Disfunción velofaríngea: Lo que hay que saber sobre ella

Muchos niños hablan con un tono nasal. Es posible que también se haya encontrado con niños que no pueden hablar con claridad o que hablan de forma difícil de entender. Si su hijo tiene problemas similares, podría ser un signo de disfunción velofaríngea (DVP), una enfermedad en la que algunas partes de la boca y la garganta no funcionan correctamente durante el habla. 

La buena noticia es que la DVP puede tratarse con métodos como la cirugía y la logopedia. Estos procedimientos tienen altas tasas de éxito, lo que los convierte en la mejor manera de devolver a su hijo el patrón del habla a la normalidad.

Qué ocurre durante la función velofaríngea normal?

El término velofaríngeo se puede desglosar en estas dos palabras:

  • Velo: Se refiere al velo o al paladar blando (el tejido blando que constituye la parte posterior del paladar).

  • Faríngeo: Significa la faringe, comúnmente llamada garganta.

Cuando hablas o respiras por la nariz, estas estructuras velofaríngeas cambian su posición para que el aire pueda moverse en la dirección correcta. Por ejemplo, durante la respiración nasal, el paladar blando se apoya en la parte posterior de la lengua para bloquear el paso hacia la boca. Así, cuando respiras por la nariz, el aire se mueve libremente por la garganta, va a los pulmones y vuelve a subir.

Pero cuando hablas, el velo se eleva para conectarse con la parte posterior de la garganta. Al mismo tiempo, las paredes laterales de la garganta se cierran alrededor del velo. Estas estructuras forman la válvula velofaríngea. Durante el habla normal, esta válvula se cierra, lo que bloquea el paso al tracto nasal. Esto obliga a que todo el aire se mueva a través de la boca, lo que crea los sonidos que oyes como habla.

Qué ocurre en caso de disfunción velofaríngea (DVP)?

La disfunción velofaríngea (VPD) suele producirse por problemas en la estructura y/o función de la válvula velofaríngea. En la mayoría de los casos de VPD, el paladar blando no llega a tocar la parte posterior de la garganta al hablar o tragar. Esto crea una abertura entre las cavidades oral y nasal. Como resultado, cuando los niños con DVP intentan hablar o tragar, el aire y el sonido se escapan por la nariz, en lugar de salir por la boca. 

Esto añade un tono nasal a su discurso e incluso dificulta la comprensión de sus palabras en los casos graves.

Cuáles son los diferentes tipos de disfunción velofaríngea?

La disfunción velofaríngea es un nombre general que se utiliza para describir diferentes tipos de problemas que ocurren con la válvula velofaríngea. Las personas pueden tener uno o más tipos de DVP. Por eso, cuando alguien acude a un tratamiento de DVP, el médico intenta primero determinar qué tipo de DVP tiene. Esto les ayuda a encontrar el mejor tratamiento para estos pacientes.

Hay tres tipos de disfunciones velofaríngeas que puede tener su hijo. Son las siguientes:

Insuficiencia velofaríngea (VPI). La VPI ocurre cuando hay menos o "insuficiente" tejido en el paladar blando. Como resultado, el velo no puede tocar la parte posterior de la garganta cuando su hijo intenta hablar o tragar. La IPV suele producirse en niños cuyo paladar blando tiene una estructura anormal debido a la presencia de una hendidura o división en él. 

La probabilidad de padecer insuficiencia velofaríngea es alta en los niños a los que se les han extirpado las adenoides. Las adenoides son masas de tejido linfático que se sitúan en lo alto de la garganta, en la parte posterior de la nariz. Esta posición también las sitúa cerca de la válvula velofaríngea. Por ello, cuando se extirpan las adenoides, a menudo se acaba dañando la estructura de la válvula. Esto impide que la válvula velofaríngea se cierre correctamente, lo que da lugar a la IPV.

Incompetencia velofaríngea (incompetencia VP). Se produce debido al movimiento anormal de las estructuras velofaríngeas. En esta situación, el velo y las paredes de la garganta no forman una barrera adecuada entre las cavidades oral y nasal. Como resultado, el aire se escapa por la nariz al hablar y tragar.

