¿Qué es la retinopatía serosa central?

La retinopatía serosa central (o RSC, también conocida como coriorretinopatía serosa central o RSC) es una enfermedad del ojo, sobre todo de la retina. Esta enfermedad se produce por la acumulación de líquido debajo del centro de la retina, es decir, la mácula. Este líquido se filtra desde la coroides, una capa de vasos sanguíneos situada debajo de la retina. Cuando este líquido se filtra, suele deberse a que la mácula se separa del ojo, dando al líquido espacio suficiente para acumularse. 

Los hombres se ven más afectados que las mujeres, y la enfermedad afecta con mayor frecuencia a quienes tienen entre 25 y 50 años. 

Causas de la retinopatía serosa central

Se desconoce el desencadenante exacto de la retinopatía serosa central, pero se cree que la RSC puede ser el resultado de la exposición a un fármaco corticosteroide que puede encontrarse en los aerosoles nasales para las alergias y en las cremas que tienen propiedades antiinflamatorias para la piel. También existe la sospecha de que los fármacos corticosteroides pueden agravar la RSE si ya se ha diagnosticado esta enfermedad. 

También existe la sospecha razonable de que los pacientes que experimentan angustia emocional o personalidades de tipo A, que son más propensos a sufrir estrés crónico, tienen un mayor riesgo de desarrollar RSC. Esto se debe a que el cuerpo puede producir corticosteroides naturales en situaciones de estrés, lo que puede acabar provocando la RSE. 

Factores de riesgo de la RSE

Alrededor de la mitad de los pacientes a los que se les ha diagnosticado RSC tienen uno o más familiares que también padecen la enfermedad, según los exámenes de retina. Esto significa que, aunque no se han identificado patrones de herencia específicos, puede haber un factor de riesgo genético en el desarrollo de la RSE. 

Además, el riesgo de desarrollar la RSE aumenta en los pacientes que padecen hipertensión arterial o enfermedades cardíacas, así como en las que están embarazadas o han tenido un embarazo reciente. 

También hay pruebas de que otros fármacos, aparte de los corticosteroides, pueden aumentar el riesgo de desarrollar RSC. Entre estos fármacos se encuentran los estimulantes, los medicamentos para la disfunción eréctil, los descongestionantes y algunos anticancerígenos. 

Síntomas de la retinopatía serosa central

Los síntomas de la RSC incluyen: 

  • Visión central que se ha vuelto borrosa, atenuada o distorsionada

  • Visión central que ha desarrollado una zona oscura 

  • Un ojo afectado que puede ver las líneas rectas como irregulares, torcidas o dobladas 

  • Percepción de los objetos como si fueran más pequeños o estuvieran más lejos

  • Percepción de que los objetos blancos parecen de color apagado o tienen un tinte marrón

Diagnóstico de la retinopatía serosa central

El diagnóstico de la retinopatía serosa central es complicado y puede justificar varias visitas a su médico. Durante el diagnóstico, su médico realizará un examen ocular completo con dilatación en ambos ojos. Tomará imágenes de la retina y puede tomar fotografías de la misma. 

Hay dos pruebas principales que pueden utilizarse para diagnosticar la RSE: 

  • Tomografía de coherencia óptica (OCT): La OCT es una exploración de la retina. Permite al médico ver la retina a nivel microscópico, lo que hace posible identificar minúsculas bolsas de líquido o cicatrices en la retina. Esto es útil para aquellos con RSC aguda o crónica. 

  • Angiografía con fluoresceína: Para esta prueba, se inyecta un tinte en una vena del brazo del paciente. A continuación, se capturan imágenes de ambos ojos que revelarán la fuga del tinte bajo la retina del paciente. Junto con la OCT, esta prueba permite al médico diagnosticar la RSE y diferenciarla de otras enfermedades de la retina.

Tratamiento de la retinopatía serosa central

La mayoría de las veces, la RSC desaparece por sí sola sin ninguna intervención médica. El líquido suele reabsorberse y las condiciones vuelven a la normalidad. La mayoría de los pacientes con RSC también notarán que su visión se recupera. 

Si, al cabo de seis meses, el líquido permanece y no se ha reabsorbido por sí solo, puede ser necesario un tratamiento adicional para evitar daños más duraderos en la mácula. 

Opciones de tratamiento

El tratamiento más habitual de la RSC consiste en utilizar un láser para sellar la fuga. Sin embargo, este tratamiento no debe utilizarse demasiado cerca del centro de la mácula, ya que puede provocar daños en la visión central. 

En los casos en que el líquido está demasiado cerca del centro de la mácula, se puede sugerir otra opción de tratamiento llamada terapia fotodinámica. Para este tratamiento, se inyecta un fármaco a través del torrente sanguíneo, que acaba llegando al ojo. A continuación, el fármaco se activa mediante un láser de baja energía que no daña la mácula. 

Por último, puede ser necesario adoptar cambios en el estilo de vida para ayudar a reducir el estrés. También puede ser necesario dejar de tomar cualquier fármaco que pueda empeorar la RSE. 

Pronóstico de la retinopatía serosa central

El pronóstico general de la RSC es generalmente bueno. La visión del paciente suele recuperarse por sí sola en unas semanas o meses sin tratamiento. 

No obstante, su médico decidirá cuál es el mejor plan de tratamiento para sus necesidades específicas de RSE, en función de la gravedad de sus síntomas y de cuándo hayan comenzado. 

Es útil detectar la RSE a tiempo, y la mayoría de los pacientes pueden recibir un tratamiento exitoso que les ayudará a evitar el deterioro permanente de la visión. 

Cómo prepararse para la visita al médico

Si sospecha que está ante una retinopatía serosa central, es importante que consulte a su médico. El camino hacia el diagnóstico puede ser largo y complicado y, a menudo, necesitará más de una cita para obtener un diagnóstico adecuado.  

Para estar preparado para su primera visita, tenga en cuenta lo siguiente:

  • Tenga preparada una lista de preguntas e inquietudes con las más importantes al principio. Comprenda que puede no haber tiempo suficiente para abordar todas las preguntas o preocupaciones que tenga durante la primera visita, por lo que poner las más importantes en primer lugar le ayudará. 

  • Haga preguntas sobre cualquier síntoma que esté experimentando, así como sobre los diagnósticos, pruebas y opciones de tratamiento disponibles. 

  • Asegúrese de hablar con su médico durante las visitas posteriores sobre cualquier pregunta o preocupación que no haya podido abordar en la visita inicial. 

  • Las preguntas deben considerar los cambios en la calidad de vida y cualquier objetivo de salud.

  • Tome notas en las citas para no olvidar nada de lo que se haya hablado.

  • Considere la posibilidad de llevar un diario de los síntomas que experimenta para poder comentarlos con su médico. Podría llevar un diario de síntomas en papel o hacer una nota de voz en su smartphone para registrar cada síntoma. Para ayudar a su médico a comprender plenamente sus síntomas, asegúrese de incluir detalles como cuándo comenzó y terminó el síntoma, con qué frecuencia se producen síntomas similares y si hay algo que lo mejora o empeora. También querrá anotar si estos síntomas afectan a su vida diaria y le impiden realizar sus tareas habituales. 

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