Cómo un diagnóstico de diabetes puede hacer que toda su familia esté más sana

Usted es el que tiene el diagnóstico de tipo 2 y quiere ajustar sus hábitos para mantenerse sano. Pero cuando cambie su enfoque de la dieta y el ejercicio, también afectará a las personas de su círculo más cercano, especialmente a su familia.  

Por un lado, es probable que sus seres queridos estén contentos de apoyarle mientras controla su enfermedad. Pero también pueden ser reacios a cambiar sus propias costumbres. Pero puede haber un resquicio de esperanza para todos vosotros: Todo el mundo necesita una alimentación sana, la cantidad adecuada de ejercicio y mantener el peso a raya, incluso si sólo una persona tiene una enfermedad.

A medida que usted mejora su salud, su familia también puede sentir los beneficios. Aquí están los grandes lugares para hacer cambios positivos y maneras fáciles de trabajar en su familia.

Alimentación: pequeños cambios, gran impacto

La primera pregunta que se hace la mayoría de la gente cuando le diagnostican diabetes es: "¿Qué puedo comer?".

No hay una dieta para la diabetes que sirva para todos. Para controlar la diabetes y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, asegúrese de comer muchas verduras, frutas, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables para el corazón. Limite los alimentos con grasas saturadas y trans, los ricos en sodio y los dulces como los refrescos, los caramelos y los pasteles.

¿Notas algo interesante en esta lista? Es el mismo consejo que seguiría cualquier persona que quiera comer más sano.

Incluso si estás motivado para hacer estos cambios porque la diabetes puede provocar enfermedades del corazón, afecciones de la piel y daños en los riñones, los nervios y los ojos, puede que tu familia esté menos entusiasmada ante la idea de renunciar a las galletas, los helados y las patatas fritas. Prueba estas recetas para tener éxito:

Ponte de acuerdo. La comida sana no tiene por qué ser aburrida. Concierta una cita familiar con un dietista o nutricionista y planifica recetas que gusten a todos. Da un paso más y cocinad juntos cuando podáis.

Utiliza la estrategia de las reservas. Es más probable que todos coman alimentos dulces, grasos o salados si están al alcance de la mano cuando tienen hambre. Abastece tus armarios y tu nevera con frutas, verduras, yogur y queso bajos en grasa y proteínas magras, como el pavo.

Las golosinas están bien a veces. Un plan para prohibir las galletas o las patatas fritas en tu casa para siempre es seguro que será contraproducente. Probablemente hará que tus seres queridos se resientan de tu dieta saludable. La clave está en encontrar formas de evitar que las golosinas se conviertan en algo cotidiano. Por ejemplo, en lugar de abastecer tu congelador de helados, podrías salir a tomarlos de vez en cuando.

Haz ejercicio: Muévete hacia el éxito

Piensa en tu cuerpo como en un coche: No lo llenas de buen combustible sólo para dejarlo sentado en el garaje todo el día. El movimiento marca la diferencia.

La actividad física ayuda a que el azúcar en sangre se mantenga equilibrado. También mantiene bajo el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. 

Intenta hacer un total de 150 minutos de ejercicio a la semana. Elija actividades que utilicen todos sus músculos, incluidos los brazos, los hombros, el pecho, las piernas, las caderas y el estómago.

Si es la primera vez que hace ejercicio o hace tiempo que no lo hace, empiece despacio. Camina a paso ligero y ve subiendo.

Todo el mundo necesita hacer ejercicio, así que también puedes divertirte haciéndolo en familia. No sólo obtienes beneficios físicos, sino que también te da la oportunidad de hablar y pasar tiempo juntos. A continuación te explicamos cómo sacarle el máximo partido:

Elige algo que te guste. Es difícil disfrutar de una excursión cuando tu hijo se queja todo el tiempo (¡Me duelen las piernas! ¡Es tan aburrido!). Haced una lluvia de ideas en familia y elegid actividades que entusiasmen a todos, como:

  • Un abono familiar al gimnasio local

  • Una serie de vídeos de ejercicios

  • Algo nuevo, como el kickboxing o la escalada en roca en interiores

  •  Un partido de baloncesto, fútbol o fútbol americano. ¡El que pierda lavará los platos!

Haz que sea una prioridad. Las vidas se llenan de trabajo, pero no sacrifiques el ejercicio por algo menos significativo. Prográmalo como lo harías con una cita familiar importante y cúmplelo.

El valor del apoyo

Puedes controlar tu diabetes mediante la dieta y el ejercicio por tu cuenta? Por supuesto. Pero los estudios demuestran que es más probable que tengas éxito cuando te sientes apoyado por tus seres queridos. 

Es lógico. Si tu familia está cenando pollo a la parrilla y ensalada en casa, es probable que no salgas a pedir una hamburguesa con queso. Es más probable que te unas a una excursión o a un paseo en bicicleta cuando alguien cuenta contigo. 

Se trata de algo más que de la comida; también de los sentimientos. Puede que te sientas aislado porque eres el único de la mesa que no puede pedir patatas fritas. Tu familia puede sentirse culpable por comer helado delante de ti. Puede que te culpen por tener el azúcar alto, incluso cuando sigues tu plan de cuidados perfectamente.

Empiece por aquí: Si su familia no sabe mucho sobre la diabetes, edúquela. Así entenderán tu enfermedad y por qué un estilo de vida saludable marca la diferencia. A continuación, decide qué tipo de apoyo necesitas y pídelo.

Hablad abiertamente y escuchad a los demás. Estableced unas expectativas realistas y acordad resolver los problemas. No podéis perder cuando formáis un equipo contra la diabetes.

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