Cómo sé si tengo una fractura ósea?
Los médicos suelen reconocer la mayoría de las fracturas examinando la lesión y tomando radiografías.
A veces, una radiografía no muestra una fractura. Esto es especialmente frecuente en algunas fracturas de muñeca, de cadera (especialmente en personas mayores) y en las fracturas por estrés. En estas situaciones, el médico puede realizar otras pruebas, como una tomografía computarizada (TC), una resonancia magnética (RM) o una gammagrafía ósea.
En algunos casos, como una posible fractura de muñeca con una radiografía inicialmente normal, su médico puede aplicar una férula para inmovilizar la zona y pedir una segunda radiografía entre 10 y 14 días después, cuando la curación pueda hacer visible la fractura.
En ocasiones, incluso después de que se haya hecho el diagnóstico de la fractura, es posible que se necesiten otras pruebas (como una tomografía computarizada, una resonancia magnética o una angiografía, una radiografía especial de los vasos sanguíneos) para determinar si se han dañado otros tejidos alrededor del hueso.
Si su médico sospecha que se trata de una fractura de cráneo, es probable que se salte las radiografías y proceda directamente a realizar un TAC, que diagnosticará la fractura y cualquier lesión relacionada más importante o lesiones secundarias dentro del cráneo, como una hemorragia alrededor del cerebro.
Cuáles son los tratamientos para una fractura ósea?
Una fractura suele requerir un tratamiento de urgencia en un hospital. Un ejemplo de fractura menor que puede no requerir atención de urgencia es la fractura de la punta de un dedo del pie. Si cree que puede haber huesos rotos en la espalda, el cuello o la cadera, o si el hueso está expuesto, no mueva a la persona; en su lugar, llame al 911 para pedir ayuda.
En otros casos, puede pedir ayuda o transportar a la persona a la sala de emergencias. Antes de transportar a la persona, proteja la zona lesionada para evitar más daños. En caso de fractura de un brazo o una pierna, pon una férula (de madera, plástico, metal u otro material rígido acolchado con gasa) contra la zona para evitar que se mueva; envuelve la férula sin apretarla con una gasa. Si hay una hemorragia, aplique presión para detener el sangrado antes de entablillar, y luego eleve la fractura.
Los huesos fracturados deben colocarse en su sitio y mantenerse allí para que se curen correctamente. La fijación de un hueso se denomina reducción. La recolocación del hueso sin cirugía se denomina reducción cerrada. La mayoría de las fracturas en los niños se tratan con reducción cerrada. Las fracturas graves pueden requerir una reducción abierta, es decir, un reposicionamiento mediante cirugía. En algunos casos, se utilizan clavos, placas, tornillos, varillas o pegamento para mantener la fractura en su sitio. Las fracturas abiertas también deben limpiarse a fondo para evitar infecciones.
Una vez fijadas, la mayoría de las fracturas se inmovilizan con un yeso, una férula o, en ocasiones, con tracción para reducir el dolor y ayudar a la curación. En la mayoría de los casos, la medicación se limita a analgésicos para reducir el dolor. En las fracturas abiertas, se administran antibióticos para prevenir la infección. La rehabilitación comienza lo antes posible, incluso si el hueso está enyesado. Esto favorece el flujo sanguíneo, la cicatrización, el mantenimiento del tono muscular y ayuda a prevenir los coágulos de sangre y la rigidez.
Una vez retirado el yeso o la férula, la zona alrededor de la fractura suele estar rígida durante varias semanas, con hinchazón y abultamientos. En los niños, puede producirse un aumento del vello en los brazos y las piernas debido a la irritación de los folículos pilosos por el yeso. En el caso de las piernas fracturadas, puede haber cojera. Los síntomas suelen desaparecer en unas semanas.
Si se ha roto un hueso, una vez que se retire la escayola o la férula, deberá empezar a utilizar gradualmente la zona de nuevo. El hueso puede tardar de 4 a 6 semanas en recuperar la fuerza anterior. Pregunte a su médico qué tipo de actividad e intensidad es segura para usted, en función de su fractura y su estado de salud general. Hacer ejercicio en una piscina suele ser una buena forma de rehabilitar los huesos.
Cómo puedo prevenir las fracturas de huesos?
Para ayudar a prevenir las fracturas, siga las precauciones generales de seguridad, incluyendo:
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Utilice siempre el cinturón de seguridad cuando viaje en un vehículo de motor.
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Utilice siempre el equipo de seguridad adecuado (cascos y otras protecciones) para las actividades recreativas, como montar en bicicleta, hacer snowboard o practicar deportes de contacto.
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Mantén los pasillos y las escaleras libres de objetos que puedan hacerte tropezar.
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Si tiene osteoporosis, haga ejercicio regularmente para mejorar su fuerza y su equilibrio, lo que puede ayudar a reducir las caídas.
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Comente con su médico la posibilidad de empezar a tomar medicamentos y suplementos para fortalecer los huesos (como el calcio y la vitamina D).
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Cuando estés en una escalera, evita utilizar el último peldaño, y asegúrate de tener a alguien sujetando la escalera.