La vida de un recién nacido no es fácil. Además de estar expuestos a un entorno totalmente nuevo, se les somete a pruebas, se les pincha y se les hace un seguimiento. Uno de esos pinchazos es la inyección de vitamina K, una parte rutinaria de los cuidados postnatales de los recién nacidos.
¿Qué es la vitamina K?
La vitamina K es una de las muchas vitaminas que nuestro cuerpo necesita para mantenerse sano. Es una vitamina liposoluble, lo que significa que el exceso de vitamina K se almacena en el hígado y en el tejido graso. Y, a diferencia de otras vitaminas, su cuerpo puede producir vitamina K por sí mismo. Otra forma de obtener vitamina K es comiendo verduras de hoja verde.
¿Para qué es buena la vitamina K? La vitamina K tiene dos funciones muy importantes en el organismo. La primera es ayudar a la coagulación de la sangre, que es una función corporal necesaria para evitar que te desangres cuando te lesionas. La segunda función de la vitamina K es ayudar a mantener los huesos sanos.
Necesitan los recién nacidos la vitamina K?
Todo el mundo necesita vitamina K para mantener su cuerpo sano. Por desgracia, los recién nacidos no tienen la misma reserva de vitamina K que los adultos y los niños mayores. La vitamina K es uno de los pocos nutrientes que no pueden atravesar fácilmente la placenta, y sus cuerpos aún no tienen las bacterias intestinales para producir la vitamina K. La lactancia materna tampoco ofrece a los bebés una cantidad suficiente de vitamina K.
Cuando un recién nacido no tiene suficiente vitamina K, corre el riesgo de sufrir una hemorragia por deficiencia de vitamina K (VKDB). Esto significa que si el bebé sangra, la sangre no puede coagularse lo suficiente para detener la hemorragia. La VKDB puede producirse tanto en el exterior como en el interior del cuerpo, lo que significa que tu bebé podría tener una hemorragia interna que no podrías ver.
Beneficios de la inyección de vitamina K en el parto
La inyección de vitamina K es esencialmente una medida preventiva. Aunque no hay garantía de que los niveles bajos de vitamina K sean un problema para su bebé, las hemorragias internas -especialmente las cerebrales- pueden ser devastadoras.
El principal beneficio de la inyección de vitamina K es que previene las hemorragias por deficiencia de vitamina K. La mitad de los bebés con VKDB sufren hemorragias cerebrales, que pueden provocar daños cerebrales o la muerte.
Hay tres tipos de hemorragias por déficit de vitamina K. Estos son:
-
De inicio temprano: La hemorragia por deficiencia de vitamina K de inicio temprano es una hemorragia que se produce dentro de las 24 horas siguientes al nacimiento y que suele estar causada porque el progenitor que da a luz ha estado tomando medicamentos que interfieren con la vitamina K.
-
Clásica: La hemorragia por deficiencia de vitamina K clásica se produce entre dos días y una semana después del nacimiento del bebé. Este tipo de hemorragia por deficiencia de vitamina K es el más común y se produce en algún punto entre 1 de cada 60 y 1 de cada 250 recién nacidos.
-
De inicio tardío: La hemorragia por deficiencia de vitamina K de inicio tardío se produce desde una semana después del nacimiento hasta seis meses después del mismo. Este tipo es más raro que los demás, pues se da entre 1 de cada 14.000 y 1 de cada 25.000 bebés.
Los recién nacidos que no reciben la inyección de vitamina K al nacer tienen 81 veces más probabilidades de sufrir una hemorragia por deficiencia de vitamina K de aparición tardía que los bebés que sí reciben la inyección. Las vacunas de vitamina K para recién nacidos son extremadamente seguras y muy recomendables para todos los recién nacidos. Si se salta la inyección y su bebé sufre una hemorragia cerebral, cuando aparezcan los síntomas puede ser demasiado tarde.
Síntomas de la deficiencia de vitamina K
El síntoma más común de la deficiencia de vitamina K es la hemorragia, o el exceso de sangrado. Esto puede manifestarse de muchas maneras, como un exceso de hematomas, hemorragias nasales, una herida que no deja de sangrar, una hemorragia en el estómago o en el intestino y una hemorragia en el cerebro.
Las hemorragias internas son mucho más difíciles de detectar que una hemorragia nasal o una herida abierta. Los síntomas de una hemorragia en el estómago o los intestinos pueden ser:
-
Vómito de sangre
-
Heces negras y con aspecto de alquitrán
-
Mareo
-
Desmayos
-
Dificultad para respirar
-
Dolor en el pecho
-
Dolor abdominal
La hemorragia cerebral, también llamada hemorragia intraventricular, puede presentar los siguientes síntomas:
-
Llanto agudo
-
Ritmo cardíaco lento
-
Pausas en la respiración
-
Letargo
-
Coma
-
Convulsiones
-
Hinchazón de la zona blanda de la cabeza del bebé
-
Movimiento anormal de los ojos
-
Disminución del tono muscular y de los reflejos
-
Recuento bajo de glóbulos rojos
-
Color pálido o azulado de la piel
Las hemorragias internas se diagnostican mediante imágenes. El tipo de imagen dependerá de dónde se encuentre la hemorragia sospechosa, pero puede ser una ecografía, una radiografía, un TAC o una resonancia magnética. Para diagnosticar una deficiencia de vitamina K como causa de estos síntomas, el médico de su bebé le hará un análisis de sangre para comprobar sus niveles de vitamina K.
Debe su bebé recibir una inyección de vitamina K?
La Academia Americana de Pediatría recomienda encarecidamente que todos los bebés reciban la inyección de vitamina K. Una y otra vez, la intervención temprana con la inyección de vitamina K ha demostrado ser eficaz para prevenir el síndrome de deficiencia de vitamina K y las hemorragias cerebrales. Por ello, la Academia Americana de Pediatría ha emitido las siguientes recomendaciones:
1. Todos los recién nacidos que pesen menos de 1500 g deben recibir una única inyección intramuscular de vitamina K de 1 mg en las seis horas siguientes al nacimiento.
2. Todos los recién nacidos que pesen más de 1500 g (3,3 libras) deben recibir una única inyección intramuscular de vitamina K de entre 0,3 mg/kg y 0,5 mg/kg.
3. El personal sanitario debe estar bien instruido sobre los beneficios de la inyección de vitamina K y los riesgos de rechazarla, y debe transmitir esa información a los cuidadores del bebé.
4. La hemorragia por deficiencia de vitamina K debe tenerse en cuenta cuando se evalúe la hemorragia de un bebé en sus primeros seis meses, incluso si recibió la inyección de vitamina K, y especialmente en el caso de los bebés que se alimentan exclusivamente de leche.