Tomate + pepino = deterioro más rápido
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La razón es el etileno, un gas de algunas frutas y verduras que acelera la maduración. Es una de las principales razones del desperdicio de alimentos. Así que guarda los alimentos que emiten etileno lejos de los que son sensibles a él.
Productores de etileno:
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Manzana
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Cantalupo
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Aguacate
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Pera
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Tomate
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Pimiento
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Plátano
Sensible al etileno:
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Mango
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Espárragos
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Melocotón
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Cebolla
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Berenjena
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Uva
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Pepino
Lavar sus verduras
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Las verduras de hoja verde como las espinacas y el bibb, la romana, la hoja roja y otros tipos de lechuga se mantendrán más frescas si las enjuagas en agua fría antes de refrigerarlas. Retira las hojas marchitas o descoloridas. Seca las lechugas en un centrifugador de ensaladas o sacude el agua y envuélvelas sin apretar en toallas de papel. Guárdelas en una bolsa de plástico o en un recipiente.
Dejar la cera puesta
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Muchas frutas y verduras, sobre todo las que se cultivan en climas cálidos, tienen una capa externa de cera natural para evitar que se encojan. Algunos cultivos tienen una capa de cera artificial. Lávela sólo justo antes de que esté lista para comer. Esto ayuda a evitar que se produzcan magulladuras y que se pudran prematuramente. Los productos recubiertos incluyen manzanas, limones, nectarinas, naranjas, pepinos, pimientos, patatas y berenjenas.
Recortar zanahorias
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Esas cimas verdes pueden ser bonitas. Pero absorben los nutrientes y la frescura del resto de la zanahoria. Corta las puntas verdes antes de guardarlas. Refrigere las zanahorias recortadas sin apretarlas en una bolsa de plástico en el cajón de las verduras. Se conservarán durante varias semanas. Consejo profesional: Guarde las hojas verdes para hacer pesto, chimichurri o para cubrir ensaladas.
Mantenga los plátanos frescos
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Tu cocina soleada puede ser uno de los peores lugares para conservar estas frutas tropicales. El aire húmedo y cálido acelerará el pardeamiento. Manténgalas alejadas de otros productos. Una vez que hayan madurado a tu gusto, refrigera los plátanos para alargar su vida útil un par de días. La piel puede volverse moteada, pero el interior debería seguir siendo sabroso.
Congelar el jengibre
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Te encanta el sabor penetrante del jengibre fresco pero nunca lo utilizas con la suficiente rapidez antes de que se vuelva nudoso o mohoso? El jengibre, también llamado raíz de jengibre, puede durar en tu nevera unas cuantas semanas. Para conservarlo más tiempo, mételo en el congelador. Pica, ralla o corta el jengibre (no es necesario pelarlo). Envuélvelo bien con papel de aluminio o con una bolsa de congelación para que no entre aire. Se mantendrá fresco durante al menos 3 meses.
Deja que las cebollas respiren
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Una buena circulación de aire es clave para mantener a raya el deterioro. Guarde las cebollas sin envoltura de plástico en un lugar fresco y seco. Si se venden en una bolsa de malla, puedes colgarla en un gancho de tu despensa. O haz tu propio almacén ventilado con un par de medias viejas y limpias. Mete una cebolla en una pierna y empújala hasta la punta. Luego haz un nudo por encima y deja caer otra cebolla. Las cebollas cortadas se conservan varios días en el frigorífico.
Enfriar bayas
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Las fresas están entre las cosechas más dulces del verano. Pero estos tiernos frutos son realmente resistentes al frío. De hecho, las fresas, frambuesas, arándanos y moras deben refrigerarse a menos de 40 F, o incluso a 32 F. Eso alarga su vida útil. La humedad las volverá blandas o mohosas más rápido, así que lava las bayas sólo en el último momento.
Envuelva el apio en papel de aluminio
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Como la mayoría de las verduras, el apio es casi todo agua. También es sensible al etileno, el gas de la maduración. Para evitar que el apio se ponga blando, cúbrelo bien con papel de aluminio y guárdalo en el cajón de las verduras. También puedes envolverlo en una toalla de papel seca y guardarlo en una funda de plástico. El apio debería durar varias semanas.
Embolsa tus limones
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Un montón de cítricos de color amarillo brillante puede alegrar cualquier mostrador de la cocina. Ese es también un lugar ideal para secar tus limones y limas hasta convertirlos en orbes duros. Pero puedes mantenerlos jugosos hasta un mes. Cierra bien los limones en una bolsa de plástico para guardarlos con todo el aire fuera y mételos en la nevera.
Mantén tus hierbas en vertical
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Trata el cilantro, el perejil y la menta como si fueran flores cortadas. Colócalos en frascos con agua y luego refrigéralos. Los ramos de otras hierbas de tallo blando, como la albahaca, pueden preferir la temperatura más cálida de tu mostrador. O prueba esto: Coloca las hierbas secas frescas en una bolsa de plástico para productos agrícolas y sopla en ella como si fuera un globo. El dióxido de carbono de tu aliento es un conocido conservante de alimentos y puede ayudar a mantener las hierbas vivas.
Ventila tus hongos
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No son una fruta ni una verdura, sino hongos. A las setas les gusta mantenerse frescas y bien ventiladas. Una bolsa de papel porosa es una buena opción. Libera las setas de su envase de plástico, que puede atrapar la humedad. Pueden conservarse en el frigorífico hasta una semana. Páselas por agua fría justo antes de cocinar con ellas.
Limpia a fondo tu nevera
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Hay varias cosas que afectan a la rapidez con la que se estropean los alimentos. Entre ellos están la luz, el aire, la temperatura y el tiempo. Uno de los que puedes controlar son los microorganismos como las bacterias, el moho y la levadura. Así que limpia el interior de tu nevera con regularidad. El vinagre blanco o el agua jabonosa funcionan. Evita colocar demasiados alimentos en los estantes y cajones para que el aire pueda circular.