Es raro que alguien se tropiece con una araña reclusa parda, porque estas criaturas de ocho patas hacen honor a su nombre: prefieren que las dejen solas. Suelen vivir en espacios interiores y exteriores donde la gente no va la mayor parte del tiempo. Sin embargo, si te encuentras en el mismo lugar que una, no querrá atacarte, sino apartarse de tu camino. Pero si se siente atrapada, puede morderte.
La araña reclusa parda es una de las dos arañas que se encuentran en Estados Unidos y que pueden causar verdaderos problemas si te muerden. Producen un veneno dañino que puede causar una dolorosa llaga en el lugar de la picadura. En algunas personas puede provocar síntomas aún más graves. Si tienes un encuentro con una reclusa parda, es conveniente que un médico te examine, por si acaso.
¿Qué aspecto tiene?
Una reclusa parda puede no ser marrón, sino bronceada. Tiene una zona en forma de violín en la mitad delantera de su cuerpo, con el cuello del violín apuntando hacia el abdomen de la araña.
Puede ser más grande que otras arañas que estás acostumbrado a ver. Su cuerpo puede variar en tamaño desde un cuarto de pulgada hasta tres cuartos de pulgada, y sus largas patas la hacen parecer aún más grande.
La mayoría de las arañas tienen ocho ojos, pero la araña reclusa parda tiene seis. Dos están en la parte delantera y otros dos a cada lado de la cabeza.
Las reclusas pardas se encuentran sobre todo en el Medio Oeste o en el Sur. Esta araña prefiere los espacios interiores, como áticos, garajes o armarios oscuros. En el exterior, se esconde en lugares apartados: debajo de troncos, bajo los porches o dentro de montones de piedras.
Síntomas de la mordedura de la reclusa parda
Una mordedura puede no doler al principio o incluso dejar una marca. Para algunas personas, se siente como un pellizco o una picadura de abeja.
En el primer o segundo día después de la mordedura, puedes notar:
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Dolor o enrojecimiento en el lugar de la picadura
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Una llaga profunda (úlcera) que se forma en el lugar de la mordedura, con la piel del centro que se vuelve morada
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Fiebre
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Escalofríos
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Náuseas
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Dolor en las articulaciones
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Sensación de debilidad
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Convulsiones o coma (muy raro)
Diagnóstico
Tu médico querrá estar lo más seguro posible de que, efectivamente, te ha picado una araña. Le ayudará si puede describir el aspecto de la araña. Algunas personas intentan coger el bicho para enseñárselo al médico. Eso está bien, siempre que puedas hacerlo con seguridad. Puedes intentar hacerle una foto.
Tratamiento
Si sospecha que su hijo pequeño ha sido mordido por una reclusa parda, acuda al médico de inmediato. Sus cuerpos no pueden protegerse de los peligrosos efectos del veneno de la araña. En el caso de los adultos, la mayoría de las picaduras de araña reclusa parda pueden tratarse en casa con buenos resultados. Pero alrededor de un 10% de ellas provocan úlceras o ampollas que dañan la piel de forma tan grave que se necesita la atención de un médico.
Si tus síntomas son leves, prueba estos sencillos remedios caseros:
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Límpialo con agua y jabón.
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Aplicar crema antibiótica.
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Si te han mordido en un brazo o una pierna, mantenlo elevado mientras descansas. Esto puede reducir la hinchazón.
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Ponerle hielo.
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Tomar analgésicos de venta libre.
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Esté atento a los síntomas más graves.
Acuda al médico de inmediato si nota alguno de estos síntomas:
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La picadura ha formado una úlcera o ampolla con un centro oscuro (azul, morado o negro).
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Tienes un dolor extremo.
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Tienes una infección en el lugar de la picadura.
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Tienes problemas para respirar.
Algunas picaduras de araña pueden tener esporas de tétanos, por lo que podrías necesitar una vacuna antitetánica después de haber sido picado. Si tienes una infección, puedes necesitar antibióticos.