Hay mucho que aprender sobre los lóbulos parietales, como su función y su ubicación. Los lóbulos parietales son responsables de la información sensorial, el procesamiento visual y la coordinación del movimiento, y sus responsabilidades no terminan ahí.
Los lóbulos parietales desempeñan un papel crucial en muchas actividades cotidianas; sin ellos, no seríamos capaces de distinguir un objeto de otro. Además, tendríamos dificultades con la lectura, la escritura, las matemáticas y la navegación.
Qué es el lóbulo parietal?
Hay dos lóbulos parietales: el lóbulo parietal izquierdo y el derecho. Cada lóbulo tiene sus propias responsabilidades.
¿Qué hace el lóbulo parietal?
El lóbulo parietal izquierdo está asociado con el seguimiento de ciertas partes del cuerpo cuando se mueven. En cambio, el lóbulo parietal derecho se encarga de seguir el entorno que nos rodea.
En general, los lóbulos parietales son responsables de algo más que de seguir el movimiento. Otras funciones del lóbulo parietal son:
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Entrada sensorial
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Mapeo espacial y atención
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Procesamiento visoespacial
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Lectura
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Matemáticas
Los lóbulos parietales suelen dividirse en dos grupos funcionales: sensación y percepción y entrada sensorial. Durante la sensación y la percepción, la información sensorial se integra y se desarrolla en la cognición. La entrada sensorial, por otro lado, es un aspecto de la visión y ayuda a crear mapas espaciales del mundo que nos rodea.
¿Dónde se encuentra el lóbulo parietal?
Los lóbulos parietales están situados en el cerebro, por encima de los lóbulos temporales y entre los lóbulos frontales y occipitales.
Partes del lóbulo parietal
Cada lóbulo parietal tiene cuatro subestructuras, y cada subestructura tiene sus propias responsabilidades. Estas subestructuras incluyen:
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Corteza somatosensorial: Esta subestructura funciona para recibir y procesar la información sensorial obtenida del cuerpo. Esto incluye sentidos como el tacto, el dolor y la temperatura. La corteza somatosensorial recibe los datos enviados desde las vías neuronales a la médula espinal, el tronco cerebral y el tálamo.
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Lóbulo parietal inferior: El lóbulo parietal inferior se sitúa en el extremo inferior del lóbulo parietal y es responsable del lenguaje, las matemáticas y la imagen corporal. También desempeña un papel importante en la atención espacial, el procesamiento auditivo y la percepción de las emociones a través de las expresiones faciales.
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Lóbulo parietal superior: El lóbulo parietal superior se sitúa en la parte superior del lóbulo parietal y es responsable de la orientación espacial y la integración sensoriomotora. Además, recibe señales visuales y sensoriales de las manos.
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Precuneus: El precúneo se sitúa en el centro de los lóbulos parietales y está implicado en las imágenes visoespaciales, la recuperación de la memoria episódica y la perspectiva en primera persona.
Daños en el lóbulo parietal
Los daños en los lóbulos parietales pueden producirse por lesiones cerebrales traumáticas como accidentes de tráfico, heridas de bala e incluso caídas. Cuando los lóbulos parietales sufren daños, la persona puede tener dificultades para leer y reconocer personas y objetos, e incluso puede experimentar problemas para recordar cuerpos y extremidades. Además, la persona puede ser incapaz de realizar varias tareas a la vez y pueden surgir problemas con las matemáticas.
Dependiendo de qué lóbulo parietal esté dañado, también puede haber síntomas adicionales. Por ejemplo, los movimientos precisos de las manos se vuelven más difíciles cuando el lóbulo parietal izquierdo está dañado. Esto puede dar lugar a dificultades para escribir y dibujar. Los daños en el lóbulo parietal izquierdo también provocan problemas con las matemáticas y los trastornos del lenguaje.
Por otro lado, los daños en el lóbulo parietal derecho son principalmente perceptivos y afectan a la capacidad de la persona para analizar imágenes. También puede dar lugar a dificultades con las habilidades espaciales y de autocuidado.
Cómo prevenir los daños en el lóbulo parietal
Debido a la gravedad de las lesiones cerebrales, es esencial tomar medidas para prevenirlas.
Dado que los lóbulos parietales pueden dañarse en diversas circunstancias, es esencial practicar siempre la seguridad cuando la cabeza está involucrada. Algunas medidas preventivas que puedes tomar son:
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Usar el cinturón de seguridad cuando se viaja en vehículos
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Asegurarse de que los niños pequeños están colocados en asientos de seguridad o elevadores
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Usar cascos cuando se montan en bicicletas, motocicletas, patinetes, motos de nieve, etc.
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Utilizar el casco cuando se practican deportes de contacto
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Tener cuidado de eliminar los peligros de tropiezo en el hogar
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Añadir alfombras de ducha antideslizantes a su ducha
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Añadir barandillas a cualquier escalera de su casa
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Asegurarse de que hay una iluminación adecuada en toda su casa
Dado que no existen curas garantizadas para las lesiones cerebrales, es esencial evitar que se produzcan en primer lugar. Sin embargo, si se produce una lesión cerebral, a veces las terapias y estrategias específicas pueden ayudar al paciente a recuperar y fortalecer las habilidades afectadas y a adaptarse a las que ya no están presentes.
Diagnóstico de las lesiones del lóbulo parietal
Obtener un diagnóstico cuando se trata de cualquier lesión cerebral es esencial. Varios especialistas, como psiquiatras, neurólogos y ortopedistas, participarán en la elaboración de un diagnóstico adecuado. Estos especialistas utilizarán la rehabilitación física y médica para ayudar al paciente a recuperar y mantener la mayor funcionalidad posible.
Las pruebas determinarán qué habilidades se han visto afectadas. Los pacientes se someterán a pruebas de sus funciones motoras, como la fuerza, el equilibrio, la coordinación y el movimiento. El médico puede recomendar ejercicios y estrategias específicas para mejorar cualquier deterioro.
Puede ser necesario un asesor del habla para ayudar con las habilidades de expresión, comunicación y comprensión. Además, puede intervenir un trabajador social para ayudar a la comunicación entre el paciente, su familia y el equipo médico.
Aparte de esto, se pueden realizar otras pruebas médicas para diagnosticar la lesión exacta, su localización y el alcance del daño. Estas pruebas ayudarán a determinar qué habilidades se han visto afectadas y pueden incluir una resonancia magnética (MRI), una tomografía computarizada (CT), radiografías y otras pruebas.
Suele ser necesaria la rehabilitación. La duración y la intensidad de este proceso se determinan con la ayuda de las pruebas utilizadas para diagnosticar la lesión. El tratamiento suele incluir la mejora de las habilidades cognitivas y de percepción existentes y la adopción de nuevas técnicas para planificar, razonar y tomar decisiones.
No hay dos lesiones cerebrales iguales, y el plan de tratamiento dependerá del paciente, de la gravedad de la lesión y de las habilidades y capacidades afectadas.