La incompetencia velofaríngea suele estar causada por una lesión cerebral traumática o una afección médica como la parálisis cerebral que afecta al cerebro o a los nervios craneales.

Incompetencia velofaríngea (VPM). En este caso, su hijo puede aprender a emitir sonidos de forma incorrecta. El VPM suele ocurrir cuando:

  • A pesar de tener un paladar totalmente funcional, el niño no lo utiliza mientras emite sonidos, lo que da lugar a patrones de habla inusuales.

  • El niño aprende a emitir sonidos sin utilizar el paladar blando para compensar los problemas de sus estructuras velofaríngeas.

  • En lugar de su boca, el niño emite sonidos en su garganta.

Quién tiene más riesgo de tener una disfunción velofaríngea?

Aunque la disfunción velofaríngea se da en algunos adultos, se observa sobre todo en niños. La DVP puede ocurrir por sí misma o junto con otros trastornos genéticos o médicos. 

Las personas con estas condiciones tienen el mayor riesgo de tener VPD:

  • Paladar hendido/paladar hendido submucoso

  • Trastornos genéticos como el síndrome de Down, el síndrome de deleción 22q11.2, la neurofibromatosis y el síndrome de Kabuki

  • Adenoidectomía (extirpación de adenoides)

  • Amigdalectomía (extirpación de las amígdalas)

  • Tumores palatinos

  • Lesiones cerebrales 

  • Afecciones neurológicas que causan debilidad muscular

Cuáles son los síntomas de la disfunción velofaríngea?

En las personas con DVP, la válvula velofaríngea no se cierra correctamente. Esto hace que el aire se filtre por la nariz y da lugar a trastornos del habla como:

  • Hipernasalidad: Si al decir letras como la l, la r, la w y la y, la voz de su hijo adquiere un tono nasal, podría ser un signo de hipernasalidad.

  • Emisión de aire por la nariz: En esta condición, el aire se escapa por la nariz del niño, produciendo sonidos como chillidos y soplidos cuando dicen letras como d, g, p, b y z.

  • Hábito de detener el aire en la garganta o en la boca debido a la utilización de métodos inusuales al hablar.

  • Una incapacidad para emitir sonidos correctos al hablar.

Cómo se diagnostica la disfunción velofaríngea?

Normalmente se necesita un equipo para diagnosticar y tratar la disfunción velofaríngea. Este equipo podría incluir logopedas, logopedas (SLP) formados en VPD, cirujanos y otros médicos si fuera necesario.

Durante la primera visita, un logopeda realizará un examen clínico exhaustivo de su hijo. Esto puede incluir el examen de la boca de su hijo y la comprobación de si tiene algún problema de articulación (emisión de sonidos con la boca) o de coordinación del habla (utilización conjunta de sonidos) o si muestra signos de hipernasalidad.

En algunos casos, se pueden utilizar procedimientos de imagen para comprobar la velofaringe de su hijo mientras intenta hablar. Esto puede dar a los especialistas en VPD una idea clara de si su hijo está mostrando algún síntoma relevante. Los procedimientos de imagen más comunes utilizados durante este paso son:

  • Video nasoendoscopia: Durante este procedimiento, se introduce una pequeña cámara a través de la cavidad nasal del niño. Esto permite a los SLP comprobar si las estructuras velofaríngeas funcionan correctamente mientras el niño habla.

  • Videofluoroscopia: En este procedimiento, se pasa una solución de bario a través de la nariz del niño. Esta solución ayuda a perfilar mejor las estructuras del interior de la nariz y la faringe. Se toma un vídeo mientras el niño habla, lo que permite a los especialistas ver el funcionamiento interno de la velofaringe.

En unos pocos casos, los SLP sugieren otros procedimientos como un estudio del sueño, una resonancia magnética e incluso pruebas genéticas para encontrar la causa de la VPD.

Cómo se trata la disfunción velofaríngea?

Las formas de tratar la disfunción velofaríngea difieren, según el tipo y la causa del problema. Un logopeda puede recomendar uno o varios de estos tratamientos, en función de lo que su hijo necesite para desarrollar patrones de habla normales: 

Logopedia. La logopedia puede ayudar a los niños, incluso si su DVP está causada por un problema estructural para el que necesitan tratamientos adicionales como un aparato de habla o una cirugía del habla.

Con una logopedia adecuada, los niños pueden aprender a dirigir el aire hacia la boca y a utilizar la mandíbula, los labios y la lengua para crear sonidos de forma correcta. Por ello, la logopedia es especialmente útil para los niños con mal funcionamiento de la velofaringe, ya que por sí sola puede conseguir que su habla vuelva a ser normal.

En el caso de la incompetencia velofaríngea, la logopedia se administra a los niños después de la operación para ayudarles a emitir los sonidos correctos. Los especialistas en VPD modifican la logopedia en función de las necesidades específicas del niño tras determinar qué habilidades y sonidos tienen problemas.

Cirugía del habla.  Si su hijo ya ha aprendido a hablar de una manera determinada, es posible que la cirugía del habla no pueda cambiarla. Pero la cirugía puede ayudar a corregir la estructura anormal del paladar blando y de algunas partes de la garganta, como suele ocurrir en la IPV. Incluso los niños con incompetencia de la VP pueden beneficiarse de ella, ya que el cirujano puede operar su válvula velofaríngea y conseguir que funcione correctamente. 

Estas son las cirugías del habla más comunes que un SLP puede recomendar si su hijo tiene una disfunción velofaríngea:

  • Faringoplastia del esfínter: Durante este procedimiento, el cirujano crea una estructura en forma de protuberancia en la parte posterior de la garganta desplazando tejidos de las paredes laterales de la misma. Esto permite que el velo se conecte físicamente con la garganta al hablar y tragar. 

  • Palatoplastia de Furlow. Con esta intervención, el cirujano pretende mejorar la posición de los músculos del paladar blando para aumentar su longitud. Al hacerse más largo, resulta más fácil que el velo del paladar toque la parte posterior de la garganta. Esto hace que el aire pase por la boca y produzca sonidos correctamente.

Dispositivos protésicos. En muchos casos de incompetencia VPI y VP, los expertos sugieren utilizar dispositivos protésicos antes o en lugar de la cirugía. También llamados aparatos del habla, estos dispositivos son muy eficaces y pueden llevarse durante un corto periodo de tiempo o de por vida. 

Los tres tipos más comunes de aparatos del habla que utilizan las personas con VPD son:

  • Elevador palatino: Se trata de un dispositivo extraíble que ayuda a levantar el paladar blando para que pueda tocar la parte posterior de la garganta. Como resultado, el aire se mueve a través de la boca en lugar de la nariz. La elevación del paladar es más útil en los casos de incompetencia de la VP.

  • Obturador palatino: Esta prótesis funciona cerrando cualquier hendidura o defecto del paladar duro o blando. De este modo, un obturador palatino forma una barrera entre las cavidades oral y nasal, que impide que el aire se escape por la nariz.

  • Obturador de bulbo del habla: Se trata de un aparato extraíble que se utiliza para tratar la insuficiencia velofaríngea. El bulbo de este aparato rellena el espacio que queda entre la garganta y el velo corto (insuficiente). Al cerrarse el espacio, bloquea el paso a la cavidad nasal, lo que hace que el aire se desplace por la boca. 

Para llevar

Si notas tonos nasales fuertes o sonidos incorrectos del habla cuando tu hijo habla, podría ser un síntoma de disfunción velofaríngea. Dado que los niños no suelen superar los trastornos del habla, hable con un especialista en DVP lo antes posible para que su hijo pueda empezar a desaprender los hábitos de habla incorrectos. Los tratamientos como la cirugía del habla y la logopedia tienen un alto índice de éxito y pueden ayudar a que el patrón de habla de su hijo vuelva a la normalidad.

Hot