponerse de pie, caminar y mantener el equilibrio. Los daños en el cerebelo también pueden dificultar el aprendizaje de nuevas palabras o la adquisición de nuevas habilidades. Incluso puede afectar al sentido del tiempo de una persona o a su capacidad para juzgar el tamaño o la distancia de un objeto.
Importancia del cerebelo
El cerebelo, que forma un semicírculo alrededor del tronco encefálico, está situado aproximadamente a la altura de las orejas, es de color gris rosado y pesa alrededor de 6 onzas. En el cerebelo hay una serie de surcos horizontales de arriba a abajo. Situado en la parte posterior del cerebro, el cerebelo se encuentra bajo la parte posterior del cerebro, debajo de los lóbulos temporal y occipital.
En casos raros, una persona puede nacer sin cerebelo, una condición conocida como agenesia cerebelosa. Las personas con agenesia cerebelosa a menudo pueden seguir su vida como cualquier otra persona, pero las que experimentan síntomas más graves pueden requerir atención médica regular.
Cuando una persona sufre daños en el cerebelo a causa de una enfermedad o lesión, puede tener consecuencias a largo plazo. Los daños en el cerebelo pueden dificultar el movimiento de la persona y ésta puede experimentar dificultades de equilibrio o contracciones musculares involuntarias.
Los traumatismos craneales, las infecciones, los tumores cerebrales, los accidentes cerebrovasculares y ciertos medicamentos son algunas de las muchas formas en que el cerebelo puede sufrir daños. Algunos ejemplos de condiciones que podrían resultar de un daño en el cerebelo incluyen:
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Ataxia (tanto un síntoma como un grupo de enfermedades caracterizadas por cambios en el movimiento y el habla)
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Distonía (espasmos musculares involuntarios y movimientos de torsión o repetitivos)
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Temblores (pérdida de la coordinación muscular que lleva a un movimiento de sacudida)
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Problemas de visión
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Accidente cerebrovascular
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Mareos
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Parálisis
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Nistagmo (movimientos oculares anormales)
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Dismetría (incapacidad para juzgar la distancia)
Las infecciones, el cáncer, los problemas de nutrición, los trastornos genéticos y las deficiencias vitamínicas son ejemplos de afecciones que provocan una disfunción cerebelosa. Dependiendo de la enfermedad que afecte al cerebelo de una persona, las opciones de tratamiento varían y pueden ir desde simples antibióticos para una infección hasta quimioterapia para tumores cerebrales. Las investigaciones sugieren que la disfunción del cerebelo puede desempeñar un papel en condiciones como el trastorno del espectro autista (TEA), los trastornos de ansiedad, la esquizofrenia y la dislexia.
Opciones de estilo de vida para mantener el cerebro sano
Evitar daños en el cerebelo reduciendo el riesgo de lesiones es una buena forma de mantener una buena salud cerebral. Aunque es pequeño, el cerebelo es crucial para funciones como el lenguaje, las emociones, el movimiento y el equilibrio.
Algunos hábitos de vida que ayudan a cuidar tu cerebelo son:
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Llevar una dieta saludable
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Tratar rápidamente las infecciones
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Usar el equipo de seguridad cuando sea apropiado
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Dejar de fumar
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Limitar el consumo de alcohol
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Hacer ejercicio con regularidad
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Tomar los medicamentos según la prescripción
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Proteger su cabeza
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Reducir la contaminación del aire en tu casa
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Proteger los oídos para evitar la pérdida de audición
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Mantener la presión arterial baja
Cuando caminas, haces senderismo o juegas a la pelota, tu cerebelo está trabajando. Puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo adoptando importantes cambios en su estilo de vida. Eleve el flujo sanguíneo haciendo ejercicio con regularidad. Tomar clases gratuitas en línea puede reducir el riesgo de demencia, mantener su cerebro agudo y ayudarle a aprender algo nuevo. Llevar el casco en la bicicleta o el cinturón de seguridad en el coche puede reducir el riesgo de lesiones cerebrales. Cuidar tu cerebro y tu salud mental controlando el estrés es una excelente manera de mantener la salud cerebral.