¿Qué es la autorregulación?
La autorregulación es una habilidad útil que ayuda a las personas a afrontar ciertos comportamientos emocionales y movimientos físicos durante situaciones de estrés. Además, la autorregulación ayuda a los individuos a mantenerse concentrados y atentos durante los momentos de estrés.
La autorregulación es una lucha para muchas personas, tanto niños como adultos. Muchos individuos tienden a actuar de forma impulsiva cuando las emociones están a flor de piel. Sin embargo, una vez que la impulsividad desaparece, muchos se sienten avergonzados y reflexionan sobre cómo deberían haber respondido.
La autorregulación se confunde a menudo con el autocontrol. Aunque están relacionados y comparten muchos rasgos, el autocontrol es más bien una habilidad social, mientras que la autorregulación puede compararse con un termostato.
El "objetivo" de un termostato es mantener una determinada temperatura en una habitación o casa concreta. Su trabajo consiste en controlar los cambios de temperatura y saber cuándo hay que calentar o enfriar una habitación. Al igual que un termostato, nosotros también tenemos un punto en el que necesitamos mantener un cierto nivel de control y regular nuestras emociones.
Esto incluye:
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Notar y seguir los cambios en nuestro entorno
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Comprender nuestros sentimientos y reacciones
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Comparar nuestro comportamiento con nuestro nivel autodeterminado de control aceptable
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Ajustar nuestro comportamiento para volver a ese nivel de control
La autorregulación no es una habilidad que se aprenda rápidamente y no está presente al nacer. Por el contrario, la autorregulación se desarrolla con el tiempo. Algunos individuos tienen problemas para autorregularse porque son incapaces de encontrar lo que les ayuda a calmarse en momentos de estrés emocional. Algunos individuos también luchan con las interrupciones de su rutina. Muchas de estas interrupciones pueden dar lugar a estallidos de frustración. Esto es especialmente cierto en el caso de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) debido a los problemas que tienen con el procesamiento sensorial.
¿Cuándo comienza la autorregulación?
La autorregulación comienza en la infancia y a menudo se deriva de las relaciones cálidas y receptivas con nuestros compañeros. Los niños cultivan la autorregulación tras observar a las personas que les rodean. Seguimos cultivándola a lo largo de la vida adulta.
Cómo autorregularse
La autorregulación implica atención, autocontrol, organización, estrategias de memoria y planificación. Tanto si eres un niño como un adulto, aprender a autorregularse es importante.
Ejemplos de autorregulación para adultos
Cuando te autorregulas, es importante practicar ciertas habilidades:
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Practica ser un buen modelo de conducta. Practica lo que predicas, haciendo ambientes de confianza y seguridad y viviendo con buenos valores.
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Estar abierto al cambio. Afrontar los cambios con una perspectiva positiva puede mejorar tu capacidad de adaptación a las situaciones cambiantes sin dejar de ser positivo.
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Comprométete con la autodisciplina. Mantente persistente en la consecución de tus objetivos. Sigue avanzando aunque no tengas ganas.
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Aprende cuáles son tus desencadenantes. Esto te ayudará a ser más consciente de ti mismo y a elaborar un buen plan de acción si te encuentras con tus desencadenantes.
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Trabaja para dar un paso atrás cuando tus pensamientos y sentimientos se vuelvan negativos. Analiza estos sentimientos y pensamientos negativos y sustitúyelos por positividad.
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Mantén la calma en situaciones de tensión. Puedes apartarte de la situación hasta que seas capaz de afrontarla con la mente tranquila.
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Piensa en las consecuencias. Si te ves obligado a actuar impulsivamente con un mal comportamiento, haz una pausa y considera las consecuencias, especialmente si algo así ha ocurrido en el pasado.
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Trabaja la confianza en ti mismo. Esto puede ayudar a mejorar tu autoeficacia y puede permitirte centrarte en tus propias habilidades.
Cómo enseñar la autorregulación a los niños
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Despeje un espacio libre de distracciones y anime a su hijo a tomar descansos allí entre períodos de trabajo. Elógielo por su buen comportamiento y por completar las tareas.
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Divida las tareas en partes más pequeñas y describa a su hijo cómo es la finalización exitosa de una tarea. Además, explique los requisitos específicos de las tareas.
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Ayude a los niños a planificar sus decisiones identificando y evaluando las consecuencias a corto y largo plazo.
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Permitir que los niños tengan control sobre áreas específicas, especialmente en lo que respecta a su propio comportamiento.
Beneficios de la autorregulación
Hay muchos beneficios cuando se trata de la autorregulación. Estos incluyen:
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Ser capaz de regular las reacciones basadas en emociones negativas como la frustración, la ira y la vergüenza
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Ser capaz de calmarse cuando ocurre algo emocionante o molesto
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Ser capaz de concentrarse en una tarea
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Ser capaz de controlar los impulsos
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La capacidad de comportarse en determinadas situaciones y llevarse bien con otras personas
La autorregulación también ayuda a los niños a:
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Sentarse, escuchar y aprender en la escuela
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Controlar los impulsos y actuar de forma socialmente aceptable
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Tomar turnos en los juegos y conversaciones, expresar las emociones de forma adecuada y compartir los juguetes, haciendo así amigos
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Tomar decisiones adecuadas con respecto al comportamiento, aprender a comportarse en nuevos escenarios y ser más independiente
Consejos para la autorregulación
He aquí algunos consejos importantes para la autorregulación de la conducta:
Evitar los desencadenantes
Considere qué situaciones le generan estrés y le llevan a los arrebatos. Piensa en qué tipo de entornos suponen estas situaciones. ¿Hay ruidos fuertes? ¿Luces brillantes? ¿Hay otro tipo de información sensorial que pueda causar pánico? Tal vez sea más estresante cuando cambian los planes o se alteran las rutinas. Comprender los posibles desencadenantes puede ayudar a evitar la sobreestimulación y puede ser un momento de enseñanza para ayudar a tu pequeño a aprender a autorregularse.
Decidir una señal
Tener una señal, también conocida como señal de frustración, puede ser útil. Estas señales suelen hacernos saber que nuestros hijos necesitan un descanso para calmarse. Con una señal, los niños pueden hacer saber a sus padres, profesores, tutores y otros adultos de su entorno que necesitan alejarse.
Diga algo
Si te das cuenta de que tú o tu hijo os estáis agobiando, es importante que hables. También es importante que su hijo hable. Los niños suelen tener impulsos para alterarse y ponerse a gritar en ocasiones, al sentirse abrumados. Hablarlo y buscar formas de afrontarlo puede ayudar.
Sé paciente
La autorregulación tarda en aprenderse y aún más en dominarse. Es importante no precipitarse ni esperar demasiado del niño. Empiece con objetivos pequeños y vaya aumentando los que ya tiene. Con el tiempo, tú y tu hijo podréis ir adquiriendo un mayor control de los estados emocionales.