Estudio: El COVID podría aumentar los riesgos de trastornos cerebrales
Por Ralph Ellis
20 de agosto de 2022 -- Las personas que contrajeron COVID tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos cerebrales como demencia, psicosis y niebla cerebral dos años después de haberse infectado que las personas que tuvieron otras enfermedades respiratorias, según un estudio publicado en The Lancethas.
Los investigadores de la Universidad de Oxford examinaron los datos médicos de alrededor de 1,3 millones de personas diagnosticadas de COVID entre el 20 de enero de 2020 y el 13 de abril de 2022, y los compararon con los datos de un número igual de personas que padecían otras enfermedades respiratorias. La mayoría de los pacientes eran de Estados Unidos.
Los investigadores dijeron que era alentador que el riesgo de ansiedad y depresión fuera "transitorio" para los pacientes de COVID, con el riesgo cayendo bruscamente dos meses después de la infección.
Por el contrario, al final de los dos años del estudio se mantuvo un mayor riesgo de padecer trastornos neurológicos y mentales como demencia, niebla cerebral y epilepsia o convulsiones.
"Los resultados arrojan nueva luz sobre las consecuencias a largo plazo para la salud mental y cerebral de las personas que se infectan con el COVID-19", afirma el Dr. Max Taquet, que dirigió el análisis, en un comunicado de prensa de la Universidad de Oxford.
"Los resultados tienen implicaciones para los pacientes y los servicios de salud y ponen de relieve la necesidad de realizar más investigaciones para entender por qué ocurre esto después de la COVID-19, y qué se puede hacer para evitar que se produzcan estos trastornos o para tratarlos cuando se produzcan".
En general, la niebla cerebral, también conocida como déficit cognitivo, fue un problema persistente a largo plazo.
Entre las personas de 18 a 64 años que recibieron COVID, el 6,4% (640 de 10.000 personas) declararon tener niebla cerebral al cabo de dos años, en comparación con el 5,5% del grupo de control, según The Guardian.
Entre los mayores de 65 años, el 15,4% desarrolló niebla cerebral y el 4,5% demencia al cabo de dos años, en comparación con el 12,3% y el 3,3% del grupo de control, respectivamente, que comunicaron esos diagnósticos.
Los registros mostraron que los niños que recibieron COVID tuvieron en general menos problemas de seguimiento que los adultos, aunque después de dos años seguían teniendo una mayor incidencia de afecciones como las convulsiones que los niños del grupo de control.
El estudio no encontró grandes diferencias entre las ondas Delta y Omicron en el riesgo de problemas posteriores a la infección.
"Es una buena noticia que el exceso de diagnósticos de depresión y ansiedad después de la COVID-19 sea de corta duración y que no se observe en los niños", dijo en el comunicado de prensa el líder del estudio, Paul Harrison, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford.
"Sin embargo, es preocupante que algunos otros trastornos, como la demencia y las convulsiones, sigan siendo diagnosticados con mayor probabilidad después de COVID-19, incluso dos años después. También parece que la omicronía, aunque menos grave en la enfermedad aguda, va seguida de tasas comparables de estos diagnósticos."