Una bolsa de hielo implantable alivia el dolor sin congelar

Una bolsa de hielo implantable alivia el dolor sin congelar

Por Tara Haelle

24 de agosto de 2022 -- Enfriar una lesión reciente con hielo puede ser una de las formas más eficaces de aliviar el dolor sin necesidad de medicación. Pero el hielo es voluminoso e impreciso y, además, se derrite. Pero, ¿y si se pudiera encoger una bolsa de hielo que nunca se derrite y colocarla directamente sobre los nervios que causan el dolor? Eso es lo que ha pretendido un grupo de científicos de la Universidad de Northwestern al desarrollar un diminuto implante flexible que proporciona alivio del dolor a demanda.

Los investigadores probaron el dispositivo en ratas y publicaron sus resultados en la revista Science. Esperan que sea una futura alternativa a los opiáceos y otros analgésicos de venta con receta que pueden tener graves efectos secundarios, incluido el riesgo de adicción.

El implante es una tira de material hidrosoluble de 5 mm de ancho que contiene un par de canales paralelos en forma de onda, uno lleno de un refrigerante líquido y el otro de nitrógeno seco. Hay una bomba en el exterior que libera el líquido y el gas que se desplazan a una bolsa compartida donde una reacción química hace que el líquido se evapore, creando finalmente una sensación de enfriamiento que adormece el nervio. A medida que el nervio se enfría, las señales de dolor que envía al cerebro se ralentizan gradualmente hasta que se detienen por completo, evitando que esas señales lleguen al cerebro.

Dado que la fina tira está diseñada para envolver el nervio que causa el dolor, el dispositivo proporciona un alivio preciso y específico que no afecta al tejido circundante, incluidos los nervios que controlan la función motora. Esto significa que se obtiene la ventaja del adormecimiento que se siente cuando se utiliza el hielo, pero con más precisión al dirigirse a un solo nervio en lugar de a toda la zona que podría cubrir una bolsa de hielo.

"Nos dirigimos específicamente a los nervios periféricos, que conectan el cerebro y la médula espinal con el resto del cuerpo. Son los nervios que comunican los estímulos sensoriales, incluido el dolor", explica en un artículo de Northwestern el coautor Matthew MacEwan, doctor y profesor adjunto de cirugía neurológica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis. "Al aplicar un efecto de enfriamiento a sólo uno o dos nervios seleccionados, podemos modular eficazmente las señales de dolor en una región específica del cuerpo".

Dado que un enfriamiento excesivo puede dañar el tejido que rodea al nervio, el dispositivo incluye un diminuto sensor que monitoriza la temperatura del nervio y puede ajustar los caudales del líquido y el gas para aumentar o disminuir la cantidad. Además, una vez implantado, el dispositivo no debe retirarse nunca: Todo el material puede ser absorbido de forma natural por el organismo, y se disuelve a los pocos días o semanas de ser colocado, señalan los investigadores.

